El Banco Central (BCRA) marcó en los primeros seis hábiles de operaciones de julio una intervención neta positiva de aproximadamente US$ 370 millones en el Mercado Único y Libre de Cambios (MULC), más de la mitad de los US$ 727 millones que embolsó a lo largo de junio pasado.
En ese sentido, si bien la autoridad monetaria hoy terminó con una intervención neutra, fuentes de mercado sostuvieron que recuperó el ritmo de engrosamiento de sus reservas que, a pesar de desacelerarse en junio, le permitió cerrar el primer semestre de 2021 con un acumulado de casi US$ 6.500 millones en compras, el nivel más alto desde 2012.
El fenómeno responde a una fuerte liquidación de dólares de exportaciones del complejo agroindustrial ante la recuperación histórica de precios de la soja, el maíz y el trigo, entre otros cultivos, y una mayor regulación de la salida de dólares del país, restringidas a operaciones de importación de insumos para la producción y el pago de deudas comerciales o financieras de empresas.
De esta forma, el BCRA acumuló poder de fuego para sostener la pauta cambiaria en los próximos meses que, históricamente, suelen ser períodos de dolarización de carteras en el sector privado ante la cercanía con las elecciones y del fin de la cosecha gruesa de cultivos, que mengua la oferta de divisas en el mercado local.
El tipo de cambio mayorista avanzó 20 centavos esta semana, para cerrar en $ 95,79 para la compra y $ 95,99, cinco centavos por arriba del miércoles, en la que será una semana corta ya que mañana no habrá actividad bancaria ni cambiaria por el feriado del Día de la Independencia.
Del mismo modo, las cotizaciones de los dólares bursátiles se mantuvieron relativamente en calma en el cierre de la semana. El dólar "Contado Con Liqui" (CCL) avanzó un 0,9% en la semana a $167,83, con lo que la brecha con el oficial se ubica en torno al 75%, mientras que el dólar MEP terminó la jornada en $ 166,93 (+ 0,2% en la semana) y mantiene una brecha similar al CCL con el oficial.
La expectativa del Gobierno para el 2021 es fijar una pauta devaluatoria del orden el 25% anual y llegar a fin de año con un tipo de cambio promedio de $102,40, de modo de usar al tipo de cambio como vehículo para desacelerar la inercia inflacionaria sin que pierda la competitividad producto de las fuertes devaluaciones de 2018 y 2018.
