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Reflación, el fenómeno de moda en la salida del Covid

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Luis Varela 09 febrero de 2021

Por Luis Varela

En muchos mercados del mundo, sobre todo en los de Occidente, y en Argentina en particular, ahorristas, inversores y público en general están acostumbrados a medir la evolución de los precios en sus monedas locales y en dólares, y en todas partes, sin excepción, está empezando a verse que las subas de los valores empiezan a dejar a los observadores pasmados.

Pero a contramano de lo que puede suponerse, esta suba general de las cotizaciones no corre únicamente en pesos o en dólares en la Argentina y en el mundo, sino que también hay aumentos medidos en otras monedas: euros, yenes, yuanes, libras, rublos, rupias, etcétera, etcétera. Este fenómeno está instalando en los análisis de los expertos una palabra que cada tanto se vuelve a poner de moda: reflación.

¿De qué se trata este fenómeno? La reflación es un escenario donde el Estado estimula artificialmente la economía con el fin de superar una recesión y para eso se utiliza la política fiscal y/o monetaria. El objetivo de la reflación es crear inflación mediante los estímulos por el temor a entrar en deflación. La idea es multiplicar la cantidad de dinero o realizar una baja de impuestos para que la población consuma y demande más productos y servicios.

Esa es la situación que está mostrando el mundo entero hoy, en momentos en el que empieza a aplicarse la vacunación contra el Covid-19. Recién se llevan vacunadas 132.000.000 de personas, el 1,7% de la población total (en Argentina 501.000 personas, el 1,1% del total de habitantes) y como el proceso viene muy lento los Estados no tienen otra alternativa que fomentar la actividad lanzando dinero desde helicópteros.

Subas generalizadas

Esta alternativa tiene de arranque una pérdida de valor de las monedas, por lo que los inversores deciden abandonar las divisas, todas, y se colocan en activos, lo que sea, generándose reflación con precios altísimos en casi todas las cosas. Y ayer fue una de esas jornadas en la que todo, absolutamente todo, mostró subas ciertamente importantes.

Subió 1,7% el petróleo, hasta su precio más alto desde 2019, es decir el que tenía antes de que se origine la pandemia. Subieron 1% los metales básicos, insumos de las industrias, que deberán abastecer la demanda de ese público con dinero en los bolsillos. Y subieron 2% los granos, en una Argentina que está festejando por la llegada de buenas lluvias, que traerán una cosecha mayor.

Pero además de esas commodities que están ligadas al consumo, ayer también pegaron un brinco los activos refugio. Treparon los metales preciosos, sobre todo la onza de plata, que ganó casi 3,5%, acercándose otra vez al récord que tocó en agosto pasado. Y lo que dejó perplejos a muchos fue un salto del 15% para el bitcoin, que superó los US$ 43.000, alcanzando un nivel jamás logrado.

Los mercados accionarios

En medio de esta ola de abundancia de dinero, también subieron las bolsas. A pesar de las repetidas advertencias de muchos expertos bursátiles, que vienen repitiendo que quien compra acciones en Wall Street en estos precios no tiene una buena idea de lo que está haciendo, la Bolsa de Nueva York ganó ayer otro 0,8%, con mucha rotación de papeles, con inversores expertos vendiendo lo que subió mucho y comprando valores olvidados.

Y dentro de todo ese movimiento internacional, en medio de un contexto altamente inflacionario, el mercado argentino tuvo ayer una de las mejores ruedas de los últimos tiempos: continuó la pax cambiaria, el Banco Central pudo comprar reservas, hubo utilización de algunos bonos para mantener los dólares frenados, las acciones subieron y los bonos pudieron levantar cabeza después de casi cien días con precios en baja.

Todo este movimiento se está dando con el Gobierno moviendo los hilos, calculando todo lo que debe hacer para llegar a la próxima contienda electoral con la mayor cantidad de apoyo posible. Alberto Fernández ve en las encuestas que su imagen positiva se derrumbó y sabe que tiene que generar apoyo en mucha gente desalentada, y el movimiento es sacar dinero de los que más tienen y repartirlo entre muchos que están sin fondos, ya que ahí hay muchos más votos.

Así, la discusión de las últimas horas tuvo que ver con una amenaza del Presidente de subirle las retenciones al campo, con posibilidad de bloquear exportaciones, al tiempo que se anuncia una suba de mínimo no imponible, para que mucha menos gente pague Ganancias. Este movimiento de presión y descompresión de impuestos llega justo cuando la AFIP está reglamentando el impuesto a los ricos, que debe ser aplicado antes del cierre de marzo.

Al respecto, uno de los tributaristas más expertos de Argentina, César Litvin, manifestó que "con bienes personales y el impuesto a la riqueza juntos, Argentina es ahora uno de los países del mundo que más impuestos cobra. Aprovechando ese error, un país como Uruguay duplicó de cinco a diez años de exención para los argentinos de grandes capitales que quieran mudarse. Y, ciertamente, el país debería hacer todo lo contrario, bajar la presión impositiva para que toda la gente con capitales e iniciativa entre y no se vaya".

El rumbo del dólar

El caso es que ayer, con el precio de los granos tan alto, el Banco Central pudo tener una jornada en la que compró nada menos que US$ 100 millones. De esa manera, el mercado cambiario continuó muy tranquilo. Mientras en el exterior, el dólar no cambió contra el euro y la libra, pero bajó 0,1% en México, 0,2% en Brasil y Japón y cedió 0,5% en Chile, en Argentina mostró un panel con pocas variantes.

El dólar turista subió 41 centavos hasta $154,39 pesos,el oficial subió 25 centavos hasta $93,57, el blue no cambió: cerró otra vez en $151. El dólar mayorista subió 17 centavos hasta $ 88,17, con el BCRA sumando US$ 58 millones a las reservas por lo que ahora llegan a US$ 39.233 millones. El dólar MEP bajó 12 centavos, hasta $149,48 y el contado con liquidación rebotó $1,82 pesos hasta $151,90 pesos. Por lo que la brecha entre el oficial y el blue bajó al 61,3% y la del CCL y el mayorista volvió al 72,3%. Al tiempo que, medidos en pesos, la libra subió 41 centavos hasta 121,17, el euro subió 39 centavos hasta 106,29 y el real subió 14 centavos hasta 16,47.

El caso de YPF

Esta tranquilidad cambiaria llegó con otra novedad positiva: la petrolera YPF logró buena adhesión en su propuesta se canje, y su papel recuperó buen precio en la Bolsa de Nueva York: regresó a US$ 4,52, el mismo precio que tenía en marzo del año pasado, luego de haberse arrastrado cerca de US$ 3 lares debido a que se temía que la empresa entrara en una situación de default.

Los fondos de inversión Fidelity y BlackRock confirmaron que aceptaron la última propuesta de YPF y junto con eso hubo una mayor demanda de bonos argentinos, que compensó la intervención estatal con los bonos del canje, para evitar que el dólar se escale, utilizándolo como ancla contra la inflación. Así, los titulos públicos argentinos pudieron recuperar 0,8% después de caer 24% desde que Guzmán hizo el canje a principios de septiembre último, por lo que ayer el riesgo país bajó 13 unidades, hasta 1.433 puntos básicos.

El motor de esta reflación es alimentado por el ventilador que hay en Wall Street, con el flamante presidente Joe Biden procurando repartir un estímulo gigantesco de US$ 1,9 billones. Esa ola de dinero llega, además, con novedades contables asombrosas: inmunes al golpe de la pandemia, Apple, Microsoft, Amazon, Google y Facebook exhiben su poder tras superar por primera vez en 2020 el billón de dólares de ingresos agregados.

Una cuestión de precios

Con tanta liquidez y semejantes datos, los compradores no parecen temer a los precios actuales y siguen comprando acciones a dos manos. Por eso ayer la Bolsa de Nueva York ganó otro 0,8%, con un clima híper selectivo. Al tiempo que otros mercados bursátiles de la región estuvieron más observados con una baja leve en la Bolsa de San Pablo y un cierre casi sin cambios en la de México.

Y en la Bolsa de Buenos Aires volvieron a aparecer sonrisas. Con YPF como motor, los ADR subieron en bloque en Nueva York y ese flujo alimentó al mercado local. Con $1.215 millones operados en acciones y $1.974 millones en Cedears, la Bolsa de Buenos Aires subió 1,9%, por lo que ahora está en terreno positivo, con muy buen resultado medido en dólares debido a la pax cambiaria, haciendo que algunos inversores arriesgados empiecen a preguntar qué pasa con los balances, algo que ByMA no está liberando con la velocidad habitual.

Pero, como dijimos, el foco principal de todo el movimiento es la suba de las commodities y una inflación mundial que empieza a despertar. Con un gigante dormido que empieza a desperezarse. La tasa a 10 años de los bonos de EE.UU., que estaba en el 0,5% hace unos meses, subió ayer hasta el 1,17% anual. Y en situaciones de reflación históricas, como hubo varias veces en los últimos cincuenta años, cuando esta tasa empezó a mostrar los dientes, todo lo que reflacionó terminó cambiando de dirección, por lo que la fiesta sigue, pero hay que ver cuánto tiempo más tendrá la misma música.

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