Por Hugo Torres Director de QE2 Construcciones SRL
Ya en su campaña, Joe Biden se anotó varios votos con su promesa de una fuerte política para promover el uso de las energías sustentables y crear un plan contra el cambio climático, sobre todo porque el país del norte viene de tener una gestión que negaba su existencia.
Claro está que esto es una gran noticia para todos, primero porque los Estados Unidos es uno de los países que más huella de carbono aporta al planeta, pero además porque sus políticas suelen ser tomadas como ejemplo. Ahora bien, dentro de estas estrategias verdes, ¿está incorporada la construcción sustentable?
Lo cierto es que nuestra industria queda atravesada por muchos planes, pues la realización de un edificio sustentable incluye tanto el diseño de sistemas energéticos verdes como materiales que son ecoamigables. Y para esto es preciso poder apoyar a las firmas proveedoras, lo que da la noción de cuán importante es contar con políticas de promoción para el sector.
Para tener una idea, según la Organización de las Naciones Unidas (ONU), la construcción es responsable del 38% de las emisiones de carbono a la atmósfera. Pero, en ese sentido, es interesante saber que en Norteamérica cuentan con el US Green Building Council, que se encarga de certificar las construcciones y también genera información para promover las prácticas sustentables.
Esta entidad se tomó el trabajo de analizar la propuesta de Biden, y al respecto destacó como positiva la idea de tener más espacios verdes, remodelar los edificios, dar un rol central a la climatización y promover sobre todo las viviendas ecológicas. Todo esto apuntando siempre a reducir la huella de carbono, que incluye también la emisión del transporte público, por lo que se está apuntando a repensar las ciudades y sus rutinas.
¿Qué incluye la plataforma del nuevo presidente de EE.UU.? Reducir para 2035 a la mitad la huella de carbono de los edificios de Estados Unidos, poner en valor cuatro millones de edificios y climatizar dos millones de hogares durante su gestión. Esto, además de hacerle bien al medio ambiente, impactará en la generación de empleos, algo que esa nación está necesitando.
Estos desafíos permiten mirar con esperanza el futuro de esta industria, porque es de esperar que, al ver los resultados en Estados Unidos, otros gobiernos comprendan la importancia de ocuparse no solo de promover viviendas y edificios corporativos amigables con el planeta, sino también que puedan impactar positivamente en la salud de sus habitantes. Y, por supuesto, que puedan poner en movimiento la gran cadena de proveedores que están detrás de cada construcción.
