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A pesar de la desaceleración, los alimentos todavía suben por encima de la inflación general

Más allá del freno en la carne, otros rubros de consumo masivo siguen escalando. Ahora, el Gobierno puso el foco en insumos como aluminio, cartón y vidrio, que impactan en el precio final.

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Agustín Maza 25 agosto de 2021

Por Agustín Maza

A pesar de la desaceleración de la inflación general desde 4,8% en marzo, el rubro que sigue presionando al alza continúa siendo el de alimentos y bebidas. A su vez, estos productos tienen un impacto sumamente negativo en los sectores de ingresos más bajos que, además, son los que menos capacidad tienen para aumentar sus ingresos a la par del costo de vida. Ante esto, el Gobierno extrema controles para llegar mejor parado a las elecciones, en un escenario de tensión social en ascenso.

Los últimos datos del Indec van en ese sentido. Durante junio y julio el segmento de alimentos creció 3,2% y 3,1%, respectivamente. Mientras tanto, el índice general marcó 3,2% y 3% para esos meses. Si bien hay una desaceleración evidente desde el pico que representó marzo (4,8%), esos aumentos continúan erosionando el nivel de compra de los sectores más vulnerables.

El Gobierno

En ese sentido, el ministro de Economía, Martín Guzmán, dio su punto de vista al respecto en una entrevista reciente, en la cual manifestó que hubo factores extraordinarios que hicieron superar el 29% de la pauta inflacionaria estimada en el Presupuesto 2021.

Nosotros vemos la inflación bajando y la tasa reduciéndose mes a mes. Eso viene ocurriendo desde marzo y va a continuar ocurriendo. En un contexto de pandemia aumentó mucho la demanda por alimentos y bajó mucho la demanda por servicios", detalló el ministro.

En un país con 42% de pobreza, que además alcanza a casi seis de cada diez niños, que los alimentos continúen al alza es un problema serio. Esto se agrava si se tiene en cuenta que ese segmento finalizó por encima del nivel general de precios en los últimos tres años.

Por otro lado, en la comparación interanual con datos oficiales, los sueldos perdieron más de siete puntos contra la inflación desde junio de 2020 hasta el mismo mes de este año. En ese lapso, el índice de salarios total avanzó 43% mientras que la inflación escaló 50,2%.

“Este rubro tiene un impacto muy importante en las zonas más pobres y tiene una incidencia importante sobre la inflación general”, remarcó el director de Eco Go, Sebastián Menescaldi, ante El Economista. De todas formas, el economista comentó que existe un proceso de desaceleración, explicado por las anclas cambiarias y tarifarias, y que el Gobierno “está atendiendo adecuadamente la situación social”.

Aumentos

Los mayores aumentos se vienen dando mayormente en productos de consumo masivo. Ante eso, el Gobierno anticipó que se abrió una investigación en la Comisión Nacional de Defensa de la Competencia sobre las productores de las materias primas tales como cartón, vidrio, plástico y tetrabrick para indagar si hubo abuso de posición dominante que incrementó los precios de productos fabricados con estos materiales.

“Desde que desarmaron el programa Precios Máximos, los productos de consumo masivo vienen recuperando el atraso en los precios que mostraron hasta junio cuando finalizó totalmente”, explicó la economista de Ecolatina, Agostina Myronec, ante El Economista. “Más que nada subieron los productos que vienen empaquetados”, agregó.

Desagregando los datos del organismo estadístico para el Gran Buenos Aires de julio, aceites, grasas y manteca avanzaron casi 6% mientras que leche, productos lácteos y huevos subieron 4,6%. Pan y cereales subieron 3,1%; azúcar, dulces, chocolate y golosinas, 4,8%; café, té, yerba y cacao, 6,1% y aguas minerales, bebidas gaseosas y jugos 4,9%.

“La inflación se muestra muy inflexible a la baja y los alimentos básicos continúan aumentando por encima de la inflación promedio”, comentó el director de Focus Market, Damián Di Pace. Para el especialista, la clase media no logra cubrir la canasta básica y “en muchos casos han tenido que disminuir sus consumos básicos para llegar a fin de mes”, agregó.

La medida más polémica, sin duda, tuvo que ver con el cierre total y posterior reapertura parcial de exportaciones de carne. Esa decisión fue motivada por un nivel de aumentos muy grande para un producto de consumo tradicional en la mesa de los argentinos. En lo que va del año, las carnes y derivados aumentaron 34% y en el último año 75,6%.

De todas formas, la suspensión de exportaciones generó que en julio este producto marcara, según la medición del Indec, un avance de apenas 0,4% que no compensa las subas de los meses previos. “Llega un momento que la demanda tampoco convalida el aumento de precios, hoy la demanda está virando al pollo o el cerdo, donde se ven aumentos más pronunciados que en la carne vacuna”, dijo Menescaldi.

Según un relevamiento realizado por el Mercado Ganadero S. A., el precio de la hacienda solamente creció 9% en el primer semestre del presente año, mientras que el precio de la carne aumentó 34% semestral y los salarios solo subieron casi 23%.

¿Qué podemos esperar?

El director de Eco Go estimó que durante agosto el precio de los alimentos podría desacelerar respecto a julio. “Nuestro relevamiento muestra una variación del 3,1% en este rubro y quedará todavía por encima del nivel general”, concluyó Menescaldi.

Por su parte, Myronec comentó que en los próximos meses los productos de consumo masivo, sobre todo empaquetados, seguirán aumentando su precio de manera considerable. “A contramano, no esperamos esa dinámica para carnes o frutas y verduras”, finalizó la economista.

***

Las expectativas de inflación bajan

La inflación esperada por los argentinos se desaceleró en agosto y para los próximos doce meses es del 48%, según un relevamiento que realiza mensualmente la Universidad Torcuato Di Tella. La medición fue realizada por el Centro de Investigación en Finanzas (CIF) de esa casa de estudios y arrojó que la inflación esperada por la población para los próximos doce meses es de 48% según el promedio de las respuestas y de 50% según la mediana. Hay que recordar que el mes pasado la inflación esperada promedio fue del 49,1% y, por ende, se observa una reducción de 1,1 puntos porcentuales. Así, continúan cayendo por segundo mes consecutivo las expectativas de inflación. En la distribución regional, la Ciudad de Buenos Aires continúa siendo la jurisdicción con mayor expectativa de inflación (50%) en comparación con Gran Buenos Aires (48,1%) y el interior del país (47,6%). Según el trabajo, en todas las regiones la mediana de las respuestas fue de 50%. Respecto al mes anterior y mirando el promedio para capturar la variabilidad, en Gran Buenos Aires aumentó poco la expectativa, mientras que en las demás, disminuyó. Por nivel de ingreso, son similares las expectativas para los hogares de altos ingresos (48%) y de bajos ingresos (47,9%). En este caso, la inflación esperada promedio percibida por los hogares converge a un nivel similar para los distintos niveles de ingresos.

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