Estados Unidos superó los 12 millones de casos de coronavirus el sábado, según datos de la Universidad Johns Hopkins, la segunda vez que el país registró más de 1 millón de casos nuevos en menos de una semana.
El hito sombrío se produce cuando EE.UU. se prepara para la festividad de Acción de Gracias , cuando millones de personas, a pesar de las advertencias, planean viajar y reunirse con familiares y amigos.
El aumento aterrador de Covid-19 postelectoral provoca que todo se sienta extraño, diferente e inestable nuevamente.
Los supermercados anunciaron que limitarán las cantidades de compra (nuevamente), y los estadounidenses tienen la sensación de que su red de seguridad se está desmoronando. No solo las cosas no vuelven a la normalidad, es posible que no vuelvan a la normalidad durante mucho tiempo.
Las personas y las instituciones responsables de la orientación y liderazgo, como los funcionarios electos y las autoridades médicas, parecen tan desconcertadas por la pandemia como la sociedad. Emiten nuevas reglas de día en día ( el cierre de las escuelas, la restricción de las compras, la emisión de los toques de queda), sin embargo las infecciones y la sensación de impotencia, aumentan.
Empresas como Pfizer y Moderna parecen los héroes del día, aunque sus vacunas no pueden llegar lo suficientemente pronto como para disipar los peores temores.
Mientras tanto, los comerciantes que forman los pilares de las comunidades están sufriendo con creciente intensidad los nuevos bloqueos y la incertidumbre ante el recorte de los estímulos.
Económicamente, la nación se dirige hacia un territorio inexplorado, con la incertidumbre relacionada con Covid que borra todos los intentos de pronóstico.
Si bien a muchos estadounidenses les va bien financieramente, es difícil no pensar que las finanzas personales de muchas personas pueden estar a punto de caer por un precipicio, y la promesa de ayuda federal parece cuestionable.
Políticamente, el enfrentamiento entre el presidente Donald Trump y la nueva administración elegida por voto popular, está dejando un vacío.
Por otro lado, los médicos dicen que la soledad inducida por la pandemia acortará la esperanza de vida.
A nivel cultural, las artes, los conciertos, las películas y la producción literaria de los que dependemos para mejorar nuestras vidas se ven empañados o deprimidos por las restricciones pandémicas y de esta forma, profundiza la sensación de una incertidumbre que se propaga con la fuerza de un virus.
