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Estudiar en Escocia

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25 abril de 2021

Por Anahí Cane Charpentier Abogada y Especialista en Derecho Penal

Chile.- En el año 2018 comencé a prepararme para enviar mi postulación a la Universidad de Edimburgo, en Escocia. Era una idea que tenía desde pequeña, ya que siempre me pareció atractivo vivir en el extranjero. También perfeccionar mi inglés, el cual no mejora mucho si pasas toda tu vida en un país como Chile, donde solo se usa el español. Finalmente, en marzo de 2019 recibí la noticia de que me habían aceptado en un LLM in Law o Máster en Derecho.

Mi experiencia universitaria en Chile no fue mala, tuve el privilegio de asistir a una buena universidad privada. Digo privilegio porque obtener educación de calidad en Chile es solo posible para gente que puede pagarla. Bueno, creo que en Latinoamérica todos bien conocen el problema del esquema político-social de mi país, que nos llevó a profundas desigualdades entre los chilenos. Recuerdo con cariño los cinco años que pasé estudiando derecho, pero una universidad chilena jamás podría darme lo que yo estaba buscando. Sentía la necesidad de interactuar e involucrarme con personas de otros países y, además, de ser parte de otro modelo educativo donde aprendería otra tradición jurídica. Esto abriría mi mente y me traería nuevas oportunidades laborales.

El precio de un máster en la Universidad de Edimburgo es impagable para cualquier chileno de clase media. Por lo tanto, tuve que optar por la ayuda de un banco, donde obtuve un crédito para estudiar en el extranjero.

Al llegar a Escocia me percaté de que los estudiantes de Estados miembros de la Unión Europea pagaban un arancel que es casi la mitad de lo que se nos cobra a quienes no tenemos una de estas 27 nacionalidades. Me pareció injusto, pero la esperanza de recuperar todo ese dinero invertido una vez trabajando en Reino Unido me tranquilizaba. Por supuesto que la pandemia lo complicó todo y generó un profundo impacto en el mercado laboral a nivel mundial. Sumado a esto, me enfrenté con otra realidad de la cual no estaba al tanto: lo difícil que es obtener un trabajo en Reino Unido. Muchas empresas e, incluso, la universidad de Edimburgo exigen a sus postulantes tener “el derecho de trabajar en UK”, ya que no financian la visa o permiso de trabajo que se requiere. Entiendo la posición de las empresas británicas al respecto, porque contratar a un extranjero puede significar un alto gasto. Sin embargo, uno esperaría que la Universidad opere distinto, otorgando mayor ayuda a los estudiantes no europeos que buscan nuevos horizontes laborales. Propondría mayores convenios de la universidad de Edimburgo con estudios jurídicos, empresas e instituciones públicas que otorguen la posibilidad de realizar prácticas profesionales o trabajos de tiempo completo. Me gustaría recomendar a los estudiantes de América Latina que tengan esto en consideración antes de escoger una universidad en el extranjero.

A pesar de todo, mi experiencia estudiando en Reino Unido ha sido maravillosa y la recomiendo en un 100%. Aún no pierdo la esperanza de encontrar un trabajo y poder lograr aquello que me propuse cuando comencé a materializar este sueño.

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