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Hay luz para las criptos reguladas y sombras turbias para quienes no se adapten

Cada vez los reguladores apuntan más a regular las criptomonedas y se encaminan hacia las CBDC.

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Por Gonzalo Martínez Mosquera

Mark Carney tiene, según Wikipedia, tres nacionalidades distintas: es canadiense, británico e irlandés. Manejó el Banco Central de Canadá entre 2008 y 2013 cuando se mudó a Londres para luego manejar el banco central más antiguo del mundo.

Es una persona que, cuando habla, vale la pena escucharlo.

El pasado 28 de junio participó de un evento sobre el futuro del sistema monetario que organizó el Banco de Pagos Internacionales (BIS, por sus siglas en inglés) y dejó importantes definiciones.

En primer lugar, rescató la importancia de la asociación entre el sector privado y el público en el sistema monetario. El primero crea la mayor parte del dinero a través de los bancos y el segundo mueve su precio intentando manejar la cantidad de préstamos que se otorgan.

Rescató la importancia de que los bancos centrales continúen asegurando la finalidad de los pagos, proveyendo liquidez en momentos de estrés y regulando el sistema de pagos en su conjunto. Luego agregó que la autoridad monetaria debería asegurar a esos emisores privados los mismos términos que le ofrece a los jugadores tradicionales.

Hasta acá podría interpretarse como “damos la bienvenida a las stablecoins pero sepan que no nos corremos y que vamos a regularlas”.

La idea la resumió de manera sencilla: el banco central provee la base del sistema y el sistema de pagos se maneja a través de API y los depósitos bancarios, según Carney, se usarán sólo como reserva de valor remunerada.

Coincide en parte con nuestra propuesta que publicamos el pasado 14 de julio.

Y coincide también con el formato que tendrá el yuan digital a ser emitido por China. La semana pasada, el banco central de ese país publicó el White Paper para su CBDC y en el mismo informó que su moneda no tendrá el formato sintético sino que los habitantes tendrán acceso directo a cuentas bancarias en la autoridad monetaria. Los bancos sólo serán los distribuidores.

Pero volviendo a Carney, explicó que para las stablecoins (criptodólares) el modelo regulatorio debería incluir requerimientos de capital, de liquidez mínima y acceso a fondeo del banco central en caso de estrés. Un gran respaldo diría yo que pone en jaque a la competencia. PayPal, por ejemplo.

Como si fuera poco, Janet Yellen, Secretaria del Tesoro de Estados Unidos, se reunió este martes con el Grupo de Trabajo en Mercados Financieros para debatir el avance de las stablecoins.

Les explicó a los reguladores que el país del norte debe avanzar rápidamente en las leyes pertinentes para esas criptos que siguen al dólar u otro activo de manera centralizada. Se hizo eco de lo que Jerome Powell, chairman de la Reserva Federal, le había pedido a los congresistas la semana pasada.

Según CoinMarketCap.com, la capitalización de mercado de todas las stablecoins ya suma los US$ 144.000 millones. Por ahora su uso ocurre mayoritariamente dentro del ecosistema cripto pero de a poco va usándose como reserva de valor en países donde sus habitantes no confían en su sistema financiero.

Hasta El Salvador, que hace poco aprobó el curso legal de Bitcoin, estaría, según un diario local, armando su propia cripto estable.

En Argentina ya casi no quedan cuevas de dólar blue que no las ofrezcan. Tal vez el diario debería empezar a publicar el “dólar stablecoin”.

Tanto estas criptos como una eventual CBDC en dólares representan un riesgo gigantesco para el sistema financiero argentino. Pensalo: la opción a tener tus dólares en el banco (que en realidad son argendólares) dejaría de ser el colchón o la caja de seguridad, y ahora podrías tenerlos en tu celular.

Hay que empezar a pensar, por las dudas, en un sistema monetario argentino sin depósitos en dólares.

De todas formas no todas las stablecoins son iguales.

Tether es la que mayor capitalización de mercado tiene, con US$ 62.000 millones (casi 54% del total). Conocidas son las dudas respecto a su respaldo y son muchos los que afirman que nunca tocarían un USDT (su sigla cripto) en su vida.

A comienzos de 2021 comenzó un rally tremendo en el que emitió 43.000 millones de tokens en cinco meses, que equivaldrían al mismo monto en dólares. Es una suba de 215% en ese período.

Pero no solo su enorme crecimiento fue noticia y generó sospechas sino que ahora su estancamiento se sumó para sembrar más dudas.

Desde principios de junio no solo dejó misteriosamente de crecer su emisión sino que hasta se redujo un poco. Se “quemaron” aproximadamente mil millones de Tethers diría un criptofan.

La segunda stablecoin en tamaño es USDC, emitida por el consorcio Center, que cuenta con una capitalización de casi US$ 28.000 millones (casi un cuarto del total) y un crecimiento incluso más veloz que el de Tether, lo que le ha permitido crecer en participación de mercado.

Este 16 de julio mostró una atestación de sus activos de respaldo, que era muy reclamada por el público. De su total de dólares en circulación (en realidad tokens que representan dólares), el 74% está respaldado por “cash y equivalentes” y “certificados de depósitos”, 12% está en bonos del Tesoro de Estados Unidos y el resto (14%) en bonos corporativos y papeles comerciales.

Pareciera un enorme signo de seguridad para quienes tienen esa stablecoin entre sus ahorros. Otras stablecoins son incluso más seguras, pero de menor tamaño, lo cual muestra que hay para todos los gustos.

Donde la seguridad no parece estar a la orden del día es en Binance, tal vez el exchange cripto más grande del mundo. Sus operaciones se complican en todos lados, como comentamos la semana pasada.

Amy Castor, periodista especializada, explica que cada tanto las operaciones se detienen por un supuesto mantenimiento y que esos parates suelen coincidir con etapas de alta volatilidad en el precio de las criptos. Presumiblemente, según la autora, se aprovechan de sus clientes para no dejarlos reaccionar a tiempo.

Aparte, dice Castor, los retiros de dinero fiat suelen verse frizados sin mayores explicaciones. La explicación sería que la casa de cambios cripto va perdiendo sus proveedores bancarios y eso le complica cada vez más la operación.

Cuando le advertí de esto a un amigo (al momento de escribir esta nota) me respondió con un mensaje de WhatsApp donde mostraba un cartel de Binance diciendo que no se podían hacer retiros, en este caso de la criptomoneda Cardano.

Para agregar leña al fuego, Castor comenta sobre los rumores muy turbios que corrieron en las redes respecto a la supuesta desaparición de Catherine Coley, ex CEO de la exchange en su versión norteamericana luego de su desafiliación en abril pasado.

Desde ese momento Coley dejó de escribir en Twitter, no tuvo apariciones públicas y en su cuenta de LinkedIn sigue mostrándose como la Gerente General de Binance.

Para llevar tranquilidad, esta misma semana David Gerard, ya conocido por los lectores de esta columna, informó que Catherine se encuentra sana y salva y que estaría presentando acciones legales.

La semana pasada, Ricardo Da Ros anunció vía LinkedIn su desvinculación de la filial brasileña del exchange luego de sólo 6 meses de relación por una aparente “desalineación de expectativas”.

Si ponen en aquella página la palabra “Blockchain” dentro de las búsquedas laborales encontrarán mucha actividad del exchange para su filial en Argentina. Conocidos que trabajan allí u otros similares de origen chino suelen contar que los salarios son buenos pero el trabajo es “24x7”, y recuerden que cuando acá nos vamos a dormir, el país asiático se está despertando.

Pero las sombras del mundo cripto no se quedan ahí.

La semana pasada la revista homónima de este diario, The Economist, se hizo eco en sus “noticias de la semana” de la desaparición de Revil, un sitio para exigir rescates denominados en Bitcoin con origen en Rusia, que misteriosamente paso a “offline” luego de que Joe Biden le advirtiera Vladimir Putin que si ellos no hacían algo los estadounidenses intervendrían.

Cada uno es responsable de lo que hace con su dinero y a quién se lo confía. Pareciera que los reguladores no le van a dar la espalda a las criptos, especialmente en su versión estable, siempre y cuando se atengan a las reglas.

Quienes lo hagan verán cada vez más complicada su interacción con los clientes y con el mundo financiero tradicional.

El 6 de julio, en una carta a sus clientes, Binance explicó que las criptos están en un momento similar al que estaba la industria automotriz en sus orígenes. Al principio los semáforos y las señalizaciones no existían pero a nadie se le ocurrió que los autos dejaran de circular mientras se iban implementando las normas de circulación.

Me pregunto si los reguladores tendrán las mismas contemplaciones con el exchange a la espera de que se regularice. Permitanme dudarlo.

Jellen, Powell y Carney le dan respaldo a las criptos reguladas pero el presente y sobre todo el futuro de Tether y Binance pareciera cada vez más oscuro.

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