El rendimiento de los bonos del Tesoro de Estados Unidos a 10 años sigue subiendo y hoy superó el 1,756%, un nivel que no registraba desde enero de 2020, antes de que irrumpiera la pandemia.
Ese comportamiento habilita dos lecturas: para los inversores es consecuencia de una posible aceleración de la inflación mientras que la Reserva Federal considera que la suba es producto de las mejores perspectivas de la economía.
Hay coincidencia en que la recuperación del nivel de actividad será muy intensa, producto del paquete de estímulos por US$ 1,9 billones que impulsó el Gobierno. Precisamente mañana, el presidente Biden anunciará la primera parte de un ambicioso plan de infraestructura. Además, es clave en la expansión de la economía, el notable avance en el proceso de vacunación que permitió reabrir casi todas las actividades. La suba de la tasa no es una buena noticia para los mercados emergentes porque puede reducir la disponibilidad de capital para ellos, pero de todas maneras está en niveles muy bajos en términos históricos. Desde hace bastante, el mundo vive una etapa de tasas bajas.
Por otra parte, y contra todos los pronósticos, el dólar continúa con su rally alcista contra el resto de las monedas y hoy alcanzó su nivel más alto en veinte semanas. En otro contexto, esto sería un problema para los países exportadores de materias primas cuyas cotizaciones se mueven en sentido inverso al de la moneda estadounidense, pero la fuerte recuperación de la economía global hace que los precios se sostengan.
