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Todos los inversores se quieren ir, pero ninguno sabe adónde

Los inversores ven con preocupación el avance de la variante Delta y los datos desalentadores de China y de Estados Unidos.

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Luis Varela 05 agosto de 2021

Por Luis Varela

Inseguros, desconcertados, con la boca seca, miles de inversiones de todo el mundo están como metidos en una rotonda: todos parecen querer escaparse de todas partes, pero sin saber dónde hay que ir para encontrar algo de seguridad.

Este momento de gran incertidumbre se está dando porque las dos economías más grandes del mundo, Estados Unidos y China, entregaron ayer datos que provocaron mucha inquietud. Los norteamericanos confirmaron que el empleo se está recuperando mucho más lento de lo esperado. Y China lanzó una alerta máxima por la multiplicación de contagios por la variante Delta del Covid-19, con el peor rebrote en lo que va de la pandemia.

La conclusión inmediata de quienes leen las estadísticas de último minuto es muy sencilla: si los chinos vuelven a confinarse y a consumir menos, la demanda del principal comprador del planeta se achicará. Y eso, por supuesto, repercute directamente en la expectativa de todas las empresas exportadoras del mundo.

Los pasos de la Fed

Se sabe, la Reserva Federal de EE.UU. que tiene el principal joystick para manejar las finanzas del planeta (ya que tiene debajo de sí las mayores reservas mundiales de oro, una posición creíble, y expectativa de dejar de soltar dólares y de subir la tasa de interés) está muy pendiente de los empleos creados, pero también de la inflación. Y muchos productos vienen marcando subas importantes, por lo que en pocos días sabremos si julio fue para los norteamericanos otra vez un mes con un costo de vida en fuerte aumento, tal como fue junio.

Por lo pronto, ayer, al conocerse el rebrote del virus en China y la desaceleración en el mercado de trabajo norteamericano, se registró (como en febrero del año pasado) otra fuerte caída para el precio del petróleo. La variante WTI (el crudo de Texas) que rozó los US$ 77 por barril hace un mes, terminó ayer a US$ 68, pidiendo la hora, con fuerte retroceso un poco porque la Opep incrementó la oferta, pero fundamentalmente porque el rebrote del covid significa posibilidad de confinamiento, de menores movimientos, y de menores consumos fundamentalmente en el uso de los automóviles.

Esta realidad golpeó de lleno ayer en Wall Street, que volvió a tener una jornada negativa, con el Nasdaq tecnológico siempre defendiéndose, ya que terminó casi sin cambios, pero con el S&P achicando 0,5% y el Dow Jones Industrial cayendo casi 1%, con una particularidad que dejó a muchos con la boca abierta: hubo una tremenda caída del 9% para la gigantesca General Motors y un desplome del 5% para Ford, dos empresas emblemáticas para toda la industria norteamericana.

Y si a los países grandes, sólidos, que venían con las mejores expectativas de recuperación hasta ahora, les está ocurriendo este momento de incertidumbre, cualquier ahorrista, incluso el más desprevenido, puede imaginar lo que puede pasar en economías ultra debilitadas como la de Argentina.

El dólar en el mundo

Ayer, con esos malos datos norteamericanos, en el exterior el dólar subió 0,5% en México, 0,4% contra el yen, 0,2% contra el euro y la libra, pero bajó 0,2% en Chile y 0,5% en Brasil. Pero en Argentina, mientras el ministro Martín Guzmán dio una conferencia de prensa buscando tranquilizar, de los 14 dólares de Alberto, 13 estuvieron para arriba, y el único que se mantuvo frenado fue el dólar blue, que sigue detenido por ayuda de manos amigas, ya que su valor influye muchísimo en la tranquilidad de la manada de inversores, y eso es decisivo para que no se produzca una estampida antes de las PASO.

Un día después de la mala licitación de deuda de Guzmán y de la importante absorción de pesos del BCRA a través de Leliq, con las tasas inmóviles (38% anual en Leliq y 37% en plazos fijos), la autoridad monetaria no tuvo que usar reservas para evitar que el dólar se siguiera escapando, pero sí utilizó bonos, fuerte, tanto el papel más corto del canje, el AL29, cayó tanto, que su tasa a vencimiento llegó a un récord del 22,3% anual.

A pesar de esa hipoteca del Gobierno, tratando de mantener la tranquilidad desde ahora hasta las urnas, el 14 de noviembre, la mayoría de los dólares estuvo hacia arriba. El dólar turista subió 11 centavos hasta 168,71 pesos, el oficial subió 7 centavos hasta $102,25 y el blue se mantuvo sin cambios a $180,50. El dólar mayorista subió 2 centavos hasta $96,83 con el BCRA logrando sumar US$ 38 millones a las reservas hasta US$ 42.549 millones.

Pero el dólar Senebi subió 16 centavos hasta $175,16, el MEP subió 16 centavos hasta $169,73 y el contado con liquidación subió 11 centavos hasta $170,25. Mientras que la brecha entre el oficial y el blue fue del 76,5%, la del CCL con el mayorista fue del 75,9%. Y medidos en pesos, el real subió 11 centavos hasta $18,72, la libra bajó 21 centavos hasta $134,49 y el euro retrocedió 22 centavos hasta $114,62.

El rumbo de los bonos

Por supuesto, la baja de los bonos también está atada a otro movimiento: en pocos días vencen dos bonos grandes que debe afrontar Guzmán. Esos papeles están en su mayoría en manos de inversores privados, locales y extranjeros. Y al menos los inversores del exterior tienen decidido, sin vuelta atrás, que ni bien cobren los pesos saldrán del sistema argentino. Sea como fuere, la ola de desconfianza actual hizo que ayer el riesgo país argentino volviera a subir, y se ubicara otra vez arriba de la absurda barrera de 1.600 puntos, ocho veces más alto que las marcas de los países vecinos.

Pero además de los bonos, ayer hubo otro dato que causó bastante inquietud. Después de la presentación irregular de estadísticas presentada por Acara, con números muy confusos, que según algunos analistas reflejan pedidos de parte del Gobierno para que la desaceleración no se note, Adefa entregó una verdad contundente. Debido a que las fábricas no pueden importar piezas, la fabricación de autos de julio fue 20% más baja que la de junio. Por supuesto, comparado con la cuarentena estricta del año pasado los números son muy positivos.

Pero la realidad actual muestra que el cepo estricto, con freno a las importaciones, está afectando la actividad, y eso puede ser una muy mala noticia para el oficialismo desde acá a las elecciones generales de noviembre.

Por supuesto, como dijimos, el clima negativo es mundial, no solo local. Ayer de hecho la Bolsa de México bajó 0,8% y la de San Pablo acusó una caída del 1,4%. Y el mercado bursátil local también estuvo en otro día pálido.

Con $727 millones operados en acciones y $2.288 millones en Cedears, la Bolsa de Buenos Aires bajó otro 1,2%, al tiempo que los ADR argentinos que cotizan en Nueva York mostraron mayoría de bajas: un solo papel estuvo en aumento (Bioceres), pero luego hubo caídas de hasta el 3% en IRSA P, YPF, Supervielle, Francés, TGS y Pampa E.

¿Qué puede pasar de aquí en más? El mundo entero está en una especie de dimensión desconocida. Ayer, con los contagios de la variante Delta, varios países como Alemania, Israel, Gran Bretaña e incluso Uruguay se lanzaron a empezar a aplicar una tercera dosis. En el marco de escasez global, la OMS pidió que se frene esa tercera vacuna, ya que hay países que no tienen. Y EE.UU. respondió que ellos tienen vacunas sobrantes y que pueden abastecer.

Pero en Argentina, sin otra opción, el gobierno empezará a vacunar la segunda dosis de los que recibieron la Sputnik, con AstraZeneca y Moderna, en algo que se parece bastante a un manotazo de ahogado experimental. Aunque, tal como viene haciendo desde hace meses, Rusia asegura que en septiembre habrá un alto aumento de segunda dosis de Sputnik 2, y el laboratorio local Richmond promete 3 millones de dosis antes de fin de mes, cuando hay 6,6 millones de personas esperando, sumergidas en una gran angustia.

Con el petróleo debilitado por la Delta, el resto de las commodities también mostró resultados bastante específicos. Los metales preciosos estuvieron flojos. Los metales básicos actuaron en descenso. Los granos estuvieron mixtos, tanto en Chicago como en Rosario, con gran incertidumbre en el mercado local por la seca del Paraná y por los bloqueos gremiales en los puertos del sur. Y la única salida que volvió a resucitar estuvo atada al panel de criptomonedas, con un rebote del 4,6% para el bitcoin, con mejoras similares en casi todo el panel, salvo el ethereum que subió más del 7%.

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