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La inflación llega, algunos suben tasas y otros aprietan

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Luis Varela 18 marzo de 2021

Por Luis Varela

Con los activos cotizando en el cielo en Estados Unidos y otros mercados grandes y en el infierno en Argentina, los inversores estuvieron ayer colgados de las redes para conocer al minuto cuales son las decisiones que van tomando los mandamás de los bancos centrales, que le van midiendo el pulso a la inflación y que, en su defecto, deberán marcar el fin de fiesta, con la inevitable suba de las tasas de interés cortas.

Por supuesto, cada mercado vive su propia situación no solo en cuando al valor de los activos, sino a la velocidad con la que se están aplicando las vacunas contra el Covid-19. Hay países que ya tienen más del 25% de su población vacunada (como Chile), otros que están comprando de a 100 millones de dosis de vacunas (como Brasil) y la mayoría que están como Argentina, sin fondos y sin posibilidad de que los laboratorios hagan envíos para luchar contra la pandemia.

Con esta pulseada entre vacunas, fin de la pandemia, vuelta de una actividad económica más normal y precios altos en los activos, los inversores quieren enterarse al minuto de cómo moverán el joystick los jefes de los bancos centrales, y ayer hubo dos novedades ciertamente importantes, que tienen gran impacto en la Argentina: hablaron el titular de la Fed Jerome Powell y el número uno del Banco Central de Brasil Roberto Campos Neto. Y ni bien terminaron de dar sus mensajes, los mercados se dieron vuelta.

Las decisiones de ambos Bancos Centrales dan para el análisis en varias notas pero, esencialmente, los dos reconocieron que la inflación que sufren ambos países es más alta, solo que EE.UU. decidió no tocar las tasas cortas por el momento y, en cambio, Brasil optó por realizar la primera suba de tasas después de seis años con intereses relajados, y la suba fue importante, de 0,75 punto, al pasar la denominada tasa Selic de 2% a 2,75% anual, bastante más de lo que esperaba el mercado.

La decisión del titular de la autoridad monetaria brasileña, que está en su cargo desde noviembre de 2018 (tres meses antes de que Jair Bolsonaro fuera electo Presidente) obedece claramente a que la inflación de Brasil se está recalentando, eso está complicando al real brasileño y para evitar que los inversores se sigan corriendo a otras monedas y para intentar aplacar la suba de los precios con una medida clásica, el comité que fija la política monetaria del banco, conocido como Copom, subió la tasa 0,75 puntos, cuando todo el mercado esperaba un incremento de medio punto.

Powell en cambio, dejó las tasas cortas quietas, entre 0% y 0,25%, anunció que seguirán con el estímulo y comprando bonos en el mercado, por lo que Wall Street se dio vuelta como un guante. Desde la apertura hasta que habló Powell los índices estaban débiles, con el Nasdaq en zona roja, bajando 1,3%, en lo que parecía otro día complicado. Pero cuando Powell dijo que los dólares seguirán cayendo desde helicópteros, todo se relajó y Wall Street terminó con subas de hasta el 0,6%.

Por supuesto, de manera inversa, el que perdió frente a ese discurso fue el dólar, que volvió a bajar en el exterior contra todas las monedas. Ayer el billete verde bajó 0,9% en México, achicó 0,7% en Chile y Brasil, 0,6% contra el euro, 0,5% contra la libra y 0,1% contra el yen. Mientras que la decisión de Brasil de subir su tasa fortaleció al real y eso impulsó a la Bolsa de San Pablo, que subió un sólido 2,2%, mientras la de México cedía 1,1%.

Lejos de lo sucedido en el exterior, la situación en Argentina fue completamente diferente. Las conversaciones entre los operadores empezaron el día con intercambios casi insólitos, con todos haciéndose consultas por los anuncios de Alberto Fernández y el ministro Guzmán, quienes afirmaron haber tenido conversaciones con Fondos de Inversión internacionales para buscar atraer capitales.

Sea como fuere, mientras el ministro Guzmán hacía sus valijas para partir ya mismo hacia Washington para mantener conversaciones con inversores en persona (dicen que prometiendo paraguas impositivos especiales para quienes estén dispuestos a invertir en determinados nichos), las empresas locales estaban que trinaban, porque la Secretaría de Comercio avanzaba otro poco sobre sus libertades, pidiendo detalles de precios y stocks a los grandes proveedores de insumos.

La alarma del Gobierno, que los obliga a hacer ese movimiento, se tomó por dos luces amarillas que encendió la preocupación. Por un lado se conoció que el índice de precios mayoristas de febrero dio 6,1% y acumula 12% en dos meses de este año, con productos energéticos que subieron 8,8% y productos primarios que avanzaron 8%. Además, según tres consultoras privadas, la inflación de alta frecuencia que mide los movimientos de las últimas cuatro semanas muestran que los alimentos subieron 6%, por lo que eso es un dato que pronostica un IPC de marzo muy alto.

Así, mientras el dólar bajaba en todas partes, en Argentina el billete verde volvió a subir, y no subió más porque el Gobierno gastó bonos y perdió reservas. El dólar turista bajó 9 centavos hasta $159,65, el oficial bajó 5 centavos hasta $96,76, el blue cerró sin cambios a $144 y el mayorista subió 7 centavos hasta $91,20. Pero el dólar MEP saltó 93 centavos hasta $145,58 y el contado con liquidación subió 54 centavos hasta $149,68. Y no subieron más porque hubo venta de bonos y además el BCRA volvió a perder reservas: se achicaron en US$ 46 millones, hasta US$ 39.835 millones.

Pero lo más destacado del caso es que mientras el Gobierno hace de todo para anclar el dólar, para que la población no se asuste y no arme corrida hacia el billete verde, el peso argentino se sigue hundiendo contra otras monedas no dólar. Ayer, de hecho, medidos en pesos, el euro subió 78 centavos hasta $109,27, la libra subió 72 centavos hasta $127,35 y el real subió 12 centavos hasta $16,32. Y con todo eso la brecha entre el dólar oficial y el blue fue del 48,8% y la del CCL con el mayorista subió a 64%.

Todos estos movimientos terminaron con las cuatro ruedas sucesivas de subas para los bonos argentinos, aunque el riesgo país cedió otros 14 puntos hasta 1.537 puntos básicos. Mientras que los negocios en acciones argentinas mostraron un claro abandono de parte de los inversores locales. En la Bolsa de

Buenos Aires se operaron $705 millones en acciones argentinas y $2.475 millones en Cedears, por lo que en definitiva el índice S&P Merval terminó con una suba del 0,5%. Aunque los ADR argentinos que cotizan en NY operaron mixtos, con buen día para YPF y Despegar y uno malo para Francés y Cresud.

Ahora bien, entre virus, vacunas y tasas globales, los commodities se movieron de manera ultra selectiva. El petróleo cedió apenas. Los metales preciosos mejoraron. Los metales básicos fueron casi lo mejor del día. Los granos en cambio, ni se movieron en Chicago y en Rosario hubo una curiosidad: no hubo negocios con trigo. Y la permanencia de tasas bajas en EE.UU. volvió a darle cuerda a las criptomonedas, que repuntaron hasta 3,5%, con el Bitcoin arriba de todo.

¿Cómo puede seguir la película? Wall Street subió ayer, pero con una suba no demasiado convincente porque mientras Powell planchaba la tasa corta, admitía que la inflación viene, por lo que las tasas de los bonos largos de Tesoro de EE.UU. saltaron: 1,65% anual a 10 años y 2,43% anual a 30 años. Y a nivel local, con la soja en el techo de siete años y con el cobro del impuesto a la riqueza, el Banco Central reconoció que ya emitió para Economía $200.000 millones. Lo hizo después de que Economía tomara ayer deuda, la mayor parte atada al CER, un índice que será modificado pronto, y que está generando alta inquietud en propios y extraños.

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