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Democracia argentina: ¿y por las provincias cómo andamos?

La democracia argentina cumple el 10 de diciembre próximo 38 años de existencia. Resulta esta una buena oportunidad para reflexionar sobre la calidad de la democracia en el ámbito subnacional, con particular énfasis en su proceso electoral.

Mapa-Argentina
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Santiago Leiras 29 septiembre de 2021

Por Santiago Leiras

La democracia argentina cumple el 10 de diciembre próximo 38 años de existencia, constituyendo el período más prolongado de estabilidad democrática desde 1916 a la fecha presente.

A lo largo de estas tres décadas de desarrollo institucional el régimen político instaurado en 1983 a nivel nacional ha dado sobradas muestras de resiliencia frente los desafíos de las crisis militares de 1987/1990, económica de 1989/1990 e institucional y social del año 2001/2002. Todas estas pruebas fueron en mayor o medida superadas de manera satisfactoria.

Al mismo tiempo un largo ciclo de emergencia tiene lugar desde el año el año 1989 hasta la fecha presente con algunos breves interregnos entre 1999-2001 y 2015-2018, resultado de tres grandes crisis: económica (1989-91), social (2001-02) y sanitaria (2020- ), siendo esta última resultado de una pandemia con origen externo.

La coexistencia entre la democracia política y un prolongado estado de emergencia (casi permanente) ha afectado la calidad de la democracia argentina, siendo la misma definida “con diferentes adjetivos” parafraseando a los politólogos estadounidenses David Collier y Steven Levitsky.

Resulta esta una buena oportunidad para reflexionar sobre la calidad de la democracia en el ámbito subnacional, con particular énfasis en su proceso electoral. El académico alemán Dieter Nohlen nos recuerda que, en un sentido más general, las elecciones representan el método democrático de designar a los representantes. En un sentido más estricto, constituyen una técnica de designación de representantes, dado que las elecciones no son un procedimiento exclusivo de los regímenes democráticos. 

En un completo informe, la organización no gubernamental Transparencia Electoral ha elaborado la segunda edición del Mapa de Integridad Electoral Argentina 2021. El estudio evalúa los niveles de integridad electoral por provincia basándose en indicadores agrupados en tres dimensiones: respuesta institucional, igualdad en el acceso a derechos políticos y competitividad democrática. El Mapa de Integridad Electoral hace uso de tres categorías para clasificar a las provincias con integridad electoral baja, moderada y alta.

Entre las principales conclusiones del informe podemos destacar las siguientes.

Del año 2017 (edición anterior del estudio) al 2021, la proporción de electores empadronados que reside en distritos de integridad moderada aumentó de 45,2% a 65,2%, reduciendo así de 38,2% a 19,3% el porcentaje de electores que reside en distritos de alta integridad y en mucha menor medida el que reside en distritos de baja integridad, que apenas se redujo de 16,7% a 15,5%.

Aunque la mayoría de las provincias conservó los niveles de integridad electoral de 2017, se observaron cambios en las condiciones de siete distritos.

Dos provincias mejoraron sus condiciones: Corrientes pasa de integridad baja a moderada y Neuquén, pasa de baja a alta integridad electoral.

Seis provincias se mantuvieron con “alta integridad” electoral: Mendoza, Chubut, Rio Negro, Capital Federal, Chaco y Tierra del Fuego.

En cinco provincias hubo un retroceso: Córdoba, Santa Fe y Entre Ríos pasaron de alta integridad a moderada, y Catamarca y San Juan, fueron degradadas de provincias con integridad moderada a baja.

Siete provincias siguen contando con muy pobres condiciones electorales: La Rioja, Santiago del Estero, Formosa, Santa Cruz, Misiones, San Luis y Tucumán.

Al comparar los resultados del estudio con los resultados de las PASO del 12 de septiembre pasado, el informe arroja que los oficialismos provinciales en 4 de los 9 distritos de baja integridad ganaron las PASO 2021 con grandes diferencias a favor, lo que en conjunto con la evaluación de otros indicadores nos permite sostener la existencia de una baja competitividad electoral en esos distritos.

La competitividad de las elecciones en Argentina varía por provincia, aun cuando son procesos electorales federales, dado que en cada provincia hay condiciones diferentes determinadas por la realidad política imperante. Algunas de las provincias que cuentan con las peores condiciones son reconocidas por expertos como “regímenes híbridos”, es decir, sistemas en los que existen obstáculos para que la oposición pueda llegar a desafiar seriamente al oficialismo provincial.

En suma, el informe de Transparencia Electoral nos permite dar cuenta del variopinto panorama electoral argentino a nivel sub nacional.

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