La compañía chilena SimpliRoute desembarcó en Argentina para ofrecer un software de logística para empresas y pymes que quieran distribuir sus productos, principalmente a través de e-commerce.
A través de un sistema de machine learning e inteligencia artificial, la plataforma le permite a las empresas crear rutas óptimas, hacer seguimiento en tiempo real de la mercadería, dar visibilidad a sus clientes sobre los tiempos de llegada, y acceder a estadísticas.
Según la empresa, la “capacidad de eficiencia (de la plataforma) se demuestra en ahorros de hasta 80% de tiempo al momento de planificar una ruta, de un 30% de costos logísticos e incluso de un 10% del total de vehículos utilizados”.
En diálogo con El Economista, Alvaro Echeverría, su CEO, contó sobre la flamante operatoria en el país.
¿Ustedes ofrecen sólo una solución logística o también el transporte?
Nos dedicamos a la inteligencia artificial con algoritmos orientada a la logística. El transporte está a cargo de partners o de nuestros clientes, que tienen a veces sus propios vehículos.
¿Por qué eligieron Argentina?
Porque con la cuarentena está creciendo todo lo que es comercio online; la pandemia hizo que el e-commerce tuviera un crecimiento explosivo. Por ejemplo, tenemos dos casos de pymes que por la cuarentena se vieron forzadas a digitalizarse: de repente tuvieron que empezar a repartir productos por la ciudad y no sabían de logística. Hay una tendencia similar generalizada en Latinoamérica, ya que la región no estaba tan digitalizada y la pandemia forzó a hacerlo.
¿En qué países tienen presencia?
Operamos en más de 25 países, con presencia física en seis y más de 400 compañías como clientes, entre ellas Walmart, y a través de nuestros partners tenemos presencia en Brasil y Centroamérica. Estamos expansivos y, de hecho, en mayo tuvimos una ronda de inversión por US$ 3 millones.
¿Cuáles son sus perspectivas en Argentina?
El sector de logística es anticíclico, es decir que aunque haya crisis económicas igual se siguen transportando productos a los supermercados, casas particulares y clientes de e-commerce. La ciudad tiene que seguir moviéndose, obviamente a ritmos diferentes por la pandemia, pero todo debe seguir funcionando. Como es un buen momento para la logística en general, vemos con bastante buenos ojos a Argentina.