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Sigue subiendo la tasa de los bonos largos de EE.UU.

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Luis Varela 26 febrero de 2021

Por Luis Varela

Con el titular de la Reserva Federal de Estados Unidos, Jerome Powell, obligado a hacer declaraciones cada vez más seguido, repitiendo que mantendrá bajas las tasas cortas, con el Gobierno manteniendo estímulos, tratando de desactivar la herencia de la pandemia de manera gradual, los inversores globales se adelantaron: ven que los commodities subieron a niveles altísimos, que la inflación obligará a un ajuste, volvieron a refugiarse en el dólar y acentuaron su toma de ganancias en la burbuja de la Bolsa de Nueva York.

Y ayer hubo dos elementos concretos que acentuaron ese movimiento: por un lado, la tasa de los bonos largos norteamericanos alcanzaron sus tasas de interés más altas desde 2019, es decir pre pandemia, con la tasa del bono a 10 años en el 1,55% anual y la tasa del bono a 30 años ya arañando un 2,4% anual, lo cual hizo girar la cabeza de todos los inversores de riesgo, que están montados en un potro que difícilmente pueda seguir encabritado en los niveles actuales.

Pero además de esos datos puramente financieros, también ayer surgió una información desde el costado sanitario, que volvió a encender las luces amarillas y la ola de inseguridad que vive la población. Según alertaron investigadores del área salud, una nueva cepa denominada B1526 del coronavirus se expande en Nueva York y enciende alarmas. Es muy rápido para decirlo, pero esta mutación podría debilitar la eficacia de las vacunas y la situación genera nuevamente desconcierto, cuando varios Gobiernos habían comenzado a anunciar que en junio terminaba la etapa de cuidados contra el Covid-19.

Con más tasa y esta amenaza de nueva cepa generó un movimiento similar al que se vio en marzo y abril del año pasado. Los inversores se pasaron a posiciones ultra líquidas de activos que son fáciles de vender porque todo el mundo los acepta sin chistar. Y en esa línea está en primera línea, lejos, el dólar, por lo que el billete verde volvió a empinarse contra casi todas las monedas del mundo. Ayer en el exterior el dólar saltó 2,3% en México, 2,1% en Chile, 2% en Brasil, 0,9% contra la libra y 0,3% contra el yen, pero bajó 0,1% contra el euro.

En Buenos Aires, con el Gobierno extremadamente preocupado por la inflación, sigue realizando todos los esfuerzos para usar al dólar como ancla para frenar la suba de los precios. Pero ayer hubo dos realidades: una, ventanas adentro y otra en las calles. En las oficinas los funcionarios de equipo económico se reunieron con empresarios e inmobiliarias, de manera presencial o vía zoom, para buscar que frenen la suba de los precios y sigan encorsetados con los precios máximos y cuidados, después de que el Gobierno emitiera $2 billones durante 2020.

Y en las calles hubo a lo largo de toda la ciudad marchas en general de movimientos sociales, completamente asfixiados por el costo de vida, caminando pidiendo que las subas de los precios terminen. Y quizás no sepan que en marzo vienen aumentos de tarifas en subtes, estacionamientos, prepagas, telefonía, VTV, etc., etc., en algunos casos con subas de hasta el 50%. Y el Gobierno también estuvo reunido con las petroleras para que no suban otro 15% las naftas, encareciendo los fletes, por lo que se rumoreaba que el equipo económico aumentaría la hipoteca, compensándolos con un toque en las regalías.

A pesar de todos esos movimientos, ayer cinco de los seis dólares de Alberto volvieron a subir. El dólar turista subió 10 centavos hasta $156,88, el oficial subió 6 centavos hasta 495,08, el blue cayó $2 hasta $143 (con el mercado muy chico e intervenido, a las puertas de la entrada de marzo) y el mayorista subió 7 centavos hasta $89,75. El Banco Central sumó otros US$ 10 millones para sus reservas, hasta US$ 39.519 millones. El dólar MEP subió 90 centavos hasta $141,98 y el contado con liquidación subió 86 centavos hasta $145,43. Y con eso, la brecha entre el dólar oficial y el blue bajó al 50%, la menor en 10 meses y la del CCL y el mayorista subió al 62%. Y, medidos en pesos, el euro subió 9 centavos hasta $109,21, el real bajó 29 centavos hasta $16,27 y la libra cayó $1,02 hasta $125,76.

Pero ya empiezan a aparecer analistas de mercado que empiezan a advertir que el número de inflación que plantea Guzmán será imposible de cumplir. Dicen incluso que quedará corto el 50% de inflación que anotaron los economistas consultados por el BCRA en el Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) y eso empujará al dólar.

La estimación se basa en una realidad muy concreta. En este momento ahorristas e inversores están achicando posiciones en plazos fijos tradicionales y se están montando en colocaciones ajustables por CER o UVA+1%. Toda esa masa de pesos sigue cambiando de manos, desde los ahorristas a los bancos y desde los bancos al BCRA, que ayer volvió a absorber una montaña de Leliq: tomó $228.447 millones, con un stock que crece cada vez más, que no crece en términos reales porque la inflación es superior al 38% que pagan esos títulos, pero un cambio en la confianza puede generar una corrida, con pedidos masivos de pesos que tengan una sola dirección: el dólar, como ocurrió cien veces en la Argentina.

Esa peligrosa bomba de tiempo, muy parecida a lo que ocurrió con las Lebac, con Macri y Sturzzenegger entre 2018 y 2019, tiene una mecha que se puede encender con cualquier mala noticia. Y ayer hubo una: la nueva cepa del virus y la tasa más alta en EE.UU. provocó un derrumbe de entre el 1,7% al 3,5% en los principales índices de la bolsa de Nueva York, con el Nasdaq nuevamente como el más castigado. Y lo peor del caso es que durante la última hora (con la Bolsa de Buenos Aires ya cerrada) las órdenes de venta se acumulaban, los precios caían más, y quedaron órdenes sin concretar, por lo que para la apertura de hoy se espera un arranque con pronóstico reservas.

En el medio de los negocios de ayer en Wall Street hubo operaciones que dan para escribir un libro, no un diario. Por ejemplo, suspendieron dos veces temporalmente la negociación ordinaria con la muy operada GameStop, con los millenians peleándose a garrotazos con los fondos de inversión profesionales, por lo que la cotización de esa empresa, en un solo día fue de 108 a 180 dólares para luego volver a caer y terminar el día con un alocado y sin sentido avance del 19% contra el miércoles. Y otro valor que dio para el infarto fue

Tesla (sin hablar de Spotify, Snap o Nvidia), cuya cotización estaba hace un mes en 883 dólares, cerró ayer a 682, con muchos expertos preguntándose si el valor de 300 dólares puede ser un piso. Y por supuesto, la gran estocada en Nueva York, con la suba del dólar en toda la región, impactó en las bolsas latinoamericanas, con la Bolsa de san Pablo casi 3% abajo y la de México retrocediendo casi 2%.

Con precios de regalo y tasas a vencimiento de casi 20% anual, los bonos argentinos siguen completamente fuera de todos los partidos. Y ayer, sin registrar la última hora con bajas, los titulos argentinos terminaron casi empatados, por lo que el riesgo país no se movió: siguió en 1.502 puntos básicos.

Y la Bolsa de Buenos Aires, que tendrá en la apertura de hoy grandes apurones, cerró con una baja leve, pero los ADR, que operaron en Nueva York hasta el final, achicaron sus precios en bloque. Con $747 millones operados en acciones y $1.342 millones en Cedears, la Bolsa de Buenos Aires bajó 1,4%, con un buen día para Camuzzi Gas, pero con una mala jornada para Pampa E.

Mientras que los ADR argentinos en NY finalizaron con una baja en bloque, con caídas de hasta el 11%, con derrumbe sobre todo en Despegar, Loma Negra, Pampa E, Galicia y Mercado Libre. Al tiempo que los Cedears estuvieron mixtas, con suba potente para Hewlett Packard y con baja consistente para Mercado Libre.

Pero probablemente la peor noticia que tuvo ayer toda la región es que con las tasas largas de EE.UU. empinándose, las commodities pegaron una gran frenada. El petróleo logró subir apenas, porque el frío todavía castiga mucho al hemisferio norte. Pero los metales básicos acusaron bajas, los granos también apuntaron en descenso, con bajas del 1% al 1,5% en Chicago, pero con gran confusión en la Bolsa de Rosario. Los productores argentinos tienen los silos llenos, no venden porque no quieren pesos con estas retenciones, y les está por llegar la cosecha gruesa, que los inundarán de producto. Por eso ayer hubo mucho rezago en las negociaciones e información tardía que hizo caer la soja nada menos que 3,9%, con baja del 3,6% para el maíz y del 1,9% para el trigo.

Y para terminar con esta mirada global, hubo una gran transformación en lo que los inversores tomaron últimamente como posiciones refugio. Ayer hubo bajas, importante, para el oro y la onza de plata, que los alejaron aún más de los máximos de agosto. Y lo único que sigue resistiendo son las criptomonedas. Ayer hubo una baja de apenas 1% para el bitcoin, con descenso en casi todo el resto de criptos, salvo el Cardano y el Litecoin que volvieron a subir. Pero alerta: los consejeros avisan: "larguen lo que no sea muy líquido, porque si la baja los agarra con algo difícil de vender, podrán tardar años en recuperar lo perdido".

Frente a toda esta situación, debido a condiciones de mercado que se siguen complicando, el directorio del BCRA resolvió introducir nuevas flexibilizaciones, acordes con la mejor disponibilidad de divisas y como paso de transición hasta la liberación total para que este año logren reestructurar exitosamente sus deudas las 35 empresas que tienen Obligaciones Negociables que deben ser afrontadas de acá a fin de año.

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