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Los sectores rezagados ante la “nueva normalidad”

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Agustín Maza 17 febrero de 2021

Por Agustín Maza

Muchos indicadores de la economía vienen mostrando mejoras. En algunos casos con respecto a años previos, en otros comparado al bajo nivel de actividad que dejó la pandemia y su consecuente aislamiento. En particular, los sectores que han quedado rezagados tienen que ver con los cambios de hábitos en la forma de vida y la movilidad que generó el coronavirus. El textil, el gastronómico y el del entretenimiento son casos testigos de esta situación que, en general, afecta más a pequeñas y medianas empresas.

Los últimos datos de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME) muestran que las ventas minoristas cayeron en enero 5,8%. Pero si se hace foco en los rubros calzado y marroquinería o el de indumentaria, las bajas son más pronunciadas: 11,7% y 9,2%, respectivamente. “La pandemia fue una ruleta rusa, los más golpeados fueron el calzado y la indumentaria textil. Al tener menor movilidad, sumado a la incertidumbre, la gente deja de gastar en productos que podrían considerarse suntuarios”, explicó el directivo de CAME, Pedro Cascales, ante El Economista. En ese sentido, informó que en los últimos tres años las ventas en comercios cayeron 35%.

“Por cuestiones estacionales y de moda, la ropa que no se vendió durante la pandemia no se recupera”, dijo el empresario textil y secretario de la Fundación Protejer, Luciano Galfione, ante El Economista y agregó: “La caída del poder adquisitivo y los cambios de hábitos, es decir, que la gente salga menos, perjudicó nuestra industria. Sin embargo, el mercado está demandando porque este verano se fabrica lo que se va a vender en el invierno”.

La industria textil viene castigada desde 2016 por la importación, aunque hay dos grandes factores: que la gente está en la casa y que los precios aumentaron por encima de la inflación”, opinó el economista en jefe de Ecolatina, Matías Rajnerman.

El Indice de Producción Industrial Manufacturero (IPI), que realiza el Indec, el rubro prendas de vestir, cuero y calzado acumuló en 2020 una caída del 33% respecto al año anterior. Es la segunda mayor baja de los sectores relevados, detrás de “otros equipos de transporte” (-37%). “La pérdida del poder adquisitivo, pero principalmente los cambios de hábitos en la movilidad, como el teletrabajo o los cierres de shoppings y galerías, explican la baja”, afirmó Guido Lorenzo, director de la consultora LCG, ante El Economista. “Hay un desplazamiento en la demanda de algunos sectores, al comercio electrónico le está yendo mejor que nunca y hay necesidad de reconversión para muchos negocios”, sumó.

Las caídas en las ventas y producción tuvieron consecuencias en el empleo, sobre todo en el entramado pyme. Según la última Encuesta de Indicadores Laborales (EIL), que realiza mensualmente el Ministerio de Trabajo, consignó que, a diciembre, las pérdidas de puestos de trabajo en empresas de 10 a 49 empleados fue de 3,3% interanual; en las que emplean de 50 a 199 bajó 2,3% y en empresas grandes (200 trabajadores o más) la merma representó 1,1% respecto al mismo mes del año anterior.

Desde la Fundación Protejer resaltaron que la regulación a las importaciones fue muy importante para la industria textil, además de que el diálogo con “el sector público” es permanente. “Que el ministro de Producción o el secretario de Industria trabajen codo a codo con empresarios es la primera vez que lo veo en toda mi vida al frente de una fábrica”, consideró Galfione.

Gastronomía y hotelería

En 2020, la cantidad de turistas que llegaron del exterior mermó casi 80%, según datos de una encuesta que realizó el Ministerio de Turismo y Deportes e Indec. Ese contexto explica una situación crítica para los sectores de la economía que dependen de la circulación.

A través del Aeropuerto Internacional de Ezeiza y el Aeroparque Jorge Newbery llegaron, en 2020, 625.500 turistas no residentes, una baja de 77% con respecto a 2019. El turismo interno cayó con fuerza también.

“Los empresarios gastronómicos y hoteleros pedimos al gobierno que extienda la Ley de Sostenibilidad y Reactivación Productiva de la Actividad Turística Nacional, con las asistencias financieras del ATP, por ejemplo, que vencía el 31 de diciembre, pero la respuesta fue negativa”, contó la presidenta de la Federación Empresaria Hotelera Gastronómica de la República Argentina (FEHGRA), Graciela Fresno, ante El Economista. “No hay ninguna mejora en la actividad del sector, porque a nivel nacional no todos trabajan con temporada de verano y, en los lugares que sí las hubo, estuvieron 30% por debajo de otros años en ocupación hotelera”, remarcó.

El Gobierno implementó, a partir de febrero, el Programa de Recuperación Productiva II para ayudar a las empresas a pagar los sueldos de sus empleados, aunque en esta ocasión estableció una diferenciación entre las que pertenecen a sectores críticos, no críticos y de la salud, que determinará hasta cuánto dinero pueden solicitar en asistencia. A partir de ahora las compañías que sean consideradas parte de los sectores no críticos, podrán solicitar esos $9.000, pero aquellas que se encuentren en una situación crítica podrán pedir hasta $12.000 y las que sean parte del sistema de salud, hasta $18.000.

Fresno aclaró que, si bien es una ayuda, esta asistencia resulta “insuficiente”. “Hacia adelante no tenemos un futuro promisorio, si tenemos en cuenta que en Europa prevén una recuperación del sector recién para 2024. No podemos despedir y no nos cubren los sueldos, la situación es dramática”, Expresó Fresno. En cuanto a la gastronomía, explicó que el hecho de el teletrabajo y el bajo nivel de movilidad perjudicaron a los locales gastronómicos, sobre todo su oferta “al paso”, como cafés o menús ejecutivos.

Alimentos

La producción de alimentos y bebidas fue perjudicada por los efectos mencionados. El IPI de diciembre mostró, para ese sector, una caída interanual de 6,6%, aunque en 2020 tuvo un avance de 0,2%. Pero si se tienen en cuenta los valores de manera desagregada, los productos que tienen que ver con un consumo que podría considerarse “suntuario”, están vinculados a la gastronomía comercial o al consumo “al paso” presentan caídas mayores versus 2019. “Ni en diciembre con navidad, ni en enero con reyes, el consumo de estos artículos pudo repuntar. El poder adquisitivo del promedio de los salarios cayó 13% en términos reales, eso hace que los sectores de menos ingresos recorten por ese lado”, aseguró Cascales.

“Alimentos y bebidas venían desde el 2018 y 2019 con una utilización de la capacidad instalada a la mitad. La pandemia parecía ser una oportunidad por ser de primera necesidad”, describió el presidente de la Coordinadora de las Industrias de Productos Alimenticios (Copal), Daniel Funes de Rioja, ante El Economista. “La caída de la demanda mató el consumo impulsivo, esto refiere a todo lo que se consume en la calle o en comercios a la calle, que no son canasta básica y, sin embargo, tampoco son premium”, agregó.

“La dinámica de este sector fue, a principios de 2020, muy buena por stockeo y consumo masivo, pero también por esta razón y la suba de precios el final de 2020 y principios de 2021 viene flojo”, sostuvo Rajnerman. En esa línea ratificó que el sector tiene posibilidades de recuperarse.

Entretenimiento

El Gobierno aprobó en noviembre el protocolo para la vuelta a los teatros con o sin público. En tanto, desde el sector teatral, que genera el 80% de la oferta cultural en la Ciudad de Buenos Aires, siguen reclamando ayudas y medidas de parte del Gobierno porteño, en particular, que se declare la “Emergencia Cultural”. Un dato importante a tener en cuenta, es el censo realizado por la Asociación Argentina del Teatro Independiente (ARTEI) que destaca: “Casi 74% de los trabajadores y artistas no tienen su trabajo registrado". Además, entre el 26% restante, "40% percibe un salario menor al mínimo, vital y móvil".

“La temporada 2020 estuvo perdida desde que comenzó la pandemia, trabajamos para no hipotecar la 2021, la segunda parte de este año va a ser de consolidación del público con teatros y recitales, siempre dependiendo de la pandemia”, anticipó el empresario teatral Carlos Rottemberg, ante El Economista. El empresario subrayó que el diálogo con los gobiernos de la provincia de Buenos Aires, CABA y el nacional son muy constructivos y manifestó: “España y Argentina son los únicos países en el mundo con teatros abiertos, pero la única manera de hacer girar la rueda es mostrar que ir al teatro no significa un foco peligroso, mientras se cumplan los protocolos como corresponde”.

“Lo complejo fue reemplazar el escenario con la virtualidad, hacerlo frente a una cámara fue una situación forzosa, pero quitó mucho de la interacción lúdica con el público”, argumentó el director teatral y representante del centro cultural porteño Maza Madre, Nahuel Alasia, ante El Economista. También comentó que la expectativa a mediano plazo es que, con un plan de vacunación exitoso y la consecuente flexibilización de protocolos, va a haber una reactivación. Pero también manifestó que el teatro independiente está en crisis desde 2016.

“Hay rubros que tienen la necesidad de reconvertirse urgente, de todas formas, hay algunos que no van a recuperar en una nueva normalidad por lo que va a tardar en suceder”, dijo Lorenzo.

En definitiva, la recuperación de estos sectores dependerá, además de la mejora en la actividad económica y el salario real, de la pospandemia. Por eso, estará afectado por la evolución de la vacunación y la posibilidad de una “nueva normalidad” parecida a lo que conocimos, en algunos aspectos, antes de que el coronavirus cambie nuestras vidas.

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