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La región crecerá 5,9% en 2021, pero se desacelerará en 2022

América Latina y el Caribe crecerán en 2021, dijo la Cepal, aunque la pandemia continúa presente (y amenazante) y la crisis agudizó los problemas estructurales de larga data en la región.

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01 septiembre de 2021

Las economías de América Latina y el Caribe crecerán en 2021, aunque la pandemia continúa presente y la crisis agudizó los problemas estructurales de larga data en la región: baja inversión y productividad, informalidad, desocupación, desigualdad y pobreza.

Según el nuevo informe de Cepal, recuperar la inversión y el empleo, especialmente en sectores ambientalmente sostenibles, es clave para una recuperación transformadora e inclusiva.

La Secretaria Ejecutiva de la Cepal, Alicia Bárcena, dio a conocer el “Estudio Económico de América Latina y el Caribe 2021: Dinámica laboral y políticas de empleo para una recuperación sostenible e inclusiva más allá de la crisis del Covid-19”. El organismo actualizó su proyección de crecimiento regional hasta 5,9% para 2021 y advirtió que la región tendrá una desaceleración en 2022, con una expansión estimada de 2,9%.

El crecimiento de 2021 se explica principalmente por una baja base de comparación -luego de la contracción de 6,8% del PIB en 2020-, además de los efectos positivos derivados de la demanda externa y el alza en los precios de los productos básicos (commodities) que exporta la región, así como por aumentos en la demanda agregada.

“Existen importantes asimetrías entre los países desarrollados y las naciones de ingreso medio -entre las que se encuentran la mayoría de los países de América Latina y el Caribe- tanto en la dinámica de la vacunación, como en la capacidad de implementar políticas para la recuperación económica”, indicó Bárcena.

“Para mantener políticas fiscales y monetarias expansivas los países de región requieren complementar los recursos internos con un mayor acceso a la liquidez internacional y con mecanismos multilaterales que faciliten el manejo de la deuda, si es necesario. Se necesitan iniciativas multilaterales para enfrentar las incertidumbres sobre la vacunación y el acceso de los países en desarrollo a financiamiento en condiciones adecuadas”, agregó la alta funcionaria de las Naciones Unidas.

El documento muestra que los problemas estructurales que por décadas han limitado el crecimiento económico de la región se agudizaron producto de la pandemia y limitarán la recuperación de la actividad económica. Antes del Covid-19 la región venía con una trayectoria hacia el estancamiento: en el sexenio entre 2014 y 2019 creció a una tasa promedio de 0,3%, menor al promedio del sexenio que incluye la Primera Guerra Mundial (0,9%) y el de la Gran Depresión (1,3%). Además muestra una caída progresiva en la inversión, alcanzando en 2020 uno de sus niveles más bajos en las últimas tres décadas (17,9% del PIB). Además, la productividad laboral cae significativamente. La región llegó a la pandemia con las defensas ya bajas.

Por otro lado, en 2020 la pandemia desencadenó la mayor crisis que han experimentado los mercados laborales de América Latina y el Caribe desde 1950. A nivel mundial, los mercados del trabajo de la región fueron los más afectados por la crisis generada por el Covid-19: el número de ocupados cayó 9% en 2020 y la recuperación esperada para 2021 no permitirá alcanzar los niveles precrisis.

Asimismo, la pandemia provocó una fuerte caída en la participación laboral, en particular de las mujeres. Con la crisis la participación femenina llegó en 2020 a 46,9%, lo que representa un retroceso a los niveles de 2002. En 2021 se espera una recuperación de ese indicador, que llegaría a 49,1%, que son niveles similares a los de 2008.

La Cepal canalizar inversión hacia sectores que promuevan un nuevo estilo de desarrollo y que pueden potenciar competitividad, empleo, y bajar la huella ambiental. Algunos ejemplos: la transición hacia energías renovables; movilidad sostenible en ciudades; la revolución digital, para universalizar el acceso a las tecnologías; la industria manufacturera de la salud; bioeconomía y servicios ecosistémicos; la economía del cuidado; economía circular y turismo sostenible.

“Impulsar el empleo demandará políticas productivas y laborales para promover la inserción laboral, en especial de mujeres y jóvenes”, resaltó Bárcena. Agregó que se deben ampliar los programas que fomentan el empleo, en especial el femenino y el juvenil; impulsar políticas sectoriales para la reactivación de actividades productivas gravemente afectadas por la crisis, como el comercio y el turismo; extender y profundizar los programas de apoyo a las micro, pequeñas y medianas empresas (mipymes) y potenciar la economía del cuidado.

En materia fiscal, el reporte resalta que la política fiscal debe acelerar la inversión pública e incentivar y atraer la inversión privada. Es prioritario para la sostenibilidad de la política fiscal fortalecer los ingresos tributarios y reducir la evasión, que representa alrededor de US$ 325.000 millones (o 6,1% del PIB regional).

En este ámbito, un mayor acceso a la liquidez internacional y mecanismos multilaterales que faciliten el manejo de la deuda contribuiría a ampliar el espacio de política fiscal y monetaria de la región. La emisión de Derechos Especiales de Giro (DEG) equivalente a US$ 650.000 millones implementada recientemente, permitirá fortalecer la posición externa de los países de la región, disminuir el riesgo y liberar recursos para cumplir con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). “Pero la emisión de DEG y su reasignación no es una panacea y debe ser acompañada de otras iniciativas”, dice el documento cepalino.

El informe destaca la necesidad de fortalecer la banca de desarrollo regional, subregional y nacional con el fin de aumentar la capacidad de préstamos y de respuesta a la pandemia, así como el establecimiento de un mecanismo multilateral de reestructuración de la deuda soberana para hacer frente a las obligaciones contraídas con los acreedores privados. Añade la importancia de mitigar la prociclicidad de las agencias calificadoras de riesgos y contribuir a que la estabilidad financiera sea un bien público global mediante la creación de una agencia multilateral de calificación crediticia.

“Se debe ampliar el conjunto de instrumentos innovadores para mejorar el acceso al financiamiento e incluir a los países de ingreso medio en todas las iniciativas de alivio de la deuda y acceso a liquidez concesional. El PIB no debe ser el único criterio para evaluar el desarrollo y necesidades de los países”, resaltó Bárcena.

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LOS DATOS

59%

América Latina y el Caribe es la región del mundo en desarrollo que tiene el mayor nivel de endeudamiento externo medido como porcentaje de sus exportaciones de bienes y servicios (226,7%) y la que enfrenta el mayor costo por este nivel de endeudamiento (59% de sus exportaciones de bienes y servicios)

380

Tras mantenerse por encima de la barrera de los 700 puntos básicos en marzo y abril de 2020, el riesgo país de los países de la región comenzó una sostenida reducción y llegó a 552 puntos básicos en junio, a 476 puntos básicos en septiembre y cerró 2020 en 386 puntos básicos, un nivel que mantienen hoy. Hay excepciones: entre ellas, Argentina, que hoy tiene un riesgo país superior a los 1.500 puntos.

+38%

Para 2021, se prevé que los precios de los productos energéticos, los metales y minerales así como de los productos agroalimentarios sean 58%, 38% y 20% más altos, respectivamente, en comparación con el nivel promedio registrado en 20204. La dinámica se explica, en gran medida, por una mayor demanda mundial y ?en el caso de los productos agrícolas? también por shocks de oferta.

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