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Covid-19 y liberación económica: habrá que esperar

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Héctor Rubini 08 marzo de 2021

Por Héctor Rubini (*)

La derrota del virus de Wuhan llevará un tiempo bastante más prolongado que lo esperado por algunos optimistas en los últimos meses. Consecuentemente, no estará tan claro al menos hasta el próximo semestre si la recuperación económica esperada para este año en buena parte del mundo será un salto transitorio y no mucho más.

Los contagios se han desacelerado, pero no han cesado. La saturación de los sistemas de salud sigue siendo una amenaza efectiva con consecuencias más que indeseables en países con escasez de recursos materiales y humanos en sus sistemas de salud.

Desde el viernes, la crisis brasileña está en las noticias de todo el mundo con un sistema sanitario desbordado ya no en Manaos, sino en San Pablo, la mayor ciudad, donde se reportan muertes en ambulancias o en la vía pública. Al igual que en otros 19 estados, San Pablo enfrenta una ocupación de salas de internación superior al 80%, y los médicos y paramédicos están al límite de su agotamiento físico y mental.

Las deficiencias de gestión sanitaria y el visible relajamiento de la población facilitarán el avance y diseminación de las nuevas cepas y no sólo en Brasil. Las fallas en materia de planificación sanitaria y de organización, junto a deficiencias logísticas y las prácticas corruptas que son noticia en las últimas semanas, van a encontrar a varios países en “offside” ante la diseminación de las nuevas cepas. La caída de los ministros de Salud de Argentina, Perú, Ecuador y Paraguay tal vez no sean las últimas de la región.

Retroceder a restricciones a la movilidad, casi como a fase 1 o 2, han generado recurrentes protestas en varios países. El caso de la provincia de Formosa muestra una situación extremadamente anómala en la que llama la atención que, con muy pocos casos de contagios y muertes, se haga oídos sordos ante los reclamos por casos de trato abusivos desde hace meses, y se opte por retroceder a fase 1, agravando el enfrentamiento con quienes están ya cansados del destrato de las autoridades.

A esto se suma a la utilización discrecional de los recursos públicos en beneficio de unos pocos. Un síntoma visible que no se limita al caso argentino del “vacunatorio VIP”. En Chile, aun bajo un rápido y muy bien organizado operativo de vacunación, no menos de 37.300 “vivos” (de la política y de la farándula local) accedieron antes que el resto a las vacunas sin tener factores de riesgo. En el otro extremo, Brasil, con menos de 4% de su población vacunada también se han registrado denuncias sobre la distribución mientras que, por fallas en el manejo de las vacunas recibidas, se debieron desechar vacunas por romperse la cadena de frío. Algo sobre lo cual no son pocas las sospechas en los casos de Río de Janeiro, Porto Alegre y Salvador, donde la falta de vacunas forzó la suspensión de los operativos de vacunación. Pero también hay sospechas de episodios análogos en Colombia y en nuestro país.

La politización del manejo de las restricciones a la movilidad torna complicado el manejo del trade-off entre cerrar la movilidad total, o parcialmente con protocolos específicos. La baja del número de internaciones a partir del verano se interrumpió, y la situación económica y política, así como el del manejo de otras enfermedades, torna complicado volver a fase 1 como en Formosa. Ahora bien, ¿qué ocurre si con el visible relajamiento de los últimos 3- 4 meses se disemina rápidamente la cepa de Brasil o la británica en nuestra población? Más allá de algunos comunicados sueltos de las últimas semanas, no hay prueba alguna de que ninguna de las vacunas que se están aplicando en nuestro país en el resto del mundo las afecte. ¿Cómo evitar retroceder a confinamientos tipo fase 1? Y en ese caso, ¿cómo manejarlos cuando la población ya no está dispuesta a aceptarlos?

La vacunación proveería la salida, más allá de la falta de suficiente producción para la demanda en todo el mundo, donde en varios países se ha suministrado cierto tipo de vacunas como primeras dosis, y en no pocos casos las personas vacunadas han recibido una dosis, con total incertidumbre sobre cuándo recibirán la segunda. Pero a esto se suma otro problema. No sólo se han detectado nuevas cepas, sino que además las mismas están mutando. Este fin de semana un laboratorio de Portland (Oregon, EE.UU.), confirmó la existencia de una mutación de la nueva cepa conocida como “británica”, detectada en septiembre, y ya presente en poco más de 2.500 pacientes de Covid-19 en 46 estados del país del Norte.

Las otras nuevas cepas conocidas como “brasileña”, como la “sudafricana”, la “de California” y la “de Nueva York” se está encontrando en pacientes de diversos países. El nuestro ya se han detectado pacientes de las cepas brasileña, británica y sudafricana. Y también en la India y hasta en Japón, donde hace 2 semanas se ha descubierta otra nueva cepa. Algunas de ellas fueron también observadas en Australia, donde se detectó varios pasajeros de un vuelo proveniente de Qatar, contagiado por la llamada cepa “rusa”, ya observada en diciembre pasado en varios casos de Tailandia, Reino Unido y Suiza.

Es una pésima noticia, ya que varios laboratorios están admitiendo que las versiones de las actuales vacunas en desarrollo son inefectivas, y en un reciente artículo en la revista The Lancet se ha observado que la variante brasileña no deja anticuerpos que impidan contraer la enfermedad por segunda vez. Frente al próximo invierno, un aumento potencial de contagios, muertes y uso de salas de terapia intensiva, forzará a restricciones mientras no se cuente con vacunas más efectivas contra las nuevas cepas.

En nuestro país el relativo optimismo sobre la reactivación de la industria, y cierto revivir de la construcción privada parece mejorar las expectativas, pero no es claro que este año sea uno de cambio de tendencia. Según el FMI, la economía mundial va a crecer 5,5% en 2021. Otras proyecciones son más cautas: 4,7% según Naciones Unidas y 4% según el Banco Mundial. Par Argentina, por ahora no han cambiado las iniciales actualizaciones de este año, proyectando para 2021 un crecimiento del PBI de 4,9% en el caso del Banco Mundial y de 4,5% en el caso del FMI.

En caso de no aumentar la disponibilidad y acceso a vacunas que contrarresten a las nuevas cepas y mutaciones, no es de descartar un retroceso a restricciones a la circulación intra e internacional de personas y mercancías. Sobre este punto, el médico irlandés Ian Norton, experto internacional en emergencias y desastres, hoy en Australia, advirtió este sábado que “nunca hemos visto que una pandemia de esta escala termine en menos de dos o tres años”, y que varias partes de la población mundial seguirán sin acceso a vacunas, al menos hasta 2025. Esto tornará difícil el manejo de las nuevas cepas que seguirán apareciendo y forzarán a revacunaciones y refuerzos sobre las vacunas ya aplicadas.

Dicho esfuerzo demandará recursos adicionales y expone a los países no industrializados a recurrir a restricciones recurrentes con costos económicos y políticos difíciles de manejar. Claramente lo recomendable es que también cooperen los países desarrollados y no concentren la compra de vacunas para sus poblaciones.

Caso contrario, los países más pobres seguirán con sus penurias económicas y sanitarias sin terminar de vacunar a la población, y allí será donde aparecerán las futuras cepas que circularán hasta en los países desarrollados, sin que lo impidan las vacunas ya aplicadas. Es claro entonces, que si no se coordina a nivel internacional el acceso a las vacunas, y si cada país no mejora los procedimientos de distribución y aplicación de las mismas, el retorno a la normalidad en la economía mundial va a demorar bastante más de 3 o 4 años como parecen suponer las proyecciones económicas más optimistas de estos meses.

(*) Economista de la Universidad del Salvador (USAL)

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LOS DATOS

1.539.482 vacunados en Argentina

Según la información suministrada ayer por el Gobierno, se aplicaron 1.539.482 vacunas en Argentina. Allí se contabilizan 1.195.854 personas con una dosis y solo 343.628 personas con ambas. El 65,09% de las aplicaciones fueron realizadas a mujeres. Entre el millón y medio de inmunizados, hay 987.235 trabajadores de las salud, 15.560 personas de 18 a 59 años con factores de riesgo, 369.909 adultos mayores de 60 años y 153.052 personas consideradas “estratégicas”.

3,9 años: la proyección de Bloomberg

A nivel mundial, se aplicaron poco más de 300 millones de vacunas y la tasa de vacunación, según Bloomberg, hoy es de 7.927.674 dosis por día. “A este ritmo, se estima que se necesitarán 3,9 años para cubrir al 75% de la población con una vacuna de dos dosis”, señaló el portal.

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