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Tres datos de Estados Unidos hicieron retroceder al dólar afuera

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Luis Varela 13 enero de 2021

Por Luis Varela

Como si se tratara de una embarcación cada vez más inestable que se bambolea en medio de una gran tormenta de alta mar, los mercados globales volvieron a dar ayer un violento giro de tendencia y el foco de esta tensión volvió a estar centrado en Estados Unidos, esencialmente comandado por tres cuestiones principales: un informe del Departamento de Agricultura sobre existencia de granos; un aviso del inminente presidente Joe Biden, que volverá a estimular su economía con otra lluvia de dólares y la preparación de una multitudinaria manifestación republicana en representación de los 72 millones de norteamericanos que votaron por un Donald Trump que todavía puede meter mucho ruido en los ocho días de vida que le quedan a su Presidencia.

Durante las primeras seis ruedas con negocios del año, después de que la crisis en el Capitolio se superara con una salida institucional y con la confirmación de Biden como Presidente, el dólar había arrancado el 2021 con un interesante repunte, que de alguna manera le puso un freno a la interminable suba que están mostrando los commodities desde hace más de cinco meses. Pero ayer ocurrió todo lo contrario. El USDA dijo que habrá pocos granos, Biden dijo que habrá muchos dólares y los republicaron dijeron que meterán ruido: el dólar volvió a bajar y los precios de las commodities pegaron un salto.

Y probablemente el ejemplo más típico de este bamboleo del dólar fue lo ocurrido con la cotización del Bitcoin, la criptomoneda estrella, que subió de US$ 6.000 a US$ 41.500 entre abril y la semana pasada, luego cayó a US$ 29.800 el lunes y ayer voló hasta US$ 35.000 a media rueda y terminó a US$ 33.600, mientras se seguía operando en Honolulu, a pleno, como si el volcán hubiera entrado otra vez en erupción.

El Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA) brindó su informe habitual sobre abundancia y escasez de granos, más demanda esperada para los próximos tiempos, y recortó las proyecciones de soja dentro de Estados Unidos y también en Sudamérica, en especial en Brasil y Argentina, y en un contexto de mayor demanda global. Eso puso nuevamente al rojo vivo las cotizaciones en el mercado de Chicago, también en Rosario, tanto que en Illinois el yuyito voló hasta US$ 524 por tonelada, el mayor valor en siete años, cuando hace ocho meses cotizaba a apenas US$ 305, el precio que tuvo Mauricio Macri en la última parte de su mandato.

Detrás de ese vuelo, como el Covid sigue castigando duramente a Estados Unidos (tiene 389.000 muertos, el 19,7% de los casi 2.000.000 decesos globales en trece meses de pandemia), fuentes cercanas al presidente electo Biden, que asume dentro de siete días, adelantaron que el hombre que se hará cargo de la Casa Blanca, ya sin Trump, volverá a estimular la economía interna con otra ola de emisión de dólares, colocándole otro importante cheque al bolsillo de cada norteamericano, para que siga consumiendo, y esa confirmación provocó que el dólar se diera vuelta como una media, mientras ya se alcanzaron los 29.000.000 de vacunados en todo el planeta.

Después de un arranque de 2021 fortalecido, el billete verde se dio vuelta ayer y, en el exterior, el dólar subió 0,8% en Chile, pero bajó 0,4% contra el euro y el yen, cedió 1,1% contra la libra, achicó 1,3% contra el mexicano y se desplomó 3,3% en Brasil, en un mercado que también está a los saltos con declaraciones de un Presidente que también altera por completo a su propio mercado: después de que la norteamericana Ford anunciara que cierra sus tres plantas de Brasil luego de estar allí desde hace cien años, Jair Bolsonaro salió a decir "Ford miente y lo que está pidiendo es subsidios".

Sea como fuere, esa tremenda inestabilidad global del dólar hizo parecer ayer a Argentina un país con mercado cambiario risueñamente estable. La Comisión Nacional de Valores tomó dos decisiones: acortó un día el parking (la demora para operar con bonos para participar en el mercado de cambios) dando más facilidad al denominado dólar MEP, pero le puso un límite para operar al contado con liquidación, ya que la salida de dólares vuelve a ser intensa.

Con eso, mientras el dólar externo iba y venía, en el mercado local hubo leve baja en los dólares financieros libres, quietud en el blue y repetición del ritmo de crawling peg en los dólares oficiales. El dólar turista subió 14 centavos hasta $150,27, el oficial subió 8 centavos hasta $91,07, el blue no se movió y siguió a $159 pesos y el mayorista subió 10 centavos hasta $85,47.

Y como los precios de los cereales subieron tanto, el Banco Central pudo ganar otros US$ 105 millones para las reservas que ahora alcanzan a US$ 39.709 millones. Así, en un mes recuperó más de US$ 1.000 millones. Mientras que con las nuevas reglas, el dólar mep bajó 85 centavos hasta 144,98 pesos. El contado con liquidación bajó $1,03 hasta $145,13. Y con eso, la brecha entre el dólar oficial y el blue fue del 74,6% y la del CCL y el mayorista fue del 69,8%. Mientras que medidos en pesos, la libra saltó hasta 116,83, el euro subió 52 centavos hasta 104,33 y el real llegó a 16,06.

Con la vacunación en marcha y con el dólar otra vez débil, el bamboleo de los commodities fue tremendo. El petróleo volvió a marcar un nuevo aumento y su precio subió tanto que ya se acercó a los precios del cierre de 2019. Hubo una suba también muy importante para los metales básicos, insumos de las industrias. Los granos alcanzaron subas de hasta el 5% en Chicago y rozaron el 3% en Rosario (sin importar en absoluto el paro del campo). Y la debilidad del dólar le volvió a dar vida a las posiciones refugio, tanto que resucitaron las onzas de oro y plata, y las criptomonedas levantaron cabeza de nuevo, con el Bitcoin saltando 8% en un día, punta contra punta, luego de estar a media rueda casi 14% arriba.

Lo particular del caso es que, a pesar del aumento de las cosas, y de la lluvia de dólares en danza, la Bolsa de Nueva York apenas tuvo un pestañeo. Los principales índices de Wall Street subieron 0,2% promedio, con bajas para empresas como Twitter y Facebook, que hasta ahora fueron las más dinámicas. Y con el vértigo cambiario en Brasil, la Bolsa de San Pablo mejoró 0,6%, pero la de México terminó con una baja de más del 1%.

Para los títulos privados argentinos hubo un día con poco movimiento: con $720 millones operados en acciones y $1.509 millones en Cedears, la Bolsa de Buenos Aires subió 0,5%. Con dos posiciones a destacar: por un lado se observó un violento salto en la cotización de Cresud, que está muy atada a la soja, y por otra parte se vio un nuevo derrumbe en YPF, cuya calificación fue puesta al borde del aplazo, con los acreedores considerarla sin sustento, porque tiene en gastos de personal una realidad que le imposibilita tener ganancias sólidas que le permitan cumplir con sus deudas de mediano plazo.

Y algo por el estilo ocurrió con los bonos argentinos. En medio de una presión inflacionaria que sigue mordiendo, con la secretaria de Comercio Paula Español confirmando que en cinco día se promulgará la Ley de Góndolas, que obligará a todos los supermercados a rediseñar todos sus centros de venta desde Tierra del Fuego a La Quiaca, el humor de los inversores siguió siendo negativo, volvieron a caer los bonos argentinos, por lo que el riesgo país trepó otras 19 unidades, hasta 1.415 puntos básicos.

Mientras tanto, en América Latina el riesgo país está bajando. El argentino es 8,3 veces más alto que el de los países vecinos: en Brasil está en 270 puntos, en México a 200, Chile en 137, Uruguay a 136 y en Perú 107.

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