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Volvió la Copa y el balance de los equipos argentinos fue más que positivo

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18 septiembre de 2020

Por Nicolás Piñon

El fútbol argentino sigue en lo alto. La pandemia no pasó, sigue en cada rincón del continente sudamericano. Pero a contraprueba de lo que los pronósticos indicarían por el largo parate de nuestros equipos en competencias oficiales, lo ofrecido ayer por los argentinos en la Copa Libertadores es otra muestra más de que su valor está intacto. River, Boca, Racing, Defensa y Justicia y Tigre tuvieron un regreso a la competencia oficial tras medio año y el balance general es más que positivo.

En una jornada en la que no se disputó ningún cotejo definitivo del torneo, que recién dio reinicio nuevamente a la etapa de grupos, la lupa estaba puesta en analizar el andar de los equipos argentinos. Es que, a diferencia de sus pares sudamericanos, nuestros teams fueron los que más demoraron el regreso a los entrenamientos y, ni hablar, a competir oficialmente. Ergo, el pesimismo reinaba al predecir sus duelos coperos ante rivales mucho más preparados y con ritmo de juego. Por eso la noticia resalta más.

Empezando por el último subcampeón del torneo continental, lo de River fue casi la perfección. Se enfrentaba nada menos que al San Pablo brasileño en el mítico Morumbí y no sólo dio la talla, sino que no se llevó el oro y el moro por un gol en contra a minutos del final. Así de cerca estuvo su primer aventura en este fútbol pandémico. Claro,enfrentaba al rival más temido del grupo, con quien compartía la segunda posición y en su tierra. Sin embargo, Marcelo Gallardo sigue demostrando porqué es de los mejores directores técnicos del mundo: le jugó de igual a igual al gigante carioca, aprovechando la cuota goleadora de Rafa Santos Borré, en la cresta de la ola como el dólar blue, y así salió más que fortalecido de una parada que asomaba más que brava a priori.

El útlimo campeón del fútbol argentino, por su parte, tampoco se anduvo con chiquitas. Envuelto en polémicas y amenazas por viajar a Asunción con jugadores contagiados de Covid-19, Boca salió a jugar contra Libertad sin Miguel Angel Russo en el banco de suplentes y con la misma elipsis de actividad futbolera que sus pares argentos. Nada que detuviera a Eduardo Salvio, figura xeneize y autor de sendos goles del 2-0 que coloca a Boca como legítimo puntero de su grupo. Más allá del contundente resultado, lo mostrado por el equipo de Russo (o de su ayudante Leandro Somoza, para el caso) puede tranquilizar porque jugó sin la gran figura con la que levantó la última Superliga, el colombiano Sebastián Villa, y casi no tuvo sobresaltos en tierra guaraní. La fortaleza mental del equipo de Russo quedó bien manifiesta, teniendo en cuenta las amenazas del rival de pedir los puntos del partido por la nómina de jugadores xeneizes con presuntos positivos de Covid-19 en la delegación.

Por su parte, lo de Racing y Defensa y Justicia, con dispar suerte, quedará en la historia del fútbol argentino por haber completado oficialmente la vuelta oficial del fútbol en el territorio estrictamente nacional. Porque tanto la Acadé como el Halcón de Varela hicieron de locales en sus estadios. Siguiendo los estrictos protocolos que mandó a cumplir la Conmebol, el cual por ejemplo obliga a los periodistas que antes estaban en el campo de juego a situarse en las plateas, la pelota volvió a rodar en el sur de la provincia de Buenos Aires tras seis meses. Racing, por su lado y sin merecerlo, perdió con Nacional de Uruguay. Por la mínima, 0-1 y con error grosero incluido, aunque con la certeza de que sumando rodaje tiene con qué salir adelante.

Y más al sur todavía, en Florencio Varela, finalmente se volvió a gritar un gol en una cancha argentina. Ahí sí. Porque el equipo de Jorge Hernán Crespo se puso el overol y consiguió su histórico primer triunfo en la Copa Libertadores. Un 3-0 para hundir al Delfín ecuatoriano y mantener vivas las esperanzas de pasar de fase.

Dispar suerte corrió Tigre, el único privilegiado de la B Nacional que juega la Libertadores y que sufrió una dura vuelta a la realidad con un 4-1 adverso en Paraguay contra Guaraní.

Mezcladito y con mas seguridades que reveses, la vuelta de los equipos argentinos a la Copa Libertadores tras seis meses, con protocolos por doquier, sin dudas que no será un día más en la historia de nuestro fútbol. Será otra ocasión para revalidar de que no hay virus que detenga al talento criollo.

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