Tras la polémica que se desató hace unas semanas atrás, cuando se conoció que China bloqueó el ingreso de aceite de soja argentina, el consejero agrícola en el Gigante asiático, Hernán Viola, le aseguró a El Economista que desde la Embajada y el Ministerio de Agroindustria realizaron “gestiones” con el gobierno de ese país para verificar que no exista ningún tipo de barrera comercial ni una cuestión particular con los importadores locales.
“Ellos aseguran que no hay conflictos ni represalias, de todos modos mantenemos reuniones constantes”, explicó Viola. Según el funcionario, “China desarrolla una fuerte reestructuración del crushing que ha crecido significativamente, y que va a hacia un proceso de sustitución de importaciones, lo cual está impulsando la compra de porotos y una contracción del aceite”. Por eso, señaló que esto “ha derivado en que nuestras ventas se hayan volcado a otros mercados como India o Egipto”.
“Este año, durante los primeros meses China no estuvo importando. Ya en noviembre no había consultas, pero en ese momento era por los precios, y había caído en general la demanda de aceite del mundo. En marzo tuvimos nuevamente un aviso del sector de nuevas demandas, con volúmenes bajos con respecto de otros años, y notamos que el diferencial de precios con Brasil era bastante similar”, indicó en relación a las ventas nulas de 2016.