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Escocia: luego del triunfo del SNP, ¿qué ocurrirá ahora?

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02 junio de 2021

Por Victoria Rinaldi Investigadora Junior CEI-UCA

Las elecciones celebradas el 6 de mayo en Escocia le otorgaron un cuarto mandato de gobierno al Partido Nacional Escocés (Scottish National Party, o SNP), pero no todos los escaños que esperaba obtener. Ahora, Nicola Sturgeon, Ministra Principal y líder del partido, indica que otro referéndum por la independencia de Escocia no es cuestión de “si” se convoca, sino de “cuándo”. Pero, ¿cuál es el panorama al que se enfrenta?

El camino

Escocia ha sido parte del Reino Unido oficialmente desde 1707, con la firma del Tratado de Unión. Previo a ese acuerdo, habían existido múltiples intentos de unir a los países, junto con Gales, en una sola nación, pero todos fueron un fracaso. El Tratado, presentado en 1706 y compuesto por 25 artículos, buscaba principalmente asegurar la sucesión de protestantes para la Corona, la creación de un Parlamento unificado, una moneda en común y el trato igual para todos los súbditos, entre otras cuestiones.

Luego de múltiples negociaciones, la unión política entró en efecto el 1° de mayo de 1707. 314 años han pasado, y hoy, a partir del triunfo del Partido Nacional Escocés en las últimas elecciones del 6 de mayo, esa unión vuelve a estar en duda.

El SNP no obtuvo los 65 escaños a los que apuntaba en estas elecciones. Sin embargo, el Partido Verde Escocés (Scottish Green Party) obtuvo 8, efectivamente otorgándole la mayoría al bando independentista que ambos partidos integran, con un total de 72 escaños. A su vez, Alex Salmond, antiguo miembro del SNP y candidato en estas elecciones de su partido recientemente creado, el Partido Alba (Alba Party), no obtuvo ningún escaño, colocando a Sturgeon como el único rostro del movimiento independentista que busca un nuevo referéndum.

Los obstáculos

El contexto pandémico hace que la cuestión de la independencia pase a un segundo plano. Sturgeon ha asegurado que su prioridad es el manejo de la pandemia, lo que implica continuar con las vacunaciones y recuperar la economía. Actualmente, Escocia cuenta con más de 2 millones de personas vacunadas con ambas dosis, pero con una situación complicada en la zona de Glasgow debido a un repentino aumento en la cantidad de casos y una gran cantidad de gente que se ausenta a sus turnos de vacunación.

A su vez, para tratar el referéndum se requiere de una autorización por parte de Westminster y, como se sabe, Boris Johnson no está dispuesto a dar. Previo a las elecciones, había calificado de “irresponsable” y “peligrosa” la posibilidad de tratar un nuevo referéndum por la independencia escocesa. Sin embargo, ante el triunfo del bando independentista el 6 de mayo, Johnson no realizó comentarios al respecto, sino que invitó a los líderes de Escocia, Gales e Irlanda del Norte a una reunión, argumentando que los intereses de la gente del Reino Unido pueden cumplirse mejor si trabajan unidos.

Es posible que el silencio por parte de Johnson se deba a que su imagen y sus comentarios contra la independencia escocesa solo generen más interés en la misma por parte de los escoceses. El Brexit logró que muchos se replantearan su voto en el referéndum del 2014, ya que Escocia había estado fuertemente en contra de la salida del Reino Unido de la Unión Europea. Johnson apuesta a que el trabajo en equipo y las medidas de recuperación económica a nivel nacional que está impulsando ayuden a mejorar su imagen.

Sturgeon también posee críticos en el Parlamento escocés, que han señalado y pedido explicaciones sobre cómo procederá Escocia en distintas materias. Dean Lockhart, parte del Parlamento por el Partido Conservador y Unionista Escocés (Scottish Conservative & Unionist Party), argumentó que el plan presentado por Sturgeon y su partido aún debía definir cómo solucionarían el déficit fiscal que poseen, qué moneda utilizarían, cuál sería el banco central y cuál sería la posición de Escocia en relación al comercio con el resto del Reino Unido, que representa 60% del mercado escocés. Finalmente, Lockhart señaló que todas estas cuestiones por resolver lograrían que el Brexit pareciera algo simple en comparación a la posible independencia escocesa.

Finalmente, también debe tenerse en cuenta que, si la independencia se logra y Escocia desea volver a ingresar a la UE, debe cumplir con los Criterios de Copenhague, demostrando que es una democracia funcional y que posee una economía de mercado, entre otros puntos, y debe poseer la aprobación de todos los miembros de la UE. Esto puede volverse problemático para Escocia con países como España, que posee importantes movimientos separatistas dentro de ella.

Si bien España indicó que estaría de acuerdo con la membresía escocesa en tanto su proceso de independencia fuera constitucional y legal, la situación actual no parece encaminarse precisamente en esa dirección.

¿Qué sucede ahora?

Si Johnson continúa negándose al referéndum, Sturgeon tiene la posibilidad de llevar el caso a la Corte Suprema del Reino Unido. Sin embargo, esa salida no garantiza que Escocia obtenga su independencia, y puede llevar más tiempo del esperado. Se cree que el proceso de separación entre ambos podría llegar a durar entre dos y tres años, si el referéndum se lleva a cabo.

En caso de que Escocia logre la independencia, debe tenerse en cuenta que el país no ha sido un Estado por su cuenta por más de 300 años. Sus legisladores estiman que el establecimiento de una estructura estatal efectiva llevaría, al menos, 18 meses.

A su vez, si bien el SNP es un partido a favor de la independencia escocesa, no todos los miembros del partido gobernante tienen la misma postura en relación a la UE.

Algunos están a favor de que Escocia se postule para volver a ser parte de la misma. Otros consideran que Escocia debería ser parte de la Asociación Europea de Libre Comercio sin participar de la UE. En caso de que se busque unirse a la UE, a los años que llevaría independizarse, se le sumarían entre cuatro y cinco años más, según el analista político escocés Anthony Salamone.

Con todo eso en cuenta, se puede afirmar que Sturgeon y la independencia de Escocia aún tienen un largo camino que recorrer. Sin embargo, la voluntad política y los votos parecen estar presentes. Solo queda esperar.

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