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Aval a los “aportes solidarios” y pedido para que los países ricos transfieran vacunas sobrantes

Kristalina-Georgieva-
Kristalina-Georgieva-
08 abril de 2021

Desde hace algunos años, varios observadores vienen señalando que el Fondo Monetario Internacional (FMI) cambió. Si bien sus funciones son las mismas de siempre y las recomendaciones de política (sobre todo cuando pone plata en algún país) son similares a las de décadas pasadas, algunas declaraciones de sus principales funcionarios o líneas de investigación académica descolocan. En tiempos recientes, el FMI se aparta del libreto “mainstream” y se permite ser un poco más heterodoxo.

Ayer se vio algo de eso, cuando la N°1 del FMI, Kristalina Georgieva, dio una conferencia de prensa tras la publicación del nuevo World Economic Outlook (WEO), el martes pasado. Además, la conferencia de la búlgara, que nació detrás de la Cortina de Hierro, comenzó con una cita de Leon Tolstoi.

Como se esperaba, Gerogieva apoyó la iniciativa de Janet Yellen, secretaria del Tesoro de EE.UU., de un impuesto corporativo mínimo a nivel global. Sorprendió más cuando sugirió que un impuesto (temporal, eso sí) para los sectores de ingresos más altos no estaría mal. Un impuesto a la riqueza, como en Argentina.

A fin de ayudar a atender las necesidades relacionadas con la pandemia, una opción consiste en gravar los ingresos elevados con una contribución temporal a favor de la recuperación tras el Covid-19”, dijeron Vitor Gaspar, W. Raphael Lam, Paolo Mauro, y Mehdi Raissi en un posteo del FMI.

Si bien el FMI se mostró preocupado por los aumentos en los niveles de deuda pública (por los déficits generados para paliar la pandemia), pidió no recortar el gasto público a los sectores (sociales y productivos) que los necesitan. En resumen, “las autoridades económicas tendrán que lograr un equilibrio entre, por un lado, brindar apoyo fiscal ahora, y, por otro, mantener la deuda en un nivel manejable”.

DEG y otros temas

El FMI hará su parte a través de los Derechos Especiales de Giro (DEG). Georgieva ratificó ayer que la emisión de US$ 650.000 millones avanza bien. Hace algunas semanas, la hipótesis era de US$ 500.000 millones. Ningún país influyente se opuso a la emisión y se descuenta que serán aprobadas.

Argentina, quizás uno de los países del mundo más sedientos por esos SDR, recibió dos noticias indirectas: una positiva y otra, no tanto.

La no tan positiva es que Georgieva llevará la propuesta al “board” en junio y hasta que los DEG impacten en las hojas de balances de los bancos centrales, pasarán unos meses. Según dijo, eso será cerca de mediados de agosto, y no en junio o julio como algunos especulaban.

La otra, quizás más positiva, es que sees probable que se permita la posibilidad de ceder DEG entre países. Si se aprueba, Argentina espera que algunos países amigos presten esos DEG para fortalecer las arcas del BCRA y, eventualmente, pagar obligaciones.

Eso fue un reclamo de Argentina y México, precisamente uno de los candidatos a prestarle al país dada la buena relación entre Alberto Fernández y su par AMLO. Según el Palacio de Hacienda, Canadá, España y Brasil también apoyaron la declaración conjunta.

Otras iniciativas son posibles y no debe descartarse que Argentina reciba más de US$ 4.400 millones. Por ejemplo, que los DEG no utilizados vayan a todos los países en desarrollo, incluidos los países de ingresos medios.

Difícil

Argentina fue el país más mencionado de la conferencia de la búlgara. Una de las preguntas se refirió al pedido de Martín Guzmán de “revisar” la política de recargos de tasa de interés en los programas de préstamos del FMI. Está difícil. Diplomática, Georgieva admitió que eso se puede discutir, pero sugirió que los recargos en los casos de los accesos excepcionales, como el de Argentina en 2018 y 2019, tienen una razón de ser. “El FMI introdujo esos recargos para el acceso excepcional para crear un incentivo para que los países entren y salgan de los programas de la manera más eficaz y rápida posible”, agregó en la rueda de prensa que moderó el histórico vocero del organismo, Gerry Rice. Además, recordó lo obvio: el FMI le suele prestar a países que tienen problemas y debe cuidar su caja.

Vacunas para todos

Asimismo, Georgieva pidió que los países más avanzados, con ratios de vacunación más elevados, ayuden con las campañas de vacunación en los emergentes. “Esto significa aumentar la producción y distribución de vacunas y evitar los controles de exportación. Significa financiar completamente la instalación de COVAX y garantizar que los excedentes de vacunas se transfieran a los países más pobres”, dijo Georgieva. “La política de vacunas es política económica”.

Según el FMI, “si la pandemia mundial se controla mediante la vacunación, el crecimiento mundial resultante será más vigoroso, arrojaría más de US$ 1 billón en ingresos tributarios adicionales en las economías avanzadas de aquí a 2025, y generaría más ahorro en cuanto a las medidas de apoyo fiscal”. Por lo tanto, dijo el organismo, “la vacuna contra el Covid-19 se pagaría por sí sola y con creces”.

Un progreso más rápido para poner fin a la crisis de salud podría agregar casi $9 billones al PIB mundial para 2025. Esta ventana de oportunidad se está cerrando rápidamente. Los científicos nos han dado vacunas en un tiempo récord. Ahora los gobiernos deben mostrar el mismo sentido de urgencia y colaboración para proporcionar vacunas a todos en todas partes”, señaló Georgieva.

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