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De los dos Lotos ganados por el país, uno parece perdido

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Luis Varela 18 junio de 2021

Por Luis Varela

Ayer, un día después de que el jefe de la Reserva Federal de EE.UU. Jerome Powell marcará en el comunicado de la de la entidad una separación respecto de los comunicados de los meses anteriores, se conoció un dato vital para ese organismo: el mercado esperaba que hubiera 360.000 pedidos de seguro por desempleo desde los 375.000 reclamos de la semana anterior. Pero, para sorpresa de todos, en vez de aparecer una baja, hubo un incremento de 37.000 solicitudes, hasta 412.000 pedidos, en el primer aumento que muestra ese indicador desde principios de abril de este año.

Este giro en "U" en uno de los dos grandes relojes que mira la Fed (inflación y empleo), puede parecer un dato menor respecto de todo lo que pasó ayer en los mercados, ya que el dólar global volvió a subir contra casi todas las monedas, todos las commodities perdieron mucho precio (sobre todo los granos), las Bolsas terminaron con precios en baja y los bonos de todas partes profundizaron su zona de impresionante selectividad. Pero los analistas no se quisieron distraer: además de la inflación, el dato del empleo será el que le haga tocar el pito a Powell, marcándole al mundo que en serio se terminó la época de dinero gratis.

El miércoles, ni bien Jerome Powell terminó de dar los resultados de la reunión del directorio de la Fed, el debate en el que se sumergieron los analistas estuvo centrado en tratar de descular si, efectivamente, como también desliza la secretaria del Tesoro, Janet Yellen, la inflación es puramente transitoria, o se la suba de los precios es estructural.

Entre las mesas de Wall Street pesos pesados decían a viva voz: "Powell no tiene idea si la inflación cederá o no, quizás en tres meses EE.UU. tenga una inflación todavía más alta, él no lo sabe con certeza. Si acierta, efectivamente recortará la compra de bonos de a poco y subirá la tasa recién en 2023. Pero si se equivoca, la minuta de la Fed volverá a llegar con mensajes mucho más duros".

El ritmo de la inflación

Pero ayer hubo una batería de datos que parecen confirmar que la alta inflación de EE.UU. (5% anual en mayo) puede tener sería chance de ser más temporal que estructural. Primero, el empleo dio un paso atrás, por lo que en medio del Covid, de las nuevas cepas, y de la tremenda cantidad de 616.426 muertos dentro de EE.UU. (el 16% de los 3,86 millones fallecidos que se acumulan en el mundo en lo que va de 19 meses de pandemia), la velocidad de recuperación económica mostró una pausa. Y segundo, ayer hubo una caída vertical en el precio de los commodities, por el mensaje de Powell y por un mundo que se está poniendo en marcha.

El aviso de Powell, advirtiendo que empezará a desacelerar la compra de bonos en Wall Street (desde US$ 120.000 millones por mes, 66% en bonos del Tesoro y 34% en bonos respaldados por hipotecas), hizo que el dólar dejara de caer contra casi todas las monedas del mundo. Ayer, después de un miércoles formidable para el billete verde, en el exterior el dólar saltó 1,1% en Chile, 0,7% contra el euro. 0,4% contra la libra y 0,1% en México. Y solo bajó 0,4% contra el yen y achicó 0,9% en Brasil, con el real brasileño convirtiéndose en este momento en la mejor moneda del año, algo muy favorable para Argentina.

Commodities para abajo

Esta pausa en el crecimiento del empleo norteamericano y este repunte del dólar contra la canasta de monedas principales provocó ayer un verdadero golpe en la boca del estómago a todas las materias primas. El petróleo bajó poco, algo más del 1%. Las criptomonedas achicaron 2,5% promedio. Los metales anotaron bajas mucho más profundas, cercanas al 4%, tanto los básicos como los preciosos.

Y, lamentablemente para Argentina, la peor parte se la llevaron los granos: hay buen clima en EE.UU., por los precios altos se sembró hasta en las macetas, y los granos se desplomaron en Chicago 6% promedio y la estocada también se sintió fuerte en la Bolsa de Rosario.

Esta baja en las commodities y esta recuperación no tan acelerada en la economía norteamericana puede indicar que la inflación tiene una alta dosis de temporal, y que cuando el Covid-19 destrabe a los centros de producción y la oferta de productos se normalice, es posible que los precios vuelvan a los niveles pre pandemia. Por eso, después de mostrar gran nerviosismo el miércoles, la Bolsa de Nueva York volvió a terminar ayer con tendencia mixta en sus índices principales, con el Dow industrial achicando 0,6%, pero el Nasdaq de las tecnológicas sigue enarbolado, con la sensación de que faltará tiempo para que el tapering (achicamiento de compra de bonos) sea intenso, y que la suba de tasas cortas seguirá bien lejos, en 2023, sin amenazas de aparecer antes. Y alto de eso mostraron las tasas largas de los bonos de EE.UU.: estuvo firme en el 0,9% anual en los papeles a 5 años, pero se mostraron más débiles en los plazos más extensos, en 1,5% a 10 años y 2,1% a 30 años.

Para el caso argentino, en cambio, lo que está ocurriendo en Estados Unidos da una muestra de que el panorama externo está cambiando de manera contundente, por lo que el país pasa de tener un ventarrón de cola a la existencia de una brisa, que incluso puede ir desapareciendo. Hace dos meses el economista Carlos Melconian marcó que el Gobierno de Alberto Fernández está teniendo "una suerte que no ligó Macri. Se ganó dos Lotos de arriba, la debilidad global del dólar y la suba notable en el precio de los granos".

Y ayer se vio claramente que el Loto de los granos está en claro riesgo. Y se verá si el Loto de la debilidad del dólar finaliza o no, en este punto el pronóstico es un poco más confuso. Pero, sin dudas, la dura caída de los granos determina que el país dejará de cobrar por exportaciones unos US$ 2.000 millones que ya se tenían contados antes de tiempo. Y, de hecho, ayer, por pagos y otras intervenciones, el Banco Central no solo dejó de acumular reservas, sino que perdió la friolera de US$ 291 millones, hasta US$ 42.400 millones.

Definiciones del Gobierno

Esta baja de los granos y de las reservas llega, además, en un momento crucial. El ministro Guzmán le acaba de decir en la cara, de modo presencial, a los empresarios que "no es ideal del Gobierno ni bajar el gasto ni bajar impuestos". Y la vicejefa de Gabinete, Cecilia Todesca, dijo ayer una serie de afirmaciones que dejó a todos los actores económicos con la boca verdadera abierta.

La número dos de Santiago Cafiero dijo sin ponerse colorada que la inflación argentina está muy afectada por los precios internacionales, cuando hasta el último observador sabe que la Argentina tiene una inflación crucero del 60% anual, mientras que los países vecinos de la región tienen una inflación del 3% anual.

En Estados Unidos, el mensaje que recibió Sergio Massa fue más allá: le dijeron que un plan creíble debe incluir crecimiento del empleo privado, algo que requiere inversión privada, menos impuestos y la posibilidad de hacer negocios.

Con semejante cantidad de mensajes, a 87 días de las PASO, el mercado local volvió a ponerse en zona de incredulidad: los dólares volvieron a estar firmes, los bonos cedieron, el riesgo país se acercó otra vez a los 1.500 puntos básicos y la Bolsa de Buenos Aires achicó otra vez, con caídas duras en la mayoría de los ADR que cotizan en Nueva York.

Mientras el dólar estuvo firme en el exterior, ayer se vio una suba de 15 centavos para el dólar turista hasta $166,17 y otra de 9 centavos para el dólar oficial hasta $100,71 pesos. Hubo un cierre sin cambios para el dólar blue a $163 y una suba de 6 centavos para el dólar mayorista hasta $95,37. Se registró un salto de $1,22 para el dólar MEP hasta $160,41 y una baja de 5 centavos para el contado con liquidación hasta $164,03. Por lo que la brecha entre el dólar oficial y el blue fue del 61,8% y la del CCL con el mayorista fue de 72%. Y, medidos en pesos, el real subió 16 centavos hasta $19,01, la libra bajó 49 centavos hasta $132,81 y el euro cayó 81 centavos hasta $113,56.

Bonos sin rally

Con ese escenario, los títulos públicos argentinos abandonaron el "rush" alcista de las últimas semanas, perdieron 0,4% en una rueda con doble volumen de operaciones y, lo que es peor, el riesgo país, que había bajado hasta 1.468 puntos, se empinó ayer en 17 unidades, hasta 1.493 puntos básicos.

Y mientras Wall Street se mostró mixto, con bajas del 0,8% en las Bolsas de San Pablo y México, la Bolsa de Buenos Aires perdió 1,7%, con $1.188 millones operados en acciones y $2.697 millones en Cedears.

Pero la peor señal se vio en Wall Street, donde hubo un día espectacular para Bioceres, que subió 10%, pero el resto de papeles argentinos bajó en bloque, con caídas de hasta el 7%, con Cresud, YPF, Edenor y Telecom como las peores de todas. Y la señal que más asustó al mercado fue la fórmula que eligió Cresud para enfrentar esta crisis: emite acciones, hace un canje de deuda y una venta de activos, algo que no pone muy tranquilos a los accionistas minoritarios, en una movida que puede anticipar lo que viene para muchas Obligaciones Negociables que mostraron últimamente sonrisas muy amplias.

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