La muerte de Raúl Baglini es lamentada por todo el arco político porque convivió con todos los sectores durante los años, que no fueron pocos, en los que estuvo en el Congreso Nacional.
Fue diputado nacional durante una década a partir del 10 de diciembre de 1983 y luego se desempeño como senador por dos años. En 1987 disputó la gobernación de Mendoza, pero fue derrotado por José Octavio Bordón. También fue titular de la Convención Nacional de la UCR.
Pero se destacó, principalmente, como legislador. Muchos políticos utilizan al Congreso como trampolín a cargos ejecutivos. Baglini, por el contrario, era un legislador por vocación y desarrollaba su actividad con mucha rigurosidad.
Pocas personas tenían el conocimiento de Argentina y del funcionamiento de sus instituciones como Baglini. Su sólida formación jurídica y sus conocimientos de economía, además de ser un trabajador incansable que nunca dejaba de recolectar datos para hacer más sólidas sus intervenciones, le permitían moverse con soltura en los temas más importantes de la agenda parlamentaria.
Pero sus cualidades se extendían también a otras cuestiones y poseía un gran sentido del humor. No sorprenden, entonces, los emocionados recuerdos y el sincero reconocimiento que le dedicaron todos sus correligionarios desde el momento en el que se enteraron de su fallecimiento.
