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El miércoles debuta la mesa para coordinar precios y salarios: primero, los gremios

Acuerdo-de-bancarios
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08 febrero de 2021

La semana pasada, el Gobierno anunció que convocará a una nueva mesa tripartita para lograr que la inflación converja a la zona de 29% en 2021. Es la meta del Presupuesto y el Gobierno quiere cumplirla.

Sobre el cierre de la semana pasada, se publicó el Relevamiento de Expectativas del Mercado (REM) del BCRA. Según la mediana de los analistas sondeados, la expectativa es que los precios suban 50% en 2021. El REM suele fallar, es cierto, pero los números no parecen descabellados: fueron los niveles de 2018 y 2019. Además, si se toma la inflación de los últimos meses (en la zona de 3-4%) y se la anualiza, los precios ya están navegando interanualmente por esos valores.Según “la calle” (Expectativas de Inflación de la UTDT), la inflación esperada por la población para los próximos doce meses es de 45% según la mediana de las respuestas y 44,1%, según el promedio. Hay, evidentemente, un descalce.La mesa tripartita (Estado, empresas y sindicatos) buscará sumar un nuevo elemento a la batalla contra la inflación: la coordinación. Y, sobre todo, una variable clave que nuclea a las partes: los salarios. Es un ítem preponderante en la inflación (los otros son el dólar y las tarifas) y el Gobierno quiere que las negociaciones ronden la zona de 30%. La Asociación Bancaria (AB) se alineó y el viernes anunció un acuerdo de 29% para 2021. No hay cláusula gatillo, pero las partes acordaron verse las caras nuevamente en septiembre.

El viernes, Alberto Fernández recibió al líder bancario, Sergio Palazzo, en Olivos. Una señal de aprobación y ratificación para uno de los pesos pesados de la Corriente Federal de Trabajadores. El Gobierno dijo que las paritarias no tienen techo. Faltó decir: si se ubican debajo de 30%, mejor.

Los gremios serían los primeros invitados a la mesa acuerdista. El primer encuentro sería el miércoles, trascendió ayer. Luego, habría otra con empresarios (jueves 11 o miércoles 17) y, por último, una con todos, con la rúbrica del jefe de Estado. La idea en Casa Rosada es que sea el 24 de febrero.

El último intento acuerdista, allá por mediados de 2020, tuvo un “veto” del Instituto Patria contra algunos de los invitados a la mesa. Lograr un acuerdo será difícil y respetarlo, aún más. Si los problemas ya arrancan con la lista de invitados, será imposible.

La idea del Gobierno es que el salario real le gane a la inflación. Ayer, en un reporte, Ecolatina dijo: “Proyectamos que el salario real de los trabajadores registrados volvería a caer en el promedio anual de 2021, retrocediendo alrededor de 1% en relación con la media de 2020, a pesar de mostrar una elevada varianza entre sectores. Sin embargo, asumiendo que el coronavirus y las restricciones operativas se van relajando con el correr de los meses, y que el Gobierno finalmente pospone los ajustes tarifarios, habría una recuperación del poder adquisitivo entre puntas, mayor al 3% en el caso de los empleados formales. Este avance, aunque no lograría compensar la pérdida de 2020, y mucho menos la acumulada desde 2018, podría ayudar a apuntalar el alicaído humor social”.

Las mayores presiones salariales se observarán en los gremios más “combativos” (tipo Camioneros) o en aquellos sectores con mayor nivel de actividad.

“Administrar la puja distributiva deberá ser un eje central de la política económica. El marco institucional todavía no está claro, pero parece urgente generar ese diálogo tripartito ?empresas, trabajadores y Estado? donde coordinar expectativas en torno a pautas inflacionarias y cambiarias viables y consistentes con el objetivo de promover una mejora real en los salarios, reactivar el consumo interno y cuidar el frente fiscal y externo”, dijeron desde el think-tank FIDE.

La idea oficial que las otras dos variables (tipo de cambio y tarifas) también se muevan en la zona de 25-30%.

Sin embargo, la dinámica de la inflación es una de las dudas. Más allá de lo que diga el Gobierno, todos miran el Indec. El desequilibrio fiscal (y, por ende, monetario) es otro de los puntos flacos del esquema. Si bien el Ministerio de Economía trabaja en un plan de convergencia plurianual, la emisión monetaria seguirá en 2021.

“El Gobierno lanzó su acuerdo de 'precios y salarios', como pidió CFK en diciembre, con el objetivo de desinflar la nominalidad de la economía. Con vistas en las elecciones de octubre, el Gobierno apuesta a que los salarios le ganen a la inflación, luego de casi 8 años de fuertes caídas. La apuesta es riesgosa. Por un lado, si se cierran paritarias en 29% (como bancarios) y la inflación no baja de 50% (riesgo de licuación y nuevos ajustes), eso tendrá costo económico antes de octubre. Por otro lado, también tendrá costo fiscal, ya que la movilidad jubilatoria indexa con inflación pasada, hará difícil cumplir la meta fiscal y necesitará mayor emisión monetaria”, dijo Fernando Marull de FMyA en su reporte del fin de semana.

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