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El PIB per cápita retrocede hasta niveles de mediados de los '70

PIB-de-Argentina
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17 diciembre de 2020

Tal como lo habían anticipado los análisis privados, durante el tercer trimestre del año, en línea con la flexibilización de los controles a la movilidad y la reapertura progresiva de gran parte de los sectores productivos, la economía del país mostró un rebote significativo en comparación con la variación registrada durante el trimestre anterior, cuando se verificó un desplome de 19,1% interanual en medio la cuarentena estricta.

Así lo confirmó ayer el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), que precisó que entre julio y septiembre el Producto Interno Bruto (PIB) presentó una recuperación de 12,8% en relación al trimestre anterior en la medición desestacionalizada. No obstante, la variación tendencia-ciclo respecto al trimestre anterior siguió siendo negativa en 2,7%.

Asimismo, a pesar del rebote intertrimestral, el PIB registró una caída de 10,2% en comparación con el mismo trimestre del año pasado. De esta manera, durante los primeros tres trimestre del año la economía del país acumuló una contracción de 11,8%, según el informe del organismo oficial de estadística.

Según detalló el Indec, de los 16 sectores que conforman el PIB, en 14 de ellos durante el tercer trimestre se observó una caída de su actividad respecto al mismo período del año pasado. En la apertura por el lado de la demanda, se observaron también bajas en todos los componentes en la comparación interanual. En relación al segundo trimestre del año, entre julio y septiembre todos los componentes mostraron un rebote, excepto las exportaciones.

“El dato está dentro de lo esperado, en línea con lo adelantado por el EMAE. Corrige un poco, pero nada que cambie fundamentalmente. Es el trimestre de la reapertura después del ASPO duro y muestra la recuperación desde el décimo subsuelo. Una suba muy fuerte que se dio con la vuelta a la producción de muchos sectores y que al final del período ya no se sostuvo, se desaceleró, como también era esperable”, señaló Gabriel Caamaño, director de la Consultora Ledesma, en diálogo con El Economista.

El especialista agrega que, para ser exactos, la suba fuerte ya había empezado entre mayo y junio, pero en el PIB trimestral recién se refleja en el tercer trimestre. “Lo más preocupante de la variación del tercer trimestre es lo de las exportaciones, que ya lo sabíamos de antemano, que caen en la serie con ajuste estacional. No despegan. Esto es producto de la brecha cambiaria y de las restricciones que rigen actualmente”, destacó.

La consultora LCG indicó en un informe que “la recuperación del tercer trimestre no alcanzó para retornar a los niveles prepandemia, y la actividad cerró 5,3% por debajo del primer trimestre del año (impactado también por el mal desempeño de marzo)”. En ese sentido, señaló que la actividad, que ya venía muy afectada tras dos años consecutivos de caída, se encuentra actualmente en niveles de 2009 y con un PIB per cápita que rondaría niveles de mediados de los años '70 para fin de año.

El PIB, hacia adelante

Para el cuarto trimestre del año, Caamaño estima que la recuperación respecto al tercer trimestre continuará desacelerándose y que el ritmo de la caída interanual seguirá reduciéndose, que espera que sea de un dígito. “Por dos razones: continúa recuperándose contra el trimestre anterior y el punto de comparación es menos exigente. El último trimestre del año pasado fue malo”, explicó, y señaló que probablemente 2020 termine con una caída del 11% si no hay correcciones en la serie pasada.

Por su parte, LCG coincide en que espera que el PIB de este año se contraiga alrededor del 11%. No obstante, si bien la contracción más fuerte ya pasó, la consultora no prevé una marcada reactivación en los últimos meses del año, con “un mercado interno aún deprimido y aceleración inflacionaria que podría seguir afectando el poder adquisitivo en un contexto de salarios reales en baja”.

Hacia 2021, LCG proyecta un rebote del PIB superior al 4%, aunque impulsado principalmente por bajas bases de comparación y una actividad operando en niveles mínimos. “Será importante la evolución de los precios, considerando la inercia inflacionaria actual, para consolidar la recuperación del consumo privado”, destacó. “Por el lado de las exportaciones, no esperamos una fuerte tracción, aunque la recuperación de China y un viento a favor en los precios de commodities podrían tener alguna incidencia positiva”, agregó.

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