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Caída del hashrate de BTC, stablecoins dudosas y exchanges perseguidos: ¿el principio del fin?

La semana pasada, el hashrate del Bitcoin (BTC) descendió 35%, la caída más fuerte de la historia.

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Por Gonzalo Martínez Mosquera

Hyman Minsky fue un reconocido economista estadounidense vinculado a la escuela conocida como el poskeynesianismo.

Una de sus enseñanzas más importantes fue la hipótesis de que el sistema financiero es inestable por naturaleza debido al comportamiento procíclico del sector privado que suele llevarlo a generar fuertes ciclos económicos.

La idea es que cuando la economía va para “arriba”, los bancos son más propensos a realizar préstamos y esos préstamos impulsan el gasto generando un ciclo virtuoso. Pero la capacidad de endeudamiento del sector privado tiene un límite que depende de su ingreso.

Eventualmente el crédito bancario que alimentaba aquella suba se desinfla generando un círculo vicioso en el cual caen los ingresos reduciendo la generación de préstamos que enfrían el gasto y así sucesivamente.

Algo similar, según algunos, ocurre en el sistema del Bitcoin.

Para mantener a la moneda digital más conocida se requiere el servicio de los mineros, que son aquellos que gastan tremendas dosis de energía en una competencia para minar los bloques de transacciones que forman la blockchain.

El tiempo entre bloque y bloque tiende a ser de 10 minutos y digo “tiende” porque esa duración depende de cuantos mineros haya compitiendo en un momento dado. A mayor cantidad de mineros, menor será el tiempo en el que se validan las transacciones.

Para poder lograr que el promedio en el largo plazo sea de 10 minutos, el sistema se autorregula haciendo más complicado (o menos) el trabajo de los mineros, lo cual hace que tarden más (o menos) en minar y que, por lo tanto, se demore (o apresure) la aparición de nuevos bloques.

Como los mineros son pagados en Bitcoin con la emisión de nuevas monedas más las comisiones por las transacciones, el atractivo de ser minero no sólo depende de la dificultad del trabajo seteado por la red sino también del precio de esa moneda.

Esto podría generar un riesgo procíclico parecido al que se da en el sistema financiero.

Las caídas importantes en el precio de Bitcoin obligan a los mineros a vender una mayor cantidad de Bitcoin para poder pagar sus costos variables dado que pierden capacidad de endeudamiento para mantener su capital de trabajo.

Esto genera una aceleración en la caída del precio, que a la vez acentúa la baja inicial. Obviamente lo mismo, en sentido contrario, ocurre a la suba.

¿Por qué es relevante todo este asunto ahora?

Porque la semana pasada se dio el mayor ajuste de dificultad en la historia. medido en EH/s (hashrate): la baja fue del 35%. Está reflejando claramente la enorme desconexión de mineros alrededor del mundo ocasionada por la baja de precio y el avance regulatorio sobre la minería, especialmente en China.

A menor hashrate, menor seguridad y a menor seguridad, menor atractivo del activo, cuestión que podría reducir aún más su precio. Procíclico.

No son cosas, sin embargo, que parecieran preocupar mucho al fondo de inversión Soros.

Esta semana corrió el rumor de que Dawn Fitzpatrick, responsable de inversiones de aquel fondo, habría dado el OK para realizar trading de Bitcoin y otras criptomonedas. Es una de las pocas señales de actividad institucional cripto, la cual pareciera haberse enfriado con la caída en los precios.

La que también avanza en el mundo cripto es Visa.

Según informó la revista especializada The Block, la emisora de la famosa tarjeta de crédito habría contratado 5 personas para posiciones estratégicas relacionadas al mundo cripto. Algo es algo.

Es la misma Visa que en marzo había firmado un acuerdo con Crypto.com, exchange de criptomonedas, para la emisión de tarjetas fondeadas con ese tipo de dinero.

Pues ahora pareciera cerrarse el círculo. Aquella casa de cambio se asoció a Circle para proveer el servicio de emisión de USDC a cambio de dinero fiat. USDC, recordemos, es la segunda stablecoin detrás de Tether, pero con bastante mejor reputación que aquella.

Digo “bastante” porque últimamente surgieron dudas respecto a los activos que respaldan a su cripto dólar.

En una entrevista que Coindesk, revista especializada en criptos, le hizo a Jeremy Allaire, el CEO de Circle, este fue poco preciso respecto a qué inversiones hace la compañía con el dinero de sus clientes.

Cuando se le preguntó a qué se refería cuando en su página de Internet hablaba de “inversiones aprobadas”, Allaire contestó: “Estamos regidos por la ley”. Ante esa respuesta, Coindesk retrucó: “OK, ¿pero cuáles son esas inversiones?” Entonces, Jeremy insistió con la misma tónica: “Deberían mirar las leyes”.

Ya era peligroso que Tether, que aporta la mayor liquidez en el sistema cripto, sea poco transparente con sus inversiones. Si ahora se le suma USDC, entonces estamos hablando de que tres cuartas partes de la liquidez estable en el ecosistema podrían tener un importante riesgo de hacerse humo.

Son cada vez más los nubarrones en el mundo cripto.

Para echar aún más leña al fuego, el 28 de junio pasado el Reino Unido ordenó a Binance detener sus actividades en ese país y el exchange suspendió los retiros de fiat debido a supuestas tareas de mantenimiento no programadas.

Si bien el 30 de junio la casa de cambio cripto informó que se reanudaban esos retiros algunos mal pensados decían que probablemente estaba usando cuentas bancarias “escondidas” del regulador para hacerlo, como habría hecho Tether alguna vez.

No son los británicos los únicos que le causan dolores de cabeza a Binance. También en Japón, Corea, Tailandia, Malasia e Islas Caimán los reguladores lo están poniendo en aprietos.

Y no solo Binance está complicado. Huobi, un exchange que le compite mano a mano, informó que prohibió a sus clientes con residencia en China el trading con derivados cripto.

Por su parte, la plataforma RobinHood seguirá esperando la aprobación para cotizar sus acciones en la Bolsa. Según explicó Bloomberg, la razón principal son los cuestionamientos respecto a sus actividades cripto. Era esperable, los reguladores no quieren exponerse en el mundo del anonimato.

Cotizaciones y hashrate que caen, stablecoins en duda y exchanges perseguidos. El presente no parece augurar un buen futuro para el ecosistema.

La pregunta que nos hacemos hace un tiempo en esta columna se sostiene. ¿Estamos viendo el principio del fin o se trata simplemente de una limpieza necesaria y normal para una tecnología disruptiva que está dando sus primeros pasos?

Sólo lo sabremos con el tiempo. Quienes apuesten correctamente podrán hacer una gran diferencia.

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