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Inflación alta, tasas bajas y la “trampa” de febrero: mes desafiante para el BCRA

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29 enero de 2021

El trimestre que va entre diciembre y febrero suele ser desafiante para el manejo de la política monetaria debido a los vaivenes estacionales de la demanda de dinero. En general, detalla un informe de SBS, la demanda de dinero escala en diciembre (5,3% mensual real para el M2 privado) y se mantiene alta en enero por cuestiones estacionales ligadas al pago del medio aguinaldo, el aumento del consumo durante las fiestas de fin de año y los mayores gastos en vacaciones.

No obstante, eso empieza a cambiar a partir de febrero. “Esa dinámica comienza a revertirse, creando un exceso de liquidez y planteando un desafío para la política monetaria”, detalla un trabajo de SBS, realizado por Adrián Yarde Buller y Juan Manuel Franco. La versión 2021 del desafío clásico del BCRA se monta sobre la megaemisión de pesos de 2020, a causa de la falta de financiamiento genuino del Tesoro.

La experiencia de 2016 ilustra bien ese desafío. A comienzos de ese año, el BCRA redujo su tasa de política monetaria (por entonces, la Lebac a 35 días) de 38% a un mínimo de 30,25% el 10 de febrero, ante la continua presión bajista que mostraban las tasas de las Lebac en el mercado secundario. “Probablemente, la entidad interpretó que el descenso de las tasas en el mercado secundario reflejaba una mejora de las expectativas de inflación, en vez de una baja estacional de la demanda de dinero”, señalan. Tras una depreciación del tipo de cambio de 22,5% entre diciembre y febrero, la entidad revisó su postura y llevó la tasa de política monetaria de nuevo hacia el 38% el 9 de marzo.

“El BCRA acertó al no recortar tasas en 2021, aunque la aceleración de la inflación hizo que las tasas pasivas cayeran medidas en términos reales, lo que junto con la baja estacional de la demanda de dinero en febrero podría causar un efecto similar al de 2016”, señaló SBS. Por eso, señalan, “creemos que el BCRA podría subir la tasa de referencia si los datos de inflación de enero muestran una nueva aceleración”.

Por ahora, no hubo novedades desde el BCRA. No es una decisión fácil: subir tasas es recesivo y en algunos meses más, hay elecciones. Pero más recesivo es el estrés cambiario, quedó demostrado. Desde el BCRA indican que esperarán a ver el dato de inflación de enero, a publicarse el 11 de febrero, para decidir qué hacer con las tasas. Se trataría, en cualquier caso, de un ajuste leve.

En el mercado parecería haber consenso en que algún ajuste debe haber. “Está buenísimo hablar de fortalecer el ahorro en pesos y de la importancia de desdolarizar la economía, pero si la inflación es de 4% mensual, la devaluación de 4% y la tasa de interés apenas supera el 3% va a ser muy difícil. Hay que dar vuelta estos porcentajes”, dijo Matías Rajnerman desde Ecolatina.

En un informe publicado el 22 de enero, GMA Capital advirtió que el 2021 no traería el “maná del cielo” del aumento fenomenal de la demanda de pesos, que estuvo presente en 2020.

"Por el contrario, sin motivos precautorios, la reactivación económica con menores restricciones a la movilidad estaría acompañada de un mayor velocidad de circulación (menor demanda de dinero). Y como la tasa de interés es 2 dígitos negativa versus la inflación esperada y aún no se ven anclas de expectativas sólidas (como un plan económico consistente o un acuerdo con el FMI), cuesta encontrar alguna mínima barrera de contención para que los pesos no migren masivamente hacia otros destinos. De hecho, en diciembre la inflación y el ritmo del crawling peg cambiario mostraron performances anualizadas de hasta 20 puntos superiores a las de las tasas nominales. Así, antes que el peso, el dólar oficial y los bienes fueron mejor negocio", sentenció.

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