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No hay interés por títulos locales y el Gobierno sigue gastando para frenar al dólar

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Luis Varela 14 enero de 2021

Por Luis Varela

Con el Capitolio protegido por militares (para prevenir que no apareciera otra turba trumpista enfurecida), la Cámara de Representantes aprobó ayer que se inicie un segundo juicio político al presidente Donald Trump, y el tema pasa ahora al Senado, todo a apenas una semana del final de su mandato y de la asunción del demócrata Joe Biden.

La votación de ayer fue inédita, ya que jamás se habían realizado dos juicios políticos a un mismo presidente norteamericano. Y sorprendió, además, la necesidad de tener al Ejército rodeando el Capitolio, lo cual indica que la tensión política dentro de Estados Unidos, país considerado ahora como un ejemplo de la democracia mundial, está pasando por una crisis de proporciones.

Esta enorme decisión de legisladores no solo opositores sino también pertenecientes al mismo partido que llevó a Trump al poder fue seguida con gran atención durante todo el día por el mercado financiero norteamericano, que en general actúa como faro de todas las finanzas mundiales. La decisión de los diputados fue posterior al cierre, pero se veía venir y, antes de la votación de la Cámara Baja, la Bolsa de Nueva York terminó casi sin cambios, los bonos de EE.UU. subieron apenas y el dólar volvió a ganar valor contra la mayoría de las monedas del mundo.

Este fenómeno político se da con noticias ciertamente malas en torno al coronavirus, que sigue provocando muchísimos contagios y también más muertes, lo cual pone en interrogante lo que puede llegar a venir en el mundo en cuanto a nivel de actividad. Así, las commodities actuaron en consecuencia: el petróleo perdió precio, los metales tanto básicos como preciosos también declinaron, los granos tuvieron suba para el maíz pero bajas para la soja y el trigo. Y lo único que continuó enarbolado fue el panel de criptomonedas, que está repuntando tras la dura caída del principio de esta semana.

El foco de atención de los inversores busca entender qué puede pasar con Biden en el poder, sobre todo después de que adelantó que dará otra ronda de estímulos, lo cual hipotéticamente puede continuar provocando una debilidad del dólar, que no se está viendo con claridad en los últimos días. Analistas afirman que si el dólar y otras monedas siguen débiles, el mundo puede tener una inflación de activos (acciones, granos y otras variables) y dentro de todo ese panel el gran interrogante son las criptomonedas.

De hecho, ayer el bitcoin siguió mostrando una enorme volatilidad. Durante el fin de semana había rozado los US$ 42.000, desde ahí se desplomó hasta estar por momentos abajo de US$ 30.000, y al cierre de esta edición volvía a recuperar 8%, regresando a los US$ 37.000, a pesar de que la titular del Banco Central Europeo, Christine Lagarde, ex titular del FMI, llamó a los demás bancos centrales del mundo a la necesidad de empezar a regular ese tipo de valores, porque están provocando serios inconvenientes fiscales en todas partes.

Ayer, con todo ese marco de fondo, el dólar global volvió a estar firme: en el exterior, el billete verde subió 1,7% en Chile, avanzó 0,4% contra el euro, 0,3% vs la libra y 0,1% en Japón y México, pero bajó 0,3% en Brasil. Y detrás de ese movimiento también se observó una mayor demanda de bonos del Tesoro de EE.UU., por lo que la tasa larga de ese país achicó ayer nuevamente hasta la zona del 1,1% anual, luego de tocar el 1,2%, en el pico de ocho meses.

En Argentina, mientras tanto, el mercado cambiario volvió a anotar la repetida pulseada de cada día. En el arranque los dólares financieros estuvieron nuevamente muy firmes, y con el correr de las horas operaciones de intervención oficial, con fuerte venta de bonos, determinaron que los dólares financieros libres cedieran (con gran costo para el Estado) mientras que ayer el dólar blue subió apenas.

Con una inflación que según expertos privados se está estacionando en la zona del 4% mensual (con las tasas de los plazos fijos debajo del 3% por mes), siguió el desinterés por los plazos fijos. Así, el dólar turista bajó 7 centavos hasta $150,20, el oficial bajó 4 centavos hasta $91,03, el blue subió $1hasta $160 y el mayorista subió 8 centavos hasta $85,55, con otra buena rueda para el Banco Central ya que volvió a sumar reservas: crecieron US$ 56 millones, para llegar a US$ 39.765 millones. Al tiempo que el dólar MEP bajó 26 centavos hasta $144,72 y el contado con liquidación bajó 30 centavos hasta $144,83. Por lo que la brecha entre dólar oficial y dólar blue subió al 75,8% y la del CCL y el mayorista fue del 69,3%. Y, medidos en pesos, el real subió 5 centavos hasta 16,11, la libra bajó 21 centavos hasta 116,62 y el euro bajó 33 centavos hasta 104,00.

Este gran esfuerzo del Gobierno para tener frenado al dólar, en medio de una aplicación de nuevos precios cuidados y máximos, con la Secretaría de Comercio a punto de aplicar la Ley de Góndolas, se da con un notable desinterés por los titulos argentinos tanto públicos como privados. Las ventas de bonos de parte del Estado para frenar al dólar hizo que ayer algunos de los dólares que surgieron del canje realizado en septiembre se acercaran a una tasa a vencimiento del 18% anual.

Y, lo que es peor, el riesgo país volvió a subir muy fuerte. Ayer trepó 35 unidades, hasta 1.450 puntos básicos, por lo que desde que se realizaron los canjes de bonos ley Nueva York y bonos ley Argentina, el riesgo país ya lleva anotado un incremento del 37%, desde un arranque de 1.058 puntos básicos, nivel que fue abandonado cuando los inversores percibieron que el canje no había resuelto nada, sino que había postergado los vencimientos un turno, y el Presidente que esté a cargo en 2025 deberá enfrentar pagos con un superávit que Argentina no tiene.

Esta fuerte baja de los bonos de ayer, con altísimo riesgo país, 8,4 veces más alto que el riesgo de los países vecinos, se enfrenta hoy con otro duro test para el ministro de Economía Martín Guzmán que realizará una nueva licitación de deuda para ir pagando los vencimiento que van apareciendo de bonos que fueron emitidos bajo el mismo mandato de Fernández. Hoy se llama a los inversores a tomar tres letras en pesos y un bono ajustable por CER. Se abandonó por ahora la idea de colocar bonos dollar linked, y el mercado juzga que eso puede mantener en tensión al mercado cambiario.

La leve reacción del dólar global mostró un panorama no tan optimista en las bolsas. Ayer hubo cierre mixto en la Bolsa de Nueva York, con leve baja para el Dow Jones industrial y con mejor posición para el Nasdaq tecnológico, al tiempo que se vio un día bajista para las bolsas latinoamericanas, con baja leve para la Bolsa de México pero más profunda para la de San Pablo, donde el mercado de capitales está ingresando en una coyuntura más enrarecida.

Con esto, mientras en lo que va del año todas las bolsas del mundo mantienen subas (sobre todo la Bosla chilena, que festeja por un cobre con el mayor precio en siete temporadas), la Bolsa de Buenos Aires se mantiene claramente a la cola de todo ese movimiento, con el índice Merval anotando una leve baja y con un volumen de negocios que languidece, lo cual demuestra un total desinterés de los inversores por la compra de papeles de empresas argentinas.

Con apenas $687 millones en acciones y $1.610 millones en Cedears, la Bolsa de Buenos Aires bajó ayer 0,5%. Y tuvieron mayoría de bajas los ADR argentinos que cotizan en la Bolsa de Nueva York, con un elemento muy destacado: el desgarramiento de la cotización de YPF, la empresa pública por excelencia de Argentina.

Lo patético de todo este movimiento es que esta nueva baja de YPF se dio ayer porque un día después de ser aplazada por la agencia Fitch, la calificadora S&P también le bajó la nota de YPF, dejándola al borde del default y acusándola del mal que sufre la Argentina desde hace 100 años. Tal como le advirtió el titular de la empresa Guillermo Nielsen a Fernández, YPF tiene exceso de empleados y con sueldos altísimos: si fuera privada debería deprenderse de la mitad de su personal y realizar un fuerte ajuste en los sueldos, en una movida que el sindicato petrolero SUPE impide a como dé lugar.

Todo este movimiento se dio, además, porque los acreedores de YPF califican de "hostil" la oferta que se les hizo para reestructurar la deuda. Y, con el barril de petróleo en el mejor precio del último año, este bajó de la petrolera estatal argentina se concreta en un momento en el que también ayer la operadora JP Morgan emitió un informe donde dijo que se vuelve positiva con la también petrolera Exxon.

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