Los últimos datos oficiales de pobreza e indigencia son los del primer semestre de 2020. Para ese período, se informó una tasa pobreza de 40,5% y una indigencia de 10,5%. Ambas cifras captaron solo una parte del fenómeno pandémico. La situación del segundo trimestre, en particular, tuvo números peores que quedaron escondidos en el promedio del semestre entero.
El experto Leo Tornarolli, usando datos de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH), estimó la pobreza del tercer trimestre en 38,8%. Para el cuarto trimestre no presentó una estimación exacta, pero señaló que hubo factores contrapuestos: entre los “positivos”, está la suba del empleo y, entre los “negativos”, la aceleración de la inflación; el hecho de que no se contabiliza el aguinaldo y el dato de que el empleo creado fue más bien precario. “Es difícil proyectar un número exacto, pero imagino una tasa de pobreza cercana a 41,8%”, explicó el experto del Cedlas.
https://twitter.com/ltornarolli/status/1376993596122001413
Otro experto, Martín González-Rozada (UTDT), la estimó en 41,1%.
El contexto
La crisis cambiaria, primero y la pandemia, después, han subido la pobreza en 15 puntos. En el segundo semestre de 2017 se ubicó en 25,7%. Lo que vino después (recesión con inflación) explica la brutal suba. El hecho de que la suba mencionada se produzca con el gasto asistencial en niveles récord, ayuda a resaltar que la mejor política social es evitar las crisis y mantener los precios estables. La suba de la inflación del primer trimestre de 2021, con los alimentos muy por encima, no es un buen augurio para el presente ni el regreso a los niveles de 2017 que, por cierto, ya eran muy malos.
