por Matías Daghero
Corrían los últimos años del Gobierno kirchnerista y las provincias necesitaban financiamiento. Con el mercado externo cerrado por el conflicto con los holdouts y el cepo cambiario vigente, los inversores estaban ávidos de dolarizar las carteras y, para solucionar la dificultad de acceso a los dólares físicos, proliferaron emisiones de bonos denominados dollar- linked.
Los dollar-linked, recordemos, son bonos que pagan su capital y cupones dolarizados convertidos a pesos. Para efectuar esta conversión, en sus prospectos de emisión tienen establecido cómo se fija el tipo de cambio. Existen distintos modos, algunos toman la comunicación 3.500 del BCRA (tipo de cambio mayorista), otros el dólar billete vendedor del BCRA e incluso algunos contemplan el uso eventual de un dólar comercial de sus exportaciones (recordemos que en esos momentos circulaban versiones sobre la posibilidad de desdoblamiento en varios tipos de cambio). Resulta conveniente leer el prospecto o consultar a su asesor financiero respecto de cuál es el tipo de cambio que toma el bono previo a invertir en él.
Con la salida del cepo a fines del año pasado, ya no existe la restricción para el acceso a las divisas por lo que no han habido nuevas emisiones de bonos dollar-linked. Sin embargo, las emisiones efectuadas en años anteriores continúan negociándose en el mercado con atractivas tasas de rendimientos.
En momentos de grandes incertidumbres tanto externas (Donald Trump o probable suba de tasas de la Fed) como internas (inflación elevada, impacto del blanqueo de capitales y déficit fiscal que no cede, entre otros), un clásico en la cartera del inversor argentino ha sido el dólar y hemos visto un avance del mismo en las últimas semanas.
Una característica de los bonos dollar-linked es su corta duration (en su mayoría menor a tres años), por lo que, en contextos de posibles subas de tasas de interés global, sienten un menor impacto.
Los rendimientos de los mismos oscilan según el riesgo crediticio de cada emisor, pero podrá notarse que en algunos de ellos se puede acceder a tasas más elevadas con duration menor que en los bonos soberanos hard dólar, como podemos observar en la tabla.
A tener en cuenta Hay una serie de datos importantes a tener en cuenta por el inversor antes de invertir en ellos. El primero de todos es la liquidez de los mismos, ya que esta es menor que en los bonos soberanos. Existen incluso también obligaciones negociables dólar-linked corporativas, pero allí ya la liquidez es aún mucho menor, salvo contadas excepciones (como podrían ser las Obligaciones Negociables de YPF). En estos casos, sería recomendable tomar posición en un bono que pudiera conservar hasta el vencimiento (más allá de que pueda venderlo en mercado secundario) para no correr el riesgo de resignar parte del spread de tasas respecto de un bono hard dólar por falta de punta compradora a un precio razonable.
En segundo término, otro dato a tener presente es el tema de las garantías que ofrecen algunos de ellos. Por citar un ejemplo, los bonos de Neuquén y de Chubut tienen como garantía las regalías petroleras (una fuente genuina de dólares).
Por último, a diferencia de los bonos hard-dollar en los que en su gran mayoría son bullet (pagan todo su capital al vencimiento), los bonos dollar-linked provinciales en su gran mayoría efectúan pagos de amortizaciones parciales, incluso algunos de ellos como el bono de Córdoba (CO17) pagan interés y capital mensualmente. Esta característica podría ser utilizada por un inversor para construir un portafolio que le permita garantizarse un flujo mensual similar a un departamento, pero con varias ventajas respecto de la renta inmobiliaria: exención de Bienes Personales, mayor tasa de rendimiento, menor capital inicial para ingresar y mayor liquidez, entre otros.
Para aquellos inversores que deseen dolarizar sus carteras, los bonos dollar-linked son una interesante propuesta a analizar por la posibilidad de un rendimiento similar al de bonos largos hard-dollar pero con un menor riesgo de tasa.
(*) Autor del libro “Con los $ que tengo, ¿qué hago?” @medaghero