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En campaña: la política y la eterna necesidad de reinventarse

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08 septiembre de 2021

Por Patricio Mouche Politólogo y consultor político

A días de las elecciones PASO en Argentina, con un contexto generalizado de desencanto y apatía hacia los políticos y las campañas, vale hacer un análisis más amplio que lo electoral. La conclusión, que adelanto, es que este malestar no es con los oficialismos sino con los políticos. Y es con ellos no por “políticos” sino por no cumplir con las demandas. El asunto será cómo responden los gobiernos y cómo se adaptan las campañas a esta situación tras las PASO.

En el globo hay contextos distintos, economías diferentes y una generación que nace en pandemia, pero los humores son similares: descontento generalizado con la política, o mejor dicho con los políticos.

Aunque totalmente imprevista y repentina, la pandemia puso a prueba, la capacidad de cumplir con las demandas de la gente. Que haya sido abrupta y de tal tamaño fue el catalizador que faltaba. Pero esto viene de antes, hay contextos previos como, por ejemplo, las movilizaciones en Chile que obligan a reformar la Constitución, la crisis de Bolivia, Perú y su sucesión de presidentes y un Brasil movilizado. Esto hace pensar: ¿qué es lo que están mirando los políticos?

Es una tentación caer en las críticas al sistema democrático o al tipo de gobierno, pero el problema es la brecha entre las expectativas y las necesidades de la gente versus gestiones que no pueden hacerle frente. España, por ejemplo, con un tipo de gobierno distinto a la mayoría de las democracias latinoamericanas, viene atravesando distintas crisis políticas en los últimos años que acompañan el ascenso de Vox. Similar en Francia, donde vimos como los “gilets jaunes” (“chalecos amarillos”) se manifestaban en el país. En principio reclamaban contra el alza en el precio de los combustibles, la injusticia fiscal y la pérdida del poder adquisitivo. Años antes, también estuvieron los incendios en los barrios periféricos de Paris.

El problema es más amplio de lo que parece. No es solo esto de “los políticos de siempre”: tiene que ver con cumplir demandas y la pandemia lo puso en primera plana. Lo concentró. Hay una capacidad limitada para hacer frente a los problemas que se potencia con el crecimiento demográfico y que genera ciclos de insatisfacción en la gente. Es un desafío constante para los gobiernos.

Entonces, no sirve discutir sobre los sistemas políticos o las formas de gobierno, sino lo que tienen que resolver los líderes. La crisis de liderazgos, más allá de no generar interés en la gente durante la campaña, se nutre de la imposibilidad de solucionar los problemas que están dando vuelta por el mundo y que hace mucho tiempo dejaron de quedar entre fronteras. Por esto, es que la idea de una política regional coordinada debería recuperarse, y de nuevo la pandemia lo pone en evidencia: ¿de qué le sirve a un país estar vacunado si sus vecinos no lo están?

Hacia adelante, lo que debemos plantear no son solo campañas distintas, publicitarias y “novedosas”: hay que trabajar fuertemente en la formación de los dirigentes y qué ideas concretas tienen para poner en marcha las soluciones. Hay que formar equipos eficientes y trabajar en conjunto. La definición de temas (qué entienden los políticos que es importante resolver primero) y la gestión de la agenda de políticas públicas es importantísima para que no haya ruido.

Muestra de todo esto es lo que comentan los candidatos y que también podemos ver en algunos ajustes en las campañas. En distintas partes del país, ven la apatía y la dificultad para acercarse a la gente. El consenso es que “la campaña no levanta”. No por nada, en estos últimos días los candidatos principales se vieron forzados a mostrar propuestas concretas e incluso a cambiar el tono de la campaña, con menos risas en los afiches y cara más serias para demostrar compromiso con la situación.

Por delante está el desafío para todos los gobiernos y “oposiciones”, de interpretar correctamente las demandas (distintas en cada sociedad) y darles atención, porque el margen para resolver desde la comunicación se empieza a esmerilar cuando no puede responderle o interpretar a la gente. La clave será establecer una comunicación concreta, con menos slogan, y muy enfocada en propuestas y resultados. La obligación de comunicar lo que se hace, es una necesidad y una obligación para empujar una agenda con más propuestas y política públicas con impacto directo.

No queda margen, tiene que haber menos distancia entre las promesas de campaña y/o los problemas y la gestión o las campañas. El reinventarse de la política tiene que ver con gestionar y transformar la realidad de las personas, no es con más slogans o TikToks. Este es el objetivo principal y puede haber una reconciliación que la lograrán aquellos que, sin alardear, cumplan con las demandas ya sea interpretándolas desde una campaña o resolviéndolas desde un gobierno.

La posibilidad está y va a ser interesante ver que lectura y cambios hacen los políticos y sus campañas tras las PASO para llegar mejor a las generales.

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