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Un día insípido, con todos consternados por Maradona

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Luis Varela 26 noviembre de 2020

Por Luis Varela

En días normales de negocios las conversaciones entre operadores, consultores y periodistas repite más o menos el mismo rito. ¿Qué está pasando? ¿Qué tenés? ¿Qué estás viendo? Ayer, hasta antes del mediodía, la gran novedad de la mañana era la cantidad de gente que empezaba a sacar los débitos automáticos de las tarjetas, para no pagar el impuesto de Larreta que viene. Pero pasadas las 13 todo cambió: se conoció el fallecimiento de Diego Maradona, ídolo del futbol mundial, y a partir de allí todas las conversaciones se congelaron en la vida del "10".

Sea como fuere, como si los negocios del mundo hubieran entrado en los tres días de duelo que tendrá Argentina, los mercados de ayer tuvieron un día insípido, con pocos negocios, con escaso movimiento de cotizaciones y que muy bien podría terminarse la crónica en este punto. Aunque, por supuesto, aparecieron algunos detalles que pueden ser útiles para intentar adivinar qué es lo que puede llegar a suceder de aquí en más, después de que el adiós a Diego sea asimilado, después de que Joe Biden empiece a gobernar con su gabinete moderado y después de que la vacuna contra el Covid empiece a ser aplicada.

La sintonía de ayer, en todas partes, siguió mostrando señales de selectividad, detención y rotación. Se sigue venciendo lo que subió mucho, se sigue comprando lo que bajó demasiado. Se estudia de manera mucho más cuidadosa cuáles son las empresas que podrán seguir con vida, y cuáles serán los papeles que se seguirán pagando sin problemas. Y lo que empezamos a ver aquí, allá y en todas partes es el combate entre toros y osos, es decir entre inversores eufóricos que creen que la suba va a seguir e inversores cautelosos que plantean que la suba ya fue excesiva, y que tendremos por delante una inevitable toma de ganancias.

Y obviamente, tal como sucede desde hace medio siglo, los ejes cartesianos de los negocios se siguieron moviendo con dos variables principales: el dólar y el petróleo. El billete verde sigue descomprimiendo, bajando de las alturas. Y el petróleo sigue recuperando, saliendo del pozo en el que cayó durante la eterna cuarentena del Covid.

Los inversores globales, avisados de la enorme pérdida de empleos en EE.UU., del nuevo Gobierno y de la gran pérdida de confianza entre los inversores. Según datos oficiales, el índice de confianza del consumidor norteamericano, que estaba en 132,6 puntos en febrero pasado, había bajado a 101,4 puntos en noviembre y ayer se conoció que está en 96,1 puntos en noviembre. Y, detrás de eso, el desensille del dólar se sigue concretando, con bajas del billete verde contra las principales monedas del mundo.

Ayer, en el exterior, el dólar no cambió contra el yen, pero bajó 0,2% contra la libra, 0,3% contra el euro y el mexicano, 1,1% en Brasil y 1,2% en Chile. Y por si alguien duda de este proceso debe decirse que el dólar cotizaba en Japón a 118 yenes y ayer tuvo problemas para defender el valor de 104. En Europa bajó de 0,94 a 0,84 euros. Contra la libra descendió de 0,86 a 0,74. En Chile achicó de 863 a 764 chilenos. En Brasil viajó de 5,73 a 5,31 reales. Y en México se derritió de 25 a menos de 20 mexicanos. Obviamente, todas estas bajas ocurrieron a lo largo de varias semanas, pero marcan una clara tendencia, que los especialistas ven profundizarse para los meses que vienen.

Obviamente, esta baja internacional del dólar genera una gran tranquilidad en Argentina. El país está con una inflación mensual del 4%, con una expectativa de más del 55% anual para 2021, y las tasas de interés son negativas en términos reales (38% para las Leliq y 37% para los plazos fijos), por lo que los inversores hasta ahora solo se encaminaron hacia la compra de dólares, pero con esta declinación global empiezan a pensar que quizás la compra de papeles atados al CER, o la adquisición de titulos atados al tipo de cambio (dollar-linked) quizás sean más provechosos que la compra directa de billetes verdes.

Lo cierto es que ayer, con esa baja global del dólar, volvieron a subir los dólares oficiales, pero estuvieron hacia abajo los tres dólares libres. El dólar turista subió 10 centavos hasta $142,21, el oficial subió 6 centavos hasta $86,19, el blue bajó $2 hasta $158, el mayorista subió 9 centavos hasta $80,79, con repunte de US$ 14 millones en las reservas del Banco Central, que ahora tiene US$ 38.746 millones. El dólar MEP bajó $1,20 hasta $146,68 y el contado con liquidación bajó 51 centavos hasta $150,52. Por lo que la brecha entre el oficial y el blue bajó al 83% y la del CCL con el mayorista cayó al 86%.

Y claro, como el dólar bajo afuera, y debido a que el peso argentino se encuentra ahora entre las monedas más débiles del mundo ayer, medidas en pesos, otras monedas subieron fuerte: la libra subió 40 centavos hasta 108,15, el euro subió 36 centavos hasta 96,30 y el real subió 17 centavos hasta 15,18.

La baja global del dólar y la cercanía de la asunción de Biden y la llegada inminente de las vacunas siguieron revolucionando el panel de los commodities. Hubo un nuevo aumento de casi 2% para el petróleo, con la variante Brent acercándose a los US$ 50 por barril, algo que no se veía desde principios de este año. Pero atención: la baja del dólar esta vez no provocó suba destacada en el resto de las materias primas. Hubo precios mixtos en metales preciosos, en metales básicos, en granos, e incluso en criptomonedas, que mostraron algunas bajas, insistimos, con toros que se ilusionan con una continuidad en las subas y con osos que empiezan a desensillar.

Y el panorama mixto también se dio en las bolsas. Hubo subas y bajas en la Bolsa de Nueva York, con gran rotación de papeles. Y hubo una leve suba en la Bolsa de San Pablo y una baja consistente en la de México, lo cual demuestra que estamos en un momento crítico de los mercados, en el que las vacunas puede marcar el inicio de una etapa completamente nueva para las inversiones: una nueva normalidad.

Y para los papeles argentinos fue más de lo mismo. Los bonos se movieron bastante poco, con pocos negocios, y el riesgo país subió 11 unidades hasta 1.380 puntos, con la gente del Fondo y de Moody's avisando que si Argentina no resuelve el tema del cepo y de la brecha cambiaria, pronto, no habrá ninguna posibilidad de entrar en un merado más normal.

Y con la Bolsa porteña ocurrió lo mismo: fue un empate. El volumen operado se achicó respecto de la víspera (con $1.354 millones en acciones y $2.041 millones en Cedears), con lo que la Bolsa de Buenos Aires cerró sin cambios. Con los ADR argentinos que cotizan en Nueva York marcando la misma música, la mitad tuvo subas de hasta el 3% y la otra mitad tuvo bajas de hasta el 3%. Con los inversores enfocados en los juicios que se preparan contra YPF y contra las provincias que están en default.

En fin, los números fueron tan insípidos, que hacia el final de la tarde, en vez de mirar las pantallas, con curvas que en general van y vienen, los operadores se la pasaron viendo los canales de televisión, donde se repetían las maravillas que hizo Diego en sus años de gloria, y las tristezas que atravesó en los últimos tiempos. Un tiempo de gran esplendor y otro tiempo de gran decadencia, algo muy parecido a lo que le está tocando vivir a Argentina toda.

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