En línea con los pronósticos, el PIB de China creció 7,9% en el segundo trimestre luego de haberlo hecho al 18,3% en los primeros tres meses del año, un porcentaje distorsionado por la base de comparación en plena pandemia.
En el caso de la producción industrial, la expansión fue de 8,9% en el trimestre y de 8,3% en junio comparados con el mismo periodo de 2020.
Las ventas minoristas que dan una pauta sobre la evolución del consumo registraron un avance de 13,9% en términos interanuales en el segundo cuarto del año mientras que la inversión en activos fijos en el primer semestre creció 12,6% frente a los seis meses iniciales de 2020.
Por su parte la tasa de desempleo urbano en junio no mostró variaciones y se ubicó al igual que en mayo en el 5%.
Si bien las autoridades chinas fijaron como objetivo un crecimiento de 6% este año, los analistas pronostican que se ubicará en torno al 8% y todos los datos conocidos hasta ahora apuntan a ese porcentaje aunque habrá cierta desaceleración en el segundo semestre.
Una expansión equilibrada de China es fundamental para sostener la recuperación de la economía global y contribuye a sostener el precio de las commodities beneficiando a los países que las exportan.
El mercado recibió positivamente los datos porque evidencian que la economía crece a buen ritmo y en este contexto los analistas no coinciden sobre los próximos pasos de las autoridades monetarias que recientemente tomaron algunas medidas de estímulo.