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Wall Street tomó ganancias y creen que bajará más

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Luis Varela 04 septiembre de 2020

Por Luis Varela

A dos meses exactos de la elección presidencial de Estados Unidos, un día después de que el actual mandatario de ese país, Donald Trump, fustigara al mercado preguntándole si con Hiden (ocultador), cambiando el apellido de su adversario demócrata Joe Biden les iría tan bien, la Bolsa de Nueva York sufrió un palazo de proporciones.

Tras subas interminables, todos sus índices fueron para abajo. El Dow Jones de papeles industriales sufrió menos (bajó 2,8%), pero el S&P 500 cayó 3,5% y el Nasdaq, donde se nuclean los papeles tecnológicos, sufrió un desplome del 5%, con algunos papeles significativos, como Zoom o Tesla desbarrancándose casi 10%.

Esta toma de ganancias en la Bolsa neoyorquina no sorprendió a nadie. Desde hace casi tres semanas que los expertos vienen insistiendo que "ni los árboles llegan al cielo ni las raíces bajan hasta el infierno". Hace casi tres semanas Warren Buffet, bautizado como el oráculo de Omaha, ya decía que no tocaba los papeles ni con un palo. El titular de Alibaba, el chino Jack Ma vendió sus propias acciones. Y hasta Elon Musk, dueño de Tesla, comenzó a diversificar sus propias tenencias.

Sin embargo, los pequeños inversores, esperanzados por la llegada de las vacunas contra el Covid y especulando con el fin de la recesión, siguieron montados en la compra de acciones, impulsados además por la tasa cero en otro tipo de colocaciones, con una Reserva Federal que vino emitiendo dólares sin parar para que el mercado financiero no sufriera una crisis.

A partir de ahora los analistas ven seguir otra película. Afirman que las tecnológicas pudieron lograr buenos balances gracias a la oportunidad que significó el Covid, algo que desaparecerá con las vacunas. Y, a pesar de la caída de ayer, el Nasdaq todavía sube nada menos que 27% en lo que va de este año y los expertos plantean que todavía hay recorrido bajista por delante, con repercusiones desconocidas en el resto de los valores.

El S&P 500 reúne a un cúmulo de empresas de todos los sectores, pero está compuesto en un 25% por las tecnológicas. Y el resto de ese índice está integrado, entre otras empresas por las energéticas y las financieras, que fueron muy afectados por el Covid. Por eso, en los centros de inversión de Manhattan creen que esto de ayer fue el comienzo de un ajuste, que puede extenderse a otro 10% o 15% más, dependiendo de muchos factores.

Ayer Estados Unidos tuvo un dato positivo en cuanto a nivel de empleo. Todos esperaban que se pidieran 950.000 seguros por desempleo y el número fue de sólo 833.000, lo cual fue un alivio. Pero se conocieron datos oficiales en los que se proyecta n déficit de US$ 3,3 billones para 2020, el más alto desde 1945. O sea, la economía norteamericana tiene hoy números públicos muy malos y mucho desempleo.

Esto se está dando a pesar del puro inflador de la Fed, que puso la tasa en 0%, y que pareciera que se quedará ahí por un tiempo, con o sin inflación. Y a ocho semanas de la elección en la que jugará su reelección, Trump está empujando, afirmando incluso que en noviembre estarán repartiendo la vacuna salvadora, que se terminará el virus y que empezará la reactivación.

Pero todo el mundo lo sabe: el mundo se paró en marzo, la nueva realidad económica es completamente diferentes, las ciudades se transforman. Y gane quien gane, el titular de la Casa Blanca va a tener que tomar medidas obligadas después de noviembre, de corte fiscal o de suba de impuestos, algo que seguramente afectará a las empresas y que justifica este principio de toma de ganancias.

Más allá de esta baja, que es una toma de ganancias insignificante respecto de las subas que hubo hasta ahora, lo que más sorprendió es que no tuvo un impacto inmediato en otros mercados como ocurría en los últimos tiempos. Veremos qué pasa hoy, pero ayer las bolsas europeas cerraron bastante tranquilas, y las Bolsas de Brasil y México tuvieron bajas, al tiempo que la Bolsa argentina siguió secándose, con el menor volumen en dos meses, pero los precios aguantaron bastante bien.

Es cierto que el mercado argentino está en parking, con la administración del canje de deuda NY en pleno proceso (y con uno de los asesores de Martín Guzmán afirmando en exclusiva para El Economista que están revisando de qué modo repartirán el 6% de bonos que entrarán por haberse cumplido las CAC) y con un gran éxito en el arranque del canje de bonos ley Argentina, algo que se extenderá durante otras ocho ruedas todavía.

Ese parking volvió a anestesiar al mercado cambiario. Los dólares financieros libres bajaron, con muy poco volumen, el blue subió apenas, y los dólares oficiales o estuvieron quietos o mostraron un crawling peg con menor ritmo, con el mercado inundado de rumores acerca de un posible desdoblamiento cambiario, aunque el Presidente naturalmente niegue todo por ahora, afirmando que la venta de los US$ 200 ahorro sigue.

Pero ayer el Banco Central volvió a perder reservas. No fueron mucho: el goteo fue de US$ 28 millones. Pero se concretó con un cúmulo de cuentas bloqueadas por sospecha de ser coleros virtuales. Y con 1,2 millones de argentinos que ya compraron casi US$ 250 millones en apenas tres días de septiembre.

Con esa movida, los dólares estuvieron muy tranquilos. En el exterior, luego de los swap quitados por la Fed a los principales bancos centrales, el dólar se sostuvo un poco más. Afuera el dólar subió 0,6% contra la libra y el chileno, mejoró 0,1% contra el euro, no cambió contra el yen, y bajó 0,4% contra el mexicano y cedió 0,9% contra el real.

Y en el mercado local, con las tasas clavadas en Leliq a 38% anual (45% ef.) y plazos fijos en 33% (38%e), el dólar turista no cambió y cerró a $102,22.El dólar oficial no cambió y cerró a $78,63, el blue subió $1 hasta $134 y el mayorista subió 6 centavos hasta $74,38. El BCRA perdió otros US$ 28 millones en las reservas y se quedó con US$ 42.613 millones. El dólar MEP bajó 61 centavos hasta $119,11 y el contado con liquidación se desplomó $5,70 hasta $123,81. La brecha entre el dólar oficial y el blue fue del 70,4% y la del CCL y el mayorista fue del 66,5%. Y medidos en pesos, el real subió 13 centavos hasta 14,05, el euro bajó 1 centavo hasta 88,10 y la libra cayó 56 centavos hasta 98,69.

La expectativa de los operadores locales sigue estando puesta en el lunes, día en el que debutarán oficialmente los nuevos bonos, surgidos del canje de deuda NY. Pero ayer, el mercado gris, que se terminará de computar con la apertura de la semana entrante, la tasa a vencimiento de esas operaciones cedieron del 13% al 11% anual, un número todavía muy alto, y alejado de las TIR de países similares. Pero los bonos viejos ganaron precio, aunque el riesgo país sigue en las alturas: 2.163 puntos.

El grueso de los operadores del mercado local estima que los nuevos bonos argentinos tendrán un debut en la zona del 11% y que irán rápidamente al 10%, por la gran cantidad de inversores sin renta que hay en el mundo. De hecho, los bonos de Ecuador tienen hoy, después de su canje, una TIR del 10% y la agencia Fitch le acaba de subir su calificación crediticia de a "B-".

¿Puede pasar eso con Argentina? Desde la agencia Moody's afirman que en su escala Argentina está hoy en el escalón 20 de 21. Y que pese al canje y sea cual fuere la tasa de los nuevos bonos, este año Argentina va a seguir con la misma calificación, ya que entienden que el paso principal que tiene Argentina por delante es ver cómo negocian la deuda con el FMI.

Mientras las bolsas del exterior tuvieron esa baja, a la Bolsa de Buenos Aires no le fue mal en precios ya que el Merval cedió apenas 0,2%, con un volumen paupérrimo de $551 millones. Y en medio de un Wall Street que resbalaba, los ADR argentinos estuvieron mixtos, con buen día para Macro, TGS y Francés, y otro bajó para Bunge, Edenor y Ternium.

Pero la baja de Wall Street planchó a las commodities y a otros valores. Cedió apenas el petróleo, los metales preciosos estuvieron débiles, los metales básicos también bajaron y, en algo bueno para Argentina, los granos se sostuvieron, con la Unión Europea manifestando que tiene escasez de materias primas. Y el sablazo más grande del día, incluso superior a lo ocurrido en Wall Street, se observó en las criptomonedas, donde hubo caídas de hasta el 10%.

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