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Las inversiones que pudieron ganarle al 2020 pandémico y los números de Argentina

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31 diciembre de 2020

La irrupción de la pandemia y la transición hacia una nueva normalidad (que aún no termina de llegar) fueron los hechos más significativos del año financiero. La performance de los activos durante 2020 no puede ni debe separarse del Covid-19.

Tampoco puede seprararse de la contundente respuesta de los policy-makers de los países centrales. Por ejemplo, los 4 bancos centrales más importantes del mundo (Fed, BCE, BOJ y BOE) expandieron en US$ 7,9 billones (+52%) sus hojas de balance para abastecer de dinero al sistema financiero en tiempos de pandemia. La políticas fiscal, a la vez, fue ultraexpansiva en todo el mundo. Eso permitió que, luego del piso de marzo, los mercados salieran a flote.

En este escenario, GMA Capital sostuvo que los metales preciosos, las acciones tecnológicas y las commodities fueron los activos estrella en el año más atípico de la historia reciente.  Y aseguró que, del otro lado, “Argentina encabezó los rankings en los que nadie quiere estar: el peso (al tipo de cambio CCL) fue la peor moneda del mundo, con una desvalorización de 47% mientras que el S&P Merval perdió 35% en moneda dura”.

Lo mejor del año

Dentro de las inversiones tradicionales, la plata, con un  avance de 47%, fue el instrumento más dinámico de 2020. El oro también registró un contundente avance de 24%, el más alto en una década. Lejos del terreno clásico, las criptomonedas tuvieron un año para el recuerdo, con el Bitcoin, que merodeo los US$ 29.000, escalando 270% y Ethereum multiplicándose más de cinco veces.

El boom detrás de los metales preciosos e instrumentos alternativos está asociado a la expansión de la liquidez global y la expectativa de un rebrote inflacionario, explicó GMA. Por caso, los bonos estadounidenses TIPS (que ajustan por inflación) a 10 años tienen un rendimiento negativo de 1% anual, algo que ni siquiera se vio en durante la crisis subprime.

El shock de la pandemia y el cambio en los hábitos de consumo fueron los catalizadores de las acciones “tech”. Dentro del índice Nasdaq 100, que engloba la centena de papeles tecnológicos más relevante del mercado, los más descollante fueron Tesla (+690%), Moderna (+491%), Peloton Interactive (+423%) y Zoom (+417%). Salvo por Tesla, las acciones más ganadoras estuvieron ligadas a actividades beneficiadas por la pandemia, como fue el caso del e-commerce, con Mercado Libre (+190%). El unicornio argentino por excelencia terminará 2020 con un “market cap” (valuación de mercado) arriba de US$ 85.000 millones.

Los índices más tradicionales de Wall Street capturaron en menor medida el impulso del equity. El S&P 500 cierra 2020 con una ganancia de 16% impulsado por gigantes como Apple (+85%), Microsoft (+42%), Amazon (+80%), Facebook (+36%) y Alphabet (+31%).

Por su parte, el Dow Jones Index termina con un leve crecimiento de 6% por la impronta más industrial y ligada al consumo (segmentos más golpeados por la pandemia) de los papeles que lo componen.

La soja (+38%) y otros commodities agrícolas tuvieron su revancha en 2020. Tras un primer trimestre flojo (el precio llegó a estar -14%), la mejora de las expectativas globales, la recuperación en “V” de China (principal demandante) y el aumento de la probabilidad de sequía por “La Niña” provocaron que la tonelada de la oleaginosa superara los US$ 476, el mayor valor en 6 años. Una noticia muy valorada en Casa Rosada y alrededores.

El equity del Gigante Asiático fue otro de los activos que se metió en el pelotón de los que lograron subas de más de 20% durante este año. Traccionado por este fenómeno, el boom de commodities y el regreso del apetito por el riesgo, los activos emergentes comenzaron a capturar derrame y ganar en flujos.

Activos argentinos, entre lo peor

Por su parte, terminado el 2020, el mercado de capitales argentino dejó mucho que desear, sostuvo GMA: “El desempeño no solo fue el peor de todo Latinoamérica, sino del mundo”.

Bajo la medición del dólar Contado Con Liquidación, que ayer cerró apenas encima de $140, las acciones se derrumbaron 35%. Sumado a esto, frente a la misma pandemia que el resto de los países, la depreciación de la moneda local fue la más elevada (salvo Venezuela).

El CCL se disparó 89%, es decir, que el peso perdió 47% de su valor en dólares.

La crisis mundial encontró a Argentina mal posicionada y con las defensas por el piso. Entre los principales desafíos a enfrentar se destacaron no solo la aclamada reestructuración de la deuda, sino también la necesidad de afrontar un gasto de emergencia sin acceso al mercado de deuda internacional ni ahorro previo en un contexto de máxima desconfianza.

Esto explica la magnitud de la emisión monetaria, que alcanzó los $2 billones y trepó a un máximo de 8% del PIB. El financiamiento del BCRA al Tesoro dejó secuelas monetarias (los agregados monetarios avanzan más de 33% anual en términos reales) y cambiarias (brecha cambiaria de 70%, que supo ser más alta en octubre y expectativas de devaluación).

De todas formas, una ayuda para morigerar la inyección de liquidez fue la “normalización de la curva de pesos”, que permitió el endeudamiento del sector público gracias al financiamiento privado.

Luego del reperfilamiento de los pagos del año anterior, el mercado de deuda local había quedado muy golpeado. Por este motivo, su reconstrucción paulatina fue clave para obtener un financiamiento extra que alcanzó los $386.730 millones durante el año. “Los vehículos ligados a la normalización de la curva pesos fueron los ganadores del año. Sin riesgo de crédito, la compresión de tasas desde niveles siderales superiores al 150% hasta la zona de un dígito generó revaluaciones de hasta 21% en dólares CCL en la curva CER”, explicó GMA en su informe, realizado por Nery Persichini y Sofía Feldman.

No pasó lo mismo con los bonos en dólares. “La renta fija en dólares no cumplió con lo esperado tras el canje de deuda. Los Globales cierran el año con una pérdida de un cuarto de su valor respecto de hace un año, mientras que los Bonares cedieron más de 10%”, dicen desde GMA.

Cómo posicionarse para el 2021

Tras haber sobrellevado el año más complejo de la historia reciente, 2021 no necesariamente será más sencillo porque “existen innumerables desafíos internacionales y locales”, estimó GMA.

En este contexto, GMA presenta dos carteras con activos recomendados para invertir, “que reflejan estructuras de asignación de activos para un inversor con perfil conservador y para otro sujeto con una postura más moderada frente al riesgo”.

El portfolio conservador incluye una exposición en dólares del 85% y en pesos del 15%, con 60% de activos en el mundo y 40% de Argentina. La cartera incluye bonos corporativos (25%), activos latinoamericanos en US$ (25%), Cedears con beta alto (10%), Cedears con beta bajo (25%) y bonos CER (15%).

Por su parte, el portfolio moderado incluye una exposición en dólares del 70% y en pesos del 30%, con 30% de activos en el mundo y 70% de Argentina. La cartera incluye  Cedears con beta bajo (10%), Cedears con beta alto (20%), bonos CER (20%), activos dolar-linked (10%), acciones argentinas (10%) y Globales argentinos (20%).

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