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Vidal, el otro camino y la apuesta al “triunfo de los moderados”

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19 abril de 2021

En su reciente libro, “Mi Camino”, María Eugenia Vidal alterna entre el relato intimista en el que transmite sus vivencias mientras fue gobernadora de Buenos Aires y las definiciones políticas con las que busca posicionarse para futuras competencias electorales porque reconoce “que aspira volver a ser elegida algún día”. Más aún, no descarta pelear por el premio mayor al afirmar que, de darse la circunstancia en la que ella y Horacio Rodríguez Larreta, aspirasen a ser candidatos a la Presidencia de la Nación, se pondrían de acuerdo y que “de ningún modo vamos a poner en juego nuestra relación”.

Vidal aspira a transitar ese camino a partir de representar un conjunto de valores más que de un compendio de ideas y propuestas.

La exgobernadora arranca el libro destacando sus peleas contra “las mafias” a las que presenta como un rasgo distintivo de toda su gestión. También advierte que el conurbano bonaerense debe asumirse con un problema nacional y no descarta la necesidad de cambios en el diseño institucional de la provincia y cae en alguna contradicción al cuestionar que se vote cada dos años para lo cual haría falta reformar la Constitución, algo a lo que, por otra parte, dice oponerse. Con relación a su vínculo con el Gobierno, divide a su gestión en dos etapas: la primera, hasta 2017 de plena armonía y una mucho más compleja en los dos años finales.

Para Vidal, la política económica que puso en marcha el Gobierno de Mauricio Macri a partir de la gestión de Nicolás Dujovne afectaba el nivel de vida en el conurbano bonaerense. Y reconoce que en esa etapa las visiones económicas de su gobierno con las nacionales no eran coincidentes.

Y asume como su principal error no haber alzado la voz en su momento para advertir sobre la necesidad de hacer un cambio. A las diferencias en materia económica “se sumaron las políticas”, sostiene Vidal. Un sector del oficialismo, que finalmente fue el que se impuso, sostenía que lo más importante era preservar la identidad mientras que otro, que la incluía a ella, reclamaba una mayor apertura hacia otros espacios políticos.

La apuesta electoral del oficialismo se basaba en dos premisas que resultaron falsas, afirma Vidal. Por un lado, “las proyecciones del Gobierno anticipaban una recuperación de la economía” y por el otro, se descontaba la candidatura presidencial de Cristina Kirchner y por ese motivo “se incrementaban las chances electorales de Juntos por el Cambio”.

Hacia adelante, Vidal sostiene que el método para transformar a Argentina y resolver los problemas que arrastra desde hace décadas es el consenso. Por eso, se propone formar parte de la generación que supere la grieta y que deje atrás la lógica binaria para ir “construyendo el triunfo de los moderados”. Para avanzar en esa dirección considera que “ahí realmente cuenta cómo es la persona que ejerce el poder”.

Los libros de Macri y Vidal fueron publicados con pocas semanas de diferencia e interesan porque relatan las experiencias de quienes tuvieron responsabilidades de gobierno. En el segundo tiempo que insinúa el título del libro de Macri se debería producir la derrota final del populismo que a su juicio expresa el peronismo mientras que un eventual segundo tiempo de Vidal sería para construir consensos. Aunque comportan el mismo espacio y se valoren mutuamente, sus libros, tal vez sin proponérselos, sintetizan los dos caminos que tiene por delante el PRO.

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