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El rol fundamental de Argentina y Brasil como motores del bloque

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26 marzo de 2021

Por Daniel Scioli (*)

Hoy se cumplen 30 años de la firma del Tratado de Asunción, que dio origen al Mercosur como hoy lo conocemos. Y, más allá de la variación en su conformación a lo largo de estas tres décadas, hay algo que se mantiene inamovible: el rol fundamental que Argentina y Brasil poseen como motores del bloque.

Cuando llegué a Brasilia, en agosto de 2020, el presidente Alberto Fernández me dio una instrucción clara: recomponer la relación bilateral, que se hallaba lejos de estar en su mejor momento, como un factor clave para la celebración del aniversario del Mercosur y la defensa de los intereses argentinos.

En ese sentido, me aboqué, con una fuerte impronta política y comercial, a la misión de recomponer el vínculo bilateral, a la vez que aseguraba dólares genuinos para el país a través del aumento de nuestras exportaciones a Brasil.

Rápidamente obtuvimos buenas señales. El presidente Jair Bolsonaro puso a todo su gabinete a disposición del trabajo conjunto con nuestro país. No solamente realicé videoconferencias entre nuestros ministros con sus pares de Brasil, sino que Agustín Rossi y Luis Basterra ya viajaron y se reunieron de manera presencial con sus contrapartes para avanzar en su agenda bilateral. Además, ambos presidentes mantuvieron su primera conversación el 30 de noviembre pasado, en la que, más allá de las diferencias ideológicas, ratificaron el trabajo en conjunto.

La diplomacia política tuvo un gran resultado cuando, hace unas semanas, Bolsonaro confirmó la voluntad de estar en Buenos Aires para la cumbre del Mercosur, que finalmente se hará de manera virtual debido a la pandemia. En ese mensaje, además, lanzó un fuerte mensaje de apoyo a las negociaciones de nuestro país con el FMI.

Otro de mis principales objetivos es el económico. Algo que me inquietaba al inicio de mi misión es que China había desplazado a Brasil de su histórica posición de principal socio comercial argentino. Además, existían múltiples trabas fitosanitarias para la exportación de nuestros productos, y la entrada de langostinos argentinos en Brasil (que representa US$ 150 millones anuales) estaba trabada por una medida judicial.

A partir de un trabajo cuerpo a cuerpo con todos los sectores productivos, y de visitas personalizadas a las empresas con inversiones en ambos países, logramos revertir rápidamente la situación. Brasil volvió, así, al primer puesto de nuestro comercio exterior. Más aún, los primeros dos meses de 2021 arrojaron un superávit comercial para nuestro país, y la corriente de comercio ya se encuentra en los niveles previos a la pandemia. Más importante aún, cada vez es mayor la participación de exportaciones de alto valor agregado.

Recuperamos también el ya mencionado mercado de langostinos, tras tocar todas las puertas del gobierno y la justicia brasileños, presentando nuestros irrevocables argumentos. Un mercado que representa el 10% del empleo y 20% de las exportaciones de provincias como Chubut y Santa Cruz no podía seguir trabado injustamente.

Las señales políticas repercutieron también en el sector privado. Una tras otra, las grandes empresas de Brasil volvieron a confiar en nuestro país, y están aumentando sus inversiones y generando nuevos puestos de trabajo en Argentina. Shell, Whirlpool, Marcopolo y los fabricantes de zapatillas Fila y Nike son algunos de los que volvieron a apostar por nuestro país a partir del trabajo generado.

A nuestro país lo une con Brasil un mecanismo único a nivel mundial de salvaguardas nucleares, una cooperación científica que es incluso previa a la creación del Mercosur, proyectos comunes en el área espacial y nuclear, una creciente integración en producción para la defensa, y una fuerte relación de intercambio turístico y migratorio. Seguimos trabajando para profundizar esos lazos porque, así como el acercamiento argentino-brasileño hizo posible la integración racional, la profundización de la relación bilateral, sin duda, fortalecerá al Mercosur.

Estos pequeños granos de arena se van sumando uno tras otro para poder contribuir a que ambos países vuelvan a trabajar juntos con el mismo espíritu que llevó a la fundación del Mercosur hace 30 años.

Argentina y Brasil son más que la suma de sus individualidades. Como pueblos hermanos, tenemos que seguir trabajando de esta manera. Mi próximo gran objetivo es concretar el gasoducto Vaca Muerta ? Uruguayana ? Porto Alegre, que cambiará definitivamente la matriz de intercambio energético con Brasil.

(*) Embajador de Argentina en Brasil

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