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Trabajo y obra pública ante la segunda ola del Covid-19

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03 junio de 2021

Por Roxana Mazzola (*)

La obra pública es central para contribuir en la política económica. Es una de las palancas dinamizadoras, capaces de reactivar una economía con bajo nivel de actividad. En contextos como los actuales se requiere, además, establecer prioridades y hacer estimaciones para direccionar los esfuerzos allí donde son más necesarios y urgentes, a fin de que el impacto positivo sea mayor.

A la histórica restricción en inversiones en infraestructura y desarrollo de complejos productivos, se le sumaron en los últimos años políticas económicas erráticas, lo que ya marcaba un piso bajo, que la pandemia agudizó. De acuerdo a datos de Infralatam.info, una plataforma con datos de inversión pública en América Latina, desarrollada por Cepal, BID y la CAF, al año 2018 la inversión en obra pública de Argentina estaba por debajo de la media regional con relación al monto y la calidad de la inversión en infraestructura. La inversión pública nacional tuvo una disminución del 61% en términos reales entre 2015 y 2019. En ese lapso pasó del 2,7% (2015) al 1,1% (2019) del PIB, lo que representó una pérdida de 1,6 puntos. De manera simultánea, se produjo un endeudamiento constante que llegó a niveles insostenibles en 2019. A este punto de partida crítico se le adicionó la pandemia del Covid-19.

Es al menos complejo pensar en activar una economía si se baja la inversión con efectos en una de las principales palancas multiplicadora, como es el sector de la obra pública, como pasó hasta 2019.

Sin embargo, con el cambio de signo de la administración nacional, cambiaron nuevamente las prioridades. Eso se refleja principalmente en el actual Presupuesto, donde se ve duplicada la última asignación en términos porcentuales hasta el 2,2%, pero también en otros indicadores que relevan los “Informes de Coyuntura sobre Trabajo y Obra Pública” del Ministerio de Obras Públicas.

Asimismo, las estadísticas del OEDE del Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social, como las del Ieric y las del Indec continúan mostrando signos positivos a partir de agosto de 2020, luego de la caída en los puestos de trabajo registrados en el sector de la construcción verificada a partir de la mitad del año 2019 y que ya venía en baja previo al Covid-19.

Entre los meses de agosto y diciembre de 2020 se observa un ascenso en la cantidad de puestos de trabajo, que supera al mes de abril, primer mes donde se podría ver el efecto de la pandemia 19. Durante los dos primeros meses de 2021 las tres fuentes muestran aun mayor crecimiento en los puestos de trabajo, sobre todo en febrero.

En marzo, y en base a datos del Indec, se observan aumentos en el consumo de los insumos para la construcción que podrían estar indicando que la recuperación del sector se hace extensiva a otras tipologías de obras más asociadas a la obra pública (hierro redondo y acero, y sobre todo asfalto). Estos insumos muestran tasas de crecimiento significativas.

Aunque resta evaluar el impacto estacional de la segunda ola de coronavirus, que podría moderar el ritmo de mejora, la tendencia es positiva. En febrero pasado, el Ieric registró la menor caída interanual de empleo desde el inicio de la pandemia. Sube en mayor proporción el subempleo, lo que representa un comportamiento típico del mercado laboral en las fases iniciales de procesos de recuperación.

También es destacable el resultado positivo en materia de expectativas en el relevamiento periódico de las grandes empresas del sector privado. Son estas, recordemos, las que ejecutan la obra pública.

Esto no implica ausencia de desafíos en el horizonte. Por el contrario, el Ministerio de Obras Públicas sigue de cerca la evolución de los precios de los principales insumos y materiales. Se han registrado importantes subas en el último tiempo y se evalúan distintas estrategias de intervención para evitar que ese recalentamiento interfiera con el necesario ritmo de recuperación y sus esperados beneficios. También se trabaja en el mapeo de zonas críticas, entrecruzando variables tales como contagios de Covid-19, desempleo y déficit habitacional, para orientar allí las inversiones.

Cantidad y calidad

Es reconocida la contribución del sector de la construcción para acelerar el crecimiento, crear empleo y convertirse en un pilar simultáneo del consumo (en relación a los insumos), inversión (hogares y firmas) y valor agregado.

Tan importante como aumentar el volumen de la inversión es mejorar su calidad. La tecnología hoy disponible ofrece enormes posibilidades que, manejadas con voluntad política y objetivos, permiten un manejo muy eficiente de los recursos, pensando siempre en maximizar el impacto positivo en las variables empleo, consumo y calidad de vida de los sectores más vulnerables. Trabajar sobre esta prioridad es uno de los temas que viene sentando el ministro Gabriel Katopodis y el presidente Alberto Fernández.

Un Estado inteligente debe tomar decisiones en base a criterios científicos e información estadística confiable y de calidad. En ese sentido, la Dirección Nacional de Transparencia del Ministerio de Obras Públicas, a través de la resolución 118/2021, ha desarrollado el Programa de Monitoreo y Evaluación con el fin de contribuir a la mejora de las tomas de decisiones públicas y a la rendición de cuentas ante la ciudadanía, así como también mejorar el bienestar social.

En un ministerio caracterizado por el desconocimiento por parte de la ciudadanía, este programa apunta también a aumentar la confianza pública, así como a contribuir en los procesos de toma de decisiones para apuntalar el impacto de las acciones de la obra pública.

Trabajamos articulando esfuerzos entre la Red de Areas de Monitoreo y Evaluación que involucra no a las secretarías del ministerio sino a las empresas y organismos descentralizados que dependen del mismo, como el Ente Nacional de Obras Hídricas de Saneamiento (Enohsa), Agua y Saneamientos Argentinos (Aysa), la Autoridad de Cuenca Matanza Riachuelo (Acumar), la Dirección Nacional de Vialidad, y Corredores Viales.

Estamos trabajando en una herramienta que permite ponderar y predecir con mayor precisión el impacto de cada decisión en el mundo laboral. Se trata del Estimador de Obra Pública, que le dará mayor rigurosidad a la premisa con la que abrimos estas líneas.

(*) Directora Nacional de Transparencia del Ministerio de Obras Públicas de la Nación

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