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Hubo bajas por el temor a que la reactivación global se demore

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Luis Varela 19 marzo de 2021

Por Luis Varela

Mientras una nena desaparecida y un vagabundo en bicicleta pusieron en jaque a los mecanismos de seguridad de la Ciudad, la provincia y la Nación, generando una pelea insólita, casi de barras bravas, entre Sergio Berni y Sabrina Frederic, y concentrando el 80% de los minutos de las radios, los canales de televisión y de muchos sitios informativos, un verdadero tsunami mundial de Covid-19, con notable impacto en los activos y las economías fue lo que concitó a todas las miradas en otros países.

Concretamente, mientras la Avenida 9 de julio estuvo varias horas bloqueada por personas reclamando por la difícil situación social, con nuevos e insólitos hallazgos de dinero que casi nadie puede explicar, el mundo está asistiendo a dos circunstancias muy complejas con el Covid: hay dudas sobre los efectos secundarios de alguna vacuna y las nuevas cepas de la enfermedad, más virulenta, están complicando a varios países, encendiendo otra vez las luces de alarma.

Y los últimos datos entregados por organismos sanitarios mundiales lo dicen todo. Hasta hace un par de semanas el crecimiento de contagios nuevos detectados era cercano a las 400.000 personas, y esta semana esa cifra subió a casi 500.000 enfermos nuevos. Y la cantidad de muertes diarias se había achicado a una cifra mundial del orden de los 8.000 y según las últimas estadísticas subieron a 9.300.

Esta nueva realidad, que está poniendo a varias ciudades y países con sistemas hospitalarios al límite de capacidad, está planteando en varios países, Francia y Brasil entre ellos, a un retroceso en las aperturas, con nuevamente más confinamiento, por lo que toda la expectativa de una rápida vuelta a una normalidad económica global vuelve a ponerse en duda.

Y la sensación de que la recuperación será ciertamente lenta llegó a tal punto que ayer hubo un impacto inmediato en la cotización de las commodities, especialmente los que dependen de consumos más normales. Por ejemplo, hubo un desplome totalmente inesperado de casi 9% para el precio del barril de petróleo. También hubo un importante paso atrás para los metales básicos. Igualmente se retrocedió en el valor de los granos. Y lo más insólito del caso es que los valores refugio también dieron un paso atrás, con menos cotizaciones para el oro, la onza de plata y las criptomonedas, con algunas variantes de ese panel anotando caídas de casi 10%.

Además del virus, por supuesto, también está influyendo en todas estas cotizaciones que tienen una volatilidad pocas veces vista lo que está ocurriendo con las tasas de interés. El miércoles el titular de la Reserva Federal de EE.UU. dijo que la tasa corta seguirá en la zona del 0%, pero ayer las tasas largas de los bonos norteamericanos treparon otro escalón: llegó al 1,72% anual en los títulos a 10 años y al 2,48% anual en los papeles a 30 años. Este incremento llega después de que Brasil subiera su tasa corta de 2% a 2,75% anual también el miércoles. Y ayer sumó otro punto de presión Turquía, que para defender su moneda decidió subir su tasa de interés.

Con el virus contagiando otra vez de manera virulenta, con las commodities en descenso por temor a reactivación lenta, por vacunas en duda y por tasas más firmes, el que iba a ser el gran perdedor del día se dio vuelta por completo. Todos esperaban que el dólar cayera tras los dichos de Jerome Powell y con el reparto gigante de estímulo de Joe Biden, pero ayer en el exterior el dólar subió 0,5% contra el euro, 0,4% en México y 0,2% contra la libra, no cambió contra el yen y bajó 0,3% en Brasil y Chile. A lo que los politólogos le deben sumar, por si todo esto fuera poco, la acusación de "asesino" de Joe Biden a Vladimir Putin, y la particular respuesta que le devolvió el líder ruso.

Con todo eso como fondo, a nueve ruedas operativas del vencimiento del impuesto a la riqueza, el dólar fuga volvió a estar hacia arriba, a pesar de todos los esfuerzos del Gobierno por pararlo, haciendo maniobras con bonos y perdieron otra vez reservas, en momentos en el que el precio de los granos está en el mejor nivel de siete años. Así, el dólar turista subió 12 centavos hasta $159,77, el oficial subió 7 centavos hasta $96,83, el blue se mantuvo sin cambios a $144 y el mayorista subió 10 centavos hasta $91,30.

El Banco Central volvió a perder reservas: cayeron US$ 62 millones, hasta quedar en US$ 39.773 millones. El dólar MEP bajó 69 centavos hasta $144,89 y el contado con liquidación subió 10 centavos hasta $149,78. Y la brecha entre el dólar oficial y el blue fue del 48,7% y la del CCL y el mayorista del 64%. Y, medidos en pesos, el real subió 8 centavos hasta $16,40, la libra bajó 19 centavos hasta $127,16 y el euro cayó 52 centavos hasta $108,75.

Detrás de todo esto, luego de que se conociera que los precios mayoristas subieron más del 6% en febrero, sorprendieron ayer dos movimientos: Uno, el jefe de la Cámara de Comercio y Servicios fue en persona a la Casa de Gobierno para advertir que el cambio que están realizando en Ganancias terminará por darle otra estocada muy complicada a miles de pymes de todo el país. Y el titular de la Cámara de Ferreterías y Afines declaró que hay desabastecimiento de clavos, alambre, chapas acanaladas, ladrillos, cemento y otros productos. La falta de materiales está generando una ola de aumentos y, con eso, centenares de pequeñas reformas de construcción en casas y departamentos que se venían haciendo se congelan por subas de precios y faltantes. Dejando al mismo tiempo a un cúmulo de obreros de la construcción otra vez en sus casas.

Toda esta situación plantea que la inflación de marzo volverá a estar por quinto mes consecutivo en la zona del 4% mensual. Por lo que el economista Carlos Melconian salió a decir que el 29% de inflación que dibujó Martín Guzmán en el Presupuesto "es marihuana para los fans". Por supuesto, a contramano de lo que hacen otros países, el BCRA sigue dejando las tasas congeladas. Los plazos fijos pagan 37% anual, hay cada vez más fondos dejando las colocaciones tradicionales para pasarse al CER.

Y lo más peligroso del caso, que ya vivió Argentina otras veces, es que el BCRA absorbe esos depósitos pagando 38%, tomando dinero de las entidades que deberá pagar mucho más. De ahí que haya gran premura por modificar el CER, en una movida que probablemente no se haga antes de las elecciones, para no advertir a los depositantes, y no generar una cancelación de operaciones que podría tener derivaciones desconocidas. Pero, por si todo eso fuera poco, el BCRA ya tiene más de $3 billones tomados en Leliq y pases y ayer adjudicó títulos por otros $174.345 millones, por lo que esa bola sigue creciendo.

Con ese contexto, a los bonos argentinos no les fue tan mal. El ministro Guzmán fue a Nueva York e informó que antes de ver al FMI se reunirá con inversores. Pero lo que sorprendió es que hubo muchos llamados entre operadores de Wall Street, con todos preguntando "¿a vos te llamó?" y nadie tenía conocimiento de alguna reunión de ese tipo, por lo menos hasta ahora. Lo importante es que ayer los bonos se movieron poco y que el riesgo siguió en los 1.535 puntos básicos, sin subir, que no es poco.

Pero a las acciones no les fue bien, ni en la Argentina ni en el mundo. La caída de las commodities le dio una estocada a la Bolsa de Nueva York. El Dow cedió 0,5%, el S&P bajó 1,5% y el Nasdaq se desplomó 3%, con un día complejo para papeles como Snap, Tesla, Mercado Libre y Zoom. Y también hubo descensos en las bolsas latinoamericanas. San Pablo achicó 1,5% y México cedió 0,2%.

Y, con todo lo que pasa con la inflación, con el virus, con la inseguridad, con los bolsos, con los impuestos, etc etc, la Bolsa de Buenos Aires estuvo entre las peores por lo que en el año se coloca en la cola de todos los mercados accionarios. Ayer, con $790 millones operados en acciones y $2.433 millones en Cedears, la Bolsa de Buenos Aires cayó 2,6%. Y acá fue barato, ya que los ADR argentinos en Nueva York bajaron en bloque entre 1% y 9%, con Bioceres, MercadoLibre, Irsa, Despegar, Cresud e YPF entre las peores.

¿Cómo puede seguir esta película? Ningún operador se animó a dar un pronóstico certero. "Los números que se conocen sobre el virus, las vacunas, la creación y destrucción de empleo son tan cambiantes, que pasamos del cielo al infierno en minutos. Solo queda por decir que muchos de los papeles de Wall Street (entre ellos las criptomonedas) testan en cotizaciones insólitas, y los precios argentinos están en el quinto infierno. Y si apareciera un acuerdo con el FMI podría significar un elemento que permita un piso en las cotizaciones domésticas", dijeron.

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