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Sin tocar nada por ahora, la Fed debilitó el viento de cola

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Luis Varela 21 junio de 2021

Por Luis Varela

El tiempo pasa y las cosas cambian. Hace muchos años, por ejemplo, no había celulares, juegos electrónicos o digitales. Algunas de las diversiones de los más chicos pasaban por entretenimientos que quizás muchos de los que lean este comentario ni siguiera conozcan, como la rayuela, el balero o una particular travesura que se llamaba "culadera".

La culadera era simple, maliciosa y muy divertida. Se agarraba una ramita de un árbol, se cortaba en distintos pedacitos, cada chico elegía uno y al que agarraba el más cortito le tocaba ir de punto, pobrecito. Se ponía en cuatro patas, todos los demás se colocaban en fila, y tenían que ir repitiendo diez saltos al que había perdido, repitiendo en cada salto una acción, con palabras, si alguien se equivocaba, iba abajo, y así sucesivamente.

De menor a mayor, los saltos se iban convirtiendo en despiadados. El primero era inocente: se saltaba al que estaba en cuatro patas y se decía "primera sin tocar". Y luego se iba incrementando la cosa. "Segunda tirón de pelo", "tercera pellizquito" y así sucesivamente, hasta llegar a la última que era la "culadera", que consistía en sentarse encima del pobre que estaba abajo, refregándolo y aplastándolo con todo el peso.

Seguramente muchos de los que leen esta columna financiera se estarán preguntando qué tiene que ver la "culadera" con lo que pasa en estos días. Pero efectivamente, la "culadera" es la mejor imagen que grafica lo que hizo la Reserva Federal de EE.UU. la semana pasada al decidir qué cosas hará para cumplir con sus dos funciones esenciales: lograr pleno empleo privado y apagar los brotes inflacionarios.

Hasta ahora, para compensar la falta de actividad de la pandemia, la Reserva Federal estuvo un año dando estímulos de dinero en efectivo sin parar, cobrando préstamos con tasa casi 0%, y comprando en la Bolsa de Nueva York un paquete de US$ 120.000 millones por mes, 66% en bonos del Tesoro y 33% en papeles respaldados por hipotecas, todo para dar liquidez y mantener el nivel de consumo mientras la economía funcionaba con restricciones.

Pero la falta de actividad y el dinero arrojado desde helicópteros (no solo en EE.UU., sino también en todos los países del mundo, sin excepción) provocaron un importante aumento de la inflación. En enero, la variación anual del costo de vida norteamericano era del 1,2%, en febrero subió al 1,8%, en marzo pasó al 2,6%, en abril trepó al 4,2% y en mayo llegó al 5%.

En medio de ese proceso de suba, con la Fed fogoneando con dólares sin parar, el empleo se fue recuperando a gran velocidad, aunque la semana pasada hubo una sorpresa: esperaban que los pedidos de ayuda con seguro de desempleo bajaran de 375.000 a 360.000, y la realidad se dio vuelta, terminaron creciendo en 37.000 solicitudes, hasta 420.000 reclamos de ayuda.

En medio de esa complicada disyuntiva, inflación creciendo y empleos con un retroceso, se reunieron los 18 miembros que integran la Reserva Federal norteamericana para decidir qué medidas tomar.

Cada mes se reúnen y emiten comunicados con minutas que muchas veces son ambiguas, para que los actores del mercado se orienten, pero sin una señal demasiado definida. Hasta la reunión de mayo la señal era inequívoca: se seguirían comprando bonos por US$ 120.000 millones por mes en Wall Street y la tasa seguiría en 0% hasta 2024.

Dólar y commodities

Gracias a esa onda expansiva, entre abril del año pasado y mayo de este año todos los mercados tuvieron un jubileo: el dólar estuvo flojo contra otras monedas y las commodities duplicaron su precio. Sólo por dar dos ejemplos vitales para la argentina, en los últimos doce meses la soja saltó 103% de US$ 300 a US$ 610 dólares y el maíz voló 154% de US$ 120 a US$ 305. Y esos formidables precios de los granos le permitieron al BCRA acumular vía retenciones algo más de US$ 4.000 millones en los últimos seis meses.

Pero en la reunión de la semana pasada, la Fed inició la culadera. Hizo "primera sin tocar", pero marcó la nueva dirección de su estrategia. Dijo que por el momento seguirá comprando los U$S 120.000 M en bonos, pero advirtió que comienza a debatir las cantidades en las que irá achicando esa compra, en un operativo denominado tapering. Y dijo que en 2023 la tasa corta dejará de estar en 0% como ahora, y será del 0,6%.

O sea, en los hechos, en la movida estrictamente actual, la Fed no tocó nada: la tasa 0% sigue y la compra de bonos continúa. Pero atención: esa decisión estuvo muy cerca de ser otra. De los 18 directores de la FED, todos votaron seguir con la compra de bonos por ahora, pero 11 optaron por subir la tasa recién en 2023 y 7 votaron por subirla en 2022. En un mes, con el nuevo dato de inflación y con la tendencia de empleo, votarán de nuevo.

Como la economía de Estados Unidos se está recuperando más rápido que otros países, este "primera sin tocar" de la Fed alcanzó para que el dólar recuperara terreno contra casi todas las monedas del mundo: la semana pasada el billete verde saltó 3,7% en Chile, 2,7% contra el franco suizo, 2,2% contra la libra, 2% contra el euro, 0,9% contra el yuan y 0,5% contra el yen. El único país donde la semana pasada bajó el dólar fue en Brasil, donde retrocedió 0,5% de 5,11 a 5,09 reales.

El "primera sin tocar" de la Fed dio vuelta como una media el precio de los commodities. En tres semanas de junio sólo el petróleo está en alza, ya que la salida de la pandemia proyecta más actividad y necesidad de movimiento de autos, por lo que el crudo sube 6,7%. Pero el resto de los valores esenciales anotó bajas, y algunas fueron importantes. En lo que va de este mes el girasol cae 2,90% en Rosario, el aluminio retrocede 4,9%, el níquel 5,6%, el trigo Rosario 6,3%, el bitcoin 7,4%, el oro 7,5%, la onza de plata 8%, la soja Chicago 8,7%, el maíz Rosario 8,7%, la soja Rosario 10,4% y el cobre pierde 11%, todo para abajo.

El viernes, después de conocerse que la mejora del empleo en EE.UU. había tenido una pausa, la caída de los precios dejó de ser tan profunda. Pero a pesar del dato, las bolsas cerraron la semana en rojo, como no se veía desde hace 90 días: la Bolsa de Tokio pudo subir 0,1%, pero el Nasdaq de New York achicó 0,3% en la semana, San Pablo bajó 0,8%, Frankfurt 1,6%, Madrid y México 1,9% y el Dow Jones de New York se desplomó 3,4%.

Impacto local

¿Qué efecto tuvo el "primera sin tocar" de la Fed y el frenazo del viento de cola global en Argentina? En pocas semanas la soja cayó de US$ 610 a US$ 513 y el maíz achicó de US$ 305 a US$ 258. Con eso, el BCRA, que venía pescando con medio mundo en la pecera gracias a las retenciones, dejó de recibir un chorro de reservas para pasar a tener un hilo de agua en la canilla: en mayo la autoridad monetaria sumó reservas por US$ 52 millones por día en mayo, y en lo que va de junio está sumando US$ 30 millones cada 24 horas. Y hoy empieza el invierno, y se viene el segundo semestre, ya sin cosecha para vender, por lo que será mucho más seco todavía.

Además, al Gobierno se le vienen cuatro vallas difíciles de saltar. Este jueves el MSCI define si nos manda al descenso, como país fronterizo, con países como Kazajistán, Kenia, Jordania, Líbano y Bangladesh.

El lunes que viene (28), Martín Guzmán deberá hacer otra licitación, con un cúmulo de vencimientos por casi un billón de pesos desde ahora hasta fines de agosto. Dentro de 40 días el Club de París votará si nos declara en default o no y el FMI ya dijo que no habrá acuerdo en el 2021. Alberto deberá decidir si paga los US$ 2.400 millones con reservas o no. Cristina no quiere. Si no paga la deuda seguirá, habrá una multa de US$ 2.000 millones, y Argentina quedará afuera de toda asistencia de organismos multilaterales. Y además está el virus, que con vacunas que llegan tarde, sigue destruyendo hogares: en abril se murieron 190 personas por día, en mayo 442 y en junio 564.

Cambio en la Bolsa

Por todo eso, el mercado argentino se dio vuelta. La Bolsa porteña había subido 40% en dólares antes del "primera sin tocar" de la Fed, y ahora acaba de caer 10%. Los bonos habían trepado 15% y ahora cedieron 2%. Y el dólar blue, a las puertas del cobro del aguinaldo, con la gente que recibe dinero huyendo del peso, acaba de saltar 18% en las últimas diez semanas, de 139 a 164 pesos.

¿Puede volver la oscuridad al mercado local? La creación de empleo y la inflación en EE.UU., más la creación de empleo y la inflación en Argentina marcarán el pulso. Dentro de doce semanas habrá PASO y dentro de 21 semanas llegan las generales. Eso ocurrirá después de las cuatro vallas difíciles para saltar. Allí veremos si este momento es una "primera sin tocar" o si efectivamente sufriremos otra "culadera".

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