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Vacunas y tasas agrandan las diferencias entre ricos y pobres

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Luis Varela 09 marzo de 2021

Por Luis Varela

Con un enfrentamiento muy desigual contra la pandemia del Covid-19, la velocidad de recuperación económica del mundo está entregando respuestas muy diferentes y con eso la actividad está regresando en los países ricos y, con eso, las tasas de interés largas están subiendo rápido, dejando a los países pobres con doble problema: la pandemia y el más duro acceso a los capitales.

Solo por dar tres ejemplos por cuestiones de espacio, debe decirse que al cierre de esta edición en el mundo se llevan vacunadas 305,3 millones de personas, lo que significa el 3,9% de la humanidad total, mientras que un país rico y organizado como Estados Unidos ya vacunó a 90,4 millones de habitantes, el 27,3% de su gente, al tiempo que un país pobre y desorganizado como Argentina vacunó 1.526.000 personas, el 3,4% de la población.

Con esos números, con alta vacunación con un mercado laboral híper flexible, Estados Unidos está experimentando un repunte económico vigoroso, con mucha creación de empleo. Además, el Senado norteamericano ya le dio al Presidente Joe Biden el permiso para que realice un estímulo gigantesco por US$ 1,9 billones de dólares.

Y la secretaria del Tesoro, Janet Yellen, no lo está distribuyendo de manera masiva, sino quirúrgica, orientado a los sectores que crean empleo, por lo que ayer hubo dos respuestas en el mercado: la tasa subió más y la Bolsa de Nueva York se partió en dos.

El rumbo de los bonos

De manera acelerada, la tasa de los bonos largos sigue escalando. Ayer los bonos a 10 años ya pagaban una tasa del 1,6% anual, mientras que los bonos a 30 años escalaron al 2,3%, por lo que una cifra triplicó el piso de hace siete meses y la otra duplicó lo que se pagaba en agosto pasado.

Ese premio que entregan los bonos del Tesoro no afectó a las empresas que cotizan en el sector industrial de la Bolsa de Nueva York, que pudo subir con alivio, pero el índice tecnológico Nasdaq no recibió el baldazo de dólares y los papeles que tanta felicidad tuvieron a lo largo de todo el covid, ayer sufrieron una nueva caída, tanto que en promedio pierde 10% en las últimas tres semanas, pero tiene adentro papeles que se desplomaron 40% o más.

El premio que están entregando los bonos largos todavía no llegó a la tasa corta. El titular de la Reserva Federal, Jerome Powell, dijo que la inflación no está molestando todavía, pero advirtió que está siguiendo al detalle lo que pasa con los precios, aunque por el momento sigue en la tesitura de mantener las tasa cortas cerca del 0%, en principio durante veinte meses más.

Pero la veloz creación de empleo que está mostrando EE.UU. más el estímulo gigantesco que está realizando el Gobierno demócrata, irá regando toda la actividad interna, por lo que es altamente posible que el costo de vida norteamericano empiece a trepar, y que eso empiece a mover todas las variables.

Operadores de Citibank dijeron ayer que el costo de vida está por ahora cerca del 2% anual, pero es posible que si la creación de empleo continúa a este ritmo y si el dinero de estímulo se distribuye pronto, podremos tener una inflación en aumento que obligue a la Fed a actuar.

En el pasado (1981 por ejemplo) la Fed llegó a colocar la tasa de los bonos a 10 años en casi 16% anual, una enormidad, para planchar por completo un proceso inflacionario amenazante. Hoy la situación está lejos de eso: por ahora el banco de inversión Goldman Sachs estima que "la tasa larga seguirá creciendo, pero según los parámetros que vemos, desde el 0,5% anual de hace siete mese hasta el 1,6% actual, estimamos que ese rendimiento se estirará hasta el 1,9%, y luego se verá".

Esta rentabilidad en los bonos, que había desaparecido durante todo el Covid, volvió a mover a los inversores mundiales hacia el dólar, generando al mismo tiempo salida de países endeudados, con problemas económicos y, sobre todo con problemas de acceso a las vacunas, y que en consecuencia tendrán una normalización de la actividad mucho más lenta.

En ese sentido, ayer en el exterior, el dólar saltó 2,2% en Brasil, 0,9% en México, 0,6% contra el euro y el yen y 0,1% en Chile y contra la libra. Y en Argentina el mercado local enfrentó una mayor presión, por lo que el Gobierno debió volver a utilizar otra vez bonos y reservas para que la pax cambiaria artificial se siga extendiendo.

Ayer el Banco Central perdió US$ 71 millones de las reservas y ahora le quedan US$ 39.732 millones, y la quema de bonos volvió a colocar las tasas a vencimiento de los titulos de deuda en niveles muy alto: el bono más corto AL29 cayó tanto en su precio contado que su TIR alcanzó nuevamente el 20,3% anual.

Con ese esfuerzo, en un momento de gran abundancia por el alto precio de la soja y el petróleo, más el cobro del impuesto a la riqueza, los dólares son anclados con venta de bonos y reservas, debilitando la estructura monetaria del país, por lo que el riesgo país volvió a escalar nuevamente: creció en otras 11 unidades, hasta un récord post canje de 1.604 puntos básicos, nueve veces más alto que el riesgo de los países vecinos.

En el cierre de ayer, el dólar turista subió 0,5% hasta $158,40, el oficial subió 31 centavos hasta $96, el blue no cambió y volvió a cerrar a $144 y el mayorista subió 20 centavos hasta $90,57. El dólar MEP bajó 97 centavos hasta $144,90 y el CCL subió 27 centavos hasta $148,20. Por lo que la brecha entre el dólar oficial y el blue fue del 50% (la menor en once meses) y la del CCL y el mayorista subió al 63,6%. Mientras que medidos en pesos, la libra subió 4 centavos hasta $125,12, el real bajó 32 centavos hasta $15,56 y el euro bajó 44 centavos hasta $107,24.

El mercado de pesos sufrió ayer también otro cimbronazo. Hubo cancelaciones en plazos fijos que ajustan por CER y bonos ajustables por inflación también en retroceso. Pero, a pesar de la suba de la inflación, las tasas siguen igual: las Leliq pagaron 38% anual, con el agravamiento que parte de lo que absorbe ajusta por CER, y los plazos fijos pagan 37%.

Como dijimos, los bonos en promedio sufrieron caídas promedio de casi 2%, con alto volumen negociado. Y esa corriente de salida de inversores también se vio en los papeles privados, que generaron muy pocos negocios en la Bolsa porteña, con otro hundimiento de los precios.

Las acciones

El ritmo bursátil general, con todo, fue marcado por la Bolsa de Nueva York: Sus índices tuvieron respuesta mixta, con suba del 1% para el Dow Jones industrial, donde están los empleos que Yellen quiere sostener, al tiempo que el Nasdaq se desplomó 2,4%, con algunas bajas muy duras. Mientras que entre las Bolsas latinoamericanas el resultado fue muy disíil. En México el presidente López Obrador se mostró abierto a los reclamos populares y la Bolsa azteca subió 1,6%. Y en Brasil se anularon las condenas contra Luiz Inacio Lula Da Silva y la Bolsa de San Pablo se hundió 3,9%.

El mercado bursátil argentino tampoco tuvo un buen día. Jorge Lapeña, ex secretario de Energía y presidente del Instituto Mosconi, salió a hacer un análisis minucioso sobre el discurso que dio el Presidente Alberto Fernández hace una semana, confiado en que pronto exportaremos gas y petróleo, y Lapeña destacó que el Presidente está siendo mal informado, toma malas decisiones y nos lleva a un gran déficit energético que se ve a extender más de lo que imagina.

Así, con gran desconfianza de los inversores desde que Alberto dio un discurso en línea con los planteos de su vicepresidenta Cristina Kirchner, la Bolsa de Buenos Aires está en un plano inclinado. Ayer, con 594 millones de pesos operados en acciones y 1.805 millones de pesos en Cedears, cayó otro 2%. Aunque los ADR argentinos que cotizan en NY estuvieron mixtos, con una buena rueda para Bioceres, Loma Negra y Cresud, pero con un día muy complicado para Mercado Libre e YPF.

Las commodities

Atentos a los rumores que van saliendo por las diferencias que hay en la Opep+, con distancia entre árabes y rusos, ayer las commodities se movieron con ese ritmo y detrás de la suba de la tasa norteamericana. El petróleo perdió casi toda la suba que tuvo el viernes, los metales preciosos estuvieron mixtos, con la onza de plata aguantando, pero el oro alejándose más del máximo de agosto. Los metales básicos también estuvieron muy volátiles, al igual que los granos que ya no tienen una dirección decididamente alcista. El único sector que sigue aguantando es el de las criptomonedas, con el bitcoin repuntando más del 4% pero ubicado todavía 11% por debajo del récord histórico de hace dos semanas.

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