Luego de la aparición de nuevas cepas más contagiosas de coronavirus y una estrategia federal errática (cuanto menos), la situación sanitaria atraviesa su peor momento en Brasil. En las últimas semanas se ha registrado un promedio de 2.000 muertes diarias, lo cual eleva las cifras totales a casi 280.000 muertos. Por lo menos 13 estados tienen sus unidades hospitalarias ocupadas al 80%.
Debido al colapso de los hospitales, el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, reemplazó a su ministro de Salud, quien ayer presentó un balance de su gestión. El ministro Eduardo Pazuello era, desde mayo del año pasado, la tercera persona que ostenta ese cargo desde que se inició la pandemia, aunque, como él mismo lo reconoció, seguramente será remplazado en la brevedad. Así fue.
"El presidente está pensando en un reemplazo. Yo no renunciaré, tengo mucho orgullo de estar aquí, estoy cumpliendo una misión. El cargo pertenece al presidente y él tiene esta decisión", dijo Pazuello durante su presentación.
En esta línea, el vicepresidente Hamilton Mourão confirmó la noticia, aunque lo respaldó porque "con una gestión muy criticada el ministro demostró resiliencia y capacidad para soportar críticas". Además, agregó que encontrar un sucesor será difícil "porque no se podrá arreglar todo de un día para el otro".
El primer intento fue la prestigiosa cardióloga Ludhmila Hajjar, que rechazó la invitación tras reunirse con el Presidente. Hubo varios trascendidos sobre qué pasó, si hubo oferta o no y sobre porque no aceptó. Según la cardióloga, ella decidió rechazar el convite porque no está de acuerdo con cómo se está manejando la crisis. “La ciencia está por encima de la ideología”, dijo. La situación se puso más confusa después, cuando la propia Hajjar denunció que desconocidos intentaron ingresar a su hotel en Brasilia. Hacia la noche del lunes, sin embargo, todo indicaba que se había encontrado un sucesor para Pazuello en Salud: Marcelo Queiroga.
Además de analizar el cambio del titular de la cartera de Salud, Bolsonaro volvió a criticar públicamente las políticas municipales de restricción al movimiento y manifestó su intención de anularlas: "Pueden tener certeza de que todo lo que se pueda hacer de forma legal, lo haré. Brevemente tendremos las consecuencias de lo que está sucediendo, quédense tranquilos" y agregó que no está a favor de esta "política excesiva de quedarse en casa".
Las polémicas no terminan allí. Ayer, documentos oficiales de Estados Unidos, divulgados por Folha, demostraron que Bolsonaro aceptó no comprar vacunas Sputnik V por pedido expreso del Gobierno de Donald Trump.
