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MMT y el fracaso de Argentina

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08 septiembre de 2020

Por Tomás Piqueras Fontaneda  Economista

MADRID- Hay economistas a los que el milagro de los panes les parece algo imposible de creer y, sin embargo, el milagro de los billetes y las monedas les parece de lo más verosímil. Nos referimos aquí a los economistas que se engloban en el marco de la Teoría Monetaria Moderna o MMT por sus siglas en inglés. Este marco analítico sobre el funcionamiento monetario ha ganado su popularidad entre los economistas, no porque los académicos hayan respaldado su viabilidad, sino porque políticos como el senador estadounidense Bernie Sanders han visto en ella la varita mágica que permite alcanzar un gasto público cuasi-ilimitado. Nada de moderno tiene esto. John M. Keynes ya se hizo la estrella en la materia poniendo al Estado no como el problema que verdaderamente es, sino como la solución que nunca fue.

¿Cuáles son entonces los supuestos que mantiene la MMT? Para este grupo de teóricos un Estado que goce de soberanía monetaria, es decir, que tenga plena capacidad para imprimir dinero, dispondrá siempre de la posibilidad de adquirir todos aquellos bienes y servicios que se dispongan en la economía en moneda local. Igualmente, si se goza de soberanía monetaria un Estado siempre podría pagar aquellas deudas cotizadas en moneda local y de esta manera nunca verse avocado al default. La lógica detrás de todo esto parece bastante simple: si una vivienda se vende en pesos argentinos y el Estado dispone de la capacidad para crear estos pesos, podrá sin problema aparente comprar dicha vivienda.

Empecemos a plantearnos ahora cuestiones aparentemente simples. ¿Qué es lo que hace que un bien cotice en cierta divisa dentro de una economía? Para la MMT es la obligación fiscal de ciudadanos y empresas lo que hace que una moneda sea utilizada por sus agentes económicos, es decir, si al final de año una familia tuviera que hacer frente al pago de $1.000 en forma de impuestos, cabe esperar que la familia utilice estos pesos durante el resto del año en sus transacciones para poder cumplir con su obligación fiscal. Los autores de esta escuela han utilizado la expresión “los impuestos mueven el dinero” (“taxes drive money”, en inglés). Todo esto se produciría además sin la necesidad de generar inflación pues, según autores como Randall Wray o Warren Mosler (ambos máximos representantes de la MMT), en caso de que aparezcan tensiones inflacionarias el Gobierno lo único que tendrá que hacer será elevar su presión tributaria con el objetivo de retirar moneda fiat de la economía.

Si todo lo contado hasta ahora tuviera razón entonces el desempleo o los defaults de deuda pública podrían ser cosa del pasado. Argentina, tristemente, nos recuerda que los fundamentos de la MMT no son tan efectivos como nos han intentado hacer creer.

Si bien es cierto que las obligaciones fiscales pueden generar cierta parte de demanda monetaria, no es ni mucho menos cierto que toda moneda fiat emitida vaya a ser demandada. Mayor oferta, menor demanda igual a inflación. ¿Les suena verdad?

Según lo planteado antes podría pensarse que el problema de Argentina es que la presión impositiva no es lo suficientemente alta y que, por lo tanto, el Estado debería seguir subiendo los impuestos con el objetivo de retirar moneda fiat de la economía. Ahora bien, teniendo en cuenta que Argentina tiene una de las mayores presiones impositivas de la región, parece que este argumento se cae por su propio peso. Existen países como Chile o Uruguay que mantienen el valor de su moneda sin necesidad de someter a sus ciudadanos a las altas presiones impositivas que sí sufren los argentinos. Es más, parece bastante evidente que si Argentina se encuentra en la parte derecha de la Curva de Laffer, lo que debería hacer para maximizar la retirada de moneda fiat no sería aumentar los impuestos sino, en todo caso, bajarlos.

¿Por que si Argentina puede imprimir pesos siempre termina en default? Si bien es cierto que un Estado que pueda imprimir su propia moneda siempre podría pagar su deuda en términos nominales, si la inflación es elevada se estaría dando un default en términos reales. Es decir, si la moneda se deprecia 50%, aunque el deudor pague la totalidad de su deuda en términos nominales, el acreedor en términos reales sólo recuperaría el 50% de su poder adquisitivo. Ahora bien, como resulta evidente, Argentina no sólo se endeuda en pesos pues, como su moneda cada vez vale menos, el Gobierno se ve obligado a endeudarse en monedas que si sean aceptadas por el resto de los agentes económicos, tales como el dólar o el euro. ¿Puede Argentina imprimir dólares americanos? No, por eso defaults como el que estamos viviendo en el año 2020 son inevitables sin estabilidad presupuestaria.

Ni el pleno empleo, ni la deuda sostenible llegarán por seguir gastando cartuchos de tinta en las impresoras del BCRA. Hasta que la MMT no exponga argumentos que realmente soporten su teoría sobre la demanda de dinero, lamento informar al lector que la magia monetaria todavía no ha llegado.

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