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La suerte en tus manos

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13 enero de 2021

Por Andrés Borenstein (*)

“La suerte en tus manos” es una película argentina de Daniel Burman (2012) que habla en tono de comedia de segundas oportunidades. Técnicamente no sería ni comedia sino más bien tragedia. Y tampoco sería una segunda oportunidad sino un ordinal mucho más grande. Pero la Argentina parece tener suerte. El Indice de Condiciones Financieras (ICF) que hacemos Econviews y IAEF mejoró por segundo mes consecutivo en diciembre.

El índice pasó de -84.9 en noviembre a -69.6 en diciembre, una mejora de más de 15 puntos, duplicando el avance de noviembre. Es claro que si el ICF está en negativo es que no se pudo salir de la zona de stress, pero eso es por cuestiones puramente domésticas. El mundo le está dando una inmensa mano a la Argentina. Tras un pico de stress en marzo y abril, el subíndice de condiciones externas se encuentra en zona de confort desde agosto y mejorando. Con 22.9 puntos está en el mejor registro desde que empezó la pandemia. En diciembre la mejora del ICF estuvo en un 72% vinculada a condiciones mundiales y sólo el 28% por cuestiones locales.

Pese a los rebrotes de Covid-19 en casi todo el mundo desarrollado, 7 de los 10 componentes del subíndice internacional crecieron en diciembre. Monedas emergentes, volatilidad en Estados Unidos, acciones emergentes, riesgo soberano todos mejoraron en diciembre. Los 3 componentes que empeoraron lo hicieron de manera muy marginal. En este momento hay 8 de los 10 componentes que se ubican en zona de confort y dos en zona de stress (muy) moderado. Estos son el de volatilidad e inflación esperada en Estados Unidos.

La historia a nivel local mostró una mejora en el índice de 4.3 puntos, pasando de -96.8 a -92.5 puntos, es decir que está en una zona de stress que no puede ser catalogada como de moderada, aunque claro que mejoró desde los -154 puntos de abril. Es el vigésimo octavo mes consecutivo en que el ICF local empieza con signo menos.

La discreta mejora del componente local estuvo vinculado especialmente a la baja de la brecha cambiaria y al aumento de los depósitos en dólares, aunque en verdad fueron cinco de diez los componentes del ICF local los que mejoraron. Pero esos dos componentes explican el 100% de la mejora. Uno podría argumentar que la mejora de la brecha es clave porque es quizás la distorsión más grande que tiene Argentina. La mejora por el lado de los depósitos en dólares tiene pinta de ser un factor más vinculado al vencimiento de los Bienes Personales que una tendencia. Con sólo 3 días hábiles procesados, enero empezó mal en esta materia.

Buenas condiciones financieras correlacionan bien con variaciones positivas del PIB y lo contrario también es cierto. De manera que si la Argentina pudiera reducir su negativo en este contexto de paz y amor en las finanzas globales podría cambiar su suerte económica. Claramente, esto no es cuestión de declamar. Para bajar la brecha, el riesgo país, que suba el Merval, que baje la inflación núcleo (por citar algunos de los componentes del ICF) hace falta más que suerte. Se necesitan políticas concretas que quizás en el marco de un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) se puedan, al menos, intentar.

(*) Econviews

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