Tras las presentaciones de Xi Jinping y Angela Merkel en el Foro de Davos, ayer llegó el turno del presidente de Rusia, Vladimir Putin. Esta fue la primera vez en 12 años que el mandatario participa en el foro. La última fue en 2009, cuando ostentaba el cargo de primer ministro, y como era de esperar, su aparición generó amplias repercusiones.
En su exposición, Putin dijo que la actual relación entre la Unión Europea y Rusia “no es normal” y por ello ambos deberían volver a trabajar en conjunto y tener proyectos con intereses mutuos. “No usemos problemas políticos internos, que heredamos de siglos pasados, para impedir avanzar hacia el futuro. Nosotros queremos conseguirlo, pero no puede ser un planteamiento unilateral”, insistió.
Pero la polémica del día se dio cuando Putin analizó la situación actual y la comparó con el período de entreguerras de la década de 1930. Según él, la creciente desigualdad social y económica despertó un peligroso auge de los movimientos populistas y extremistas, lo cual puede desembocar en conflictos a gran escala. “En el Siglo XX, no resolver esos problemas llevaron a dos guerras mundiales, espero que ahora no pase eso”, advirtió.
Pero, más allá de su llamativo análisis, el jefe de Estado ruso también destacó que la pandemia del Covid-19 ha acelerado los cambios estructurales en la economía. "La pandemia de coronavirus, que se convirtió en un serio desafío para toda la humanidad, solo estimuló, aceleró los cambios estructurales, las premisas de los cuales se habían formado hace bastante tiempo", explicó.
Por ello, según él, la cooperación internacional es más importante que nunca para garantizar la disponibilidad de las vacunas contra el coronavirus en todos los países, pero principalmente en los más pobres.
