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El mercado local no reacciona y el Gobierno estudia cambios

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Luis Varela 29 septiembre de 2020

Por Luis Varela

Luego de un fin de semana con amplio debate interno entre el Presidente Alberto Fernández, junto al canciller Felipe Solá, el ministro de Economía Martín Guzmán y el titular del Banco Central Miguel Angel Pesce, la semana financiera que cierra septiembre se abrió ayer con todo el mercado esperando una batería de medidas que calme a los inversores, con vistas a lo que pasará desde este jueves, cuando arranque octubre y quedarán rehabilitados al menos un millón de los cuatro millones de compradores de dólar ahorro que formaron demanda a lo largo de todo este mes.

Ayer los homebanking estuvieron rehabilitados y el sistema volvió a funcionar, pero la actividad no fue intensa, porque todos los compradores o ya habían comprado su cuota del mes o están impedidos por la Anses o la Afip por incumplir con alguna habilitación para llevarse la cuota mínima de billetes verdes.

A pesar de ese nivel de actividad muy acotado por el cepo súper recargado, y por todas las barreras que impiden las compras a muchos de los que venían realizándola, ayer estuvieron para arriba cinco de los seis dólares de Alberto: el blue estuvo sin cambios, los tipos de cambio oficiales siguieron roleando con el crawling peg habitual (levemente superior a la tasa de interés) y los dos dólares libres volvieron a subir, mucho más el dólar MEP que el contado con liquidación.

Esta actividad cambiaria se dio con un mundo con el dólar débil contra casi todas las monedas fuertes, aunque el billete verde subió en Brasil y México. Las bolsas europeas y también Wall Street siguieron de fiesta. La Bolsa de San Pablo bajó fuerte. Hubo una mala calificación para los bancos de Perú. Y los titulos argentinos, tanto públicos como privados, estuvieron planchados, prácticamente sin cambios, con el riesgo país instalado en las alturas, a 1.325 puntos, cinco veces más alto que el riesgo de los países vecinos.

Pero más allá de la firmeza de los dólares libres y la posición estática de los titulos argentinos, hubo dos novedades que no cayeron bien en el mercado, una ciertamente preocupante y la otra no tanto.

La peor de las dos noticias es que en un día sin mucha habilitación de dólar ahorro, por no haber candidatos a comprar, el Banco Central volvió a perder una cantidad muy importante de reservas. La autoridad monetaria perdió ayer nada menos que US$ 98 millones, por lo que le quedan declarados US$ 41.872 millones, aunque analistas dicen que las reservas netas de libre disponibilidad están ya cerca de los US$ 2.200 millones.

Y el otro tema que generó cierta preocupación fue la nueva licitación que realizó el ministro Guzmán, pidiéndole plata al mercado, para ir roleando la deuda en pesos y no pedirle tanta emisión al BCRA. Y la preocupación se radicó en que la cantidad de oferentes se va achicando con cada llamado: hasta hace unas semanas había más de 600 ofertantes, y ayer hubo sólo 267, y además, Guzmán tuvo que pagar un poco más de tasa de interés. Logró el objetivo del dinero que quería absorber voluntariamente del mercado: tomó $61.800 millones, pero por Letras en pesos tuvo que pagar una tasa del 35% anual, y por un bono Badlar se pagó 33,05%.

En base a este resultado y a lo inminente de la nueva ronda de compra masiva de dólar ahorro, en el mercado se especula que a contramano del deseo del presidente Fernández, se estaría por impulsar una nueva suba de tasas de interés en los plazos fijos.

Así, a la espera de medidas, todo el mercado está con los ojos puestos en dos temas centrales para la próxima tendencia del mercado argentino. Hoy se reunirá la Corte para definir qué hará con los jueces que desplazó el Senado. Y el lunes próximo llega la misión del FMI para revisar los números y negociar con Guzmán qué se hace con la ola de vencimientos que vienen con el Fondo, y si hay o no exigencias de parte del organismo internacional.

Desde el Gobierno culpan a los medios opositores y a fake news de las redes de todo el mal clima que se está armando con el mercado argentino. Pero diferentes analistas, con nombre y apellido, plantean muy serias advertencias. Fernando Marull, de Fmya, planteó con todas las letras que "el Gobierno saca distintos instrumentos que calman al dólar temporalmente. Pero si se siguen atentamente las decisiones se comprende que están haciendo una agenda repetida de lo que hicieron en 2014. Hacen algo básico, devalúan algo más que la tasa de interés, y entonces nadie larga dólares. Y tenemos superávit comercial por una cuestión temporal, por baja actividad y cierre de vuelos".

Así, mientras en el exterior el dólar subió 1,8% en Brasil y 0,3% en México, pero bajó 0,1% contra el yen, 0,2% contra el euro, 0,4% en chile y cayó 0,7% contra la libra, en Argentina volvió a estar firme en casi todos los canales. El dólar ahorro subió 17 centavos hasta $132,25, el oficial subió 10 centavos hasta $80,15, el blue continuó sin cambios, clavado en $145 pesos, el mayorista subió 21 centavos hasta $76,06 pesos y el dólar MEP saltó $2,02 pesos, hasta $137,31. El contado con liquidación subió 20 centavos hasta $144,90. Y con eso, la brecha entre el dólar oficial y el blue fue del 80,9% y la del CCL y el mayorista se ubicó en 90,5%. Y, medidos en pesos, la libra subió $1,04 hasta 97,60, el euro subió 61 centavos hasta 88,73 y el real bajó 20 centavos hasta 13,44.

El panel de bonos estuvo bastante estático, con el equipo económico estudiando de qué manera asignarán los titulos que quedaron afuera de los canjes, que son nada menos que el 10% de acreedores que serán aplicados obligados por las cláusulas de acción colectiva. Con eso, el grueso del volumen con titulos se está realizando en dos bonos: el AL30, que se lleva el 45% de los negocios, y el GD30, que reúne cerca del 15%. El primero de los dos surgió del canje de bonos ley Argentina y el segundo del canje de bonos ley New York. Con eso y todo, el volumen operado no fue destacable, los precios estuvieron entre mixtos y débiles, y la tasa a vencimiento sigue en la zona del 14% anual.

En cuanto a papeles privados, las bolsas europeas y Wall Street estuvieron muy firmes. Los índices de la Bolsa de Nueva York treparon entre 1,5% y 1,9%, con el Nasdaq arriba de todo. Y la Bolsa de México acompañó con una suba similar, pero la de San Pablo sufrió un resbalón del 2,4%, mientras las agencias empiezan a rever las condiciones de los sistemas bancarios de la región: Moody´s, por ejemplo, bajó a negativa su perspectiva para el sistema bancario peruano.

En la Bolsa de Buenos Aires fue un día completamente chato, con pocos negocios y el Merval sin cambios. Y analistas bursátiles planteaban, que medida en dólares, la Bolsa local tiene el mismo precio que en 2003, por lo que acumulamos 17 años sin crecer, mientras que el PBI per cápita es el mismo que el de 1974, por lo que pasamos casi medio siglo estancados en el mismo escalón.

Detrás de eso, mientras Wall Street festejaba, a cinco semanas de la elección presidencial que definirá si Trump sigue o si entra Biden a la Casa Blanca, los ADR argentinos estuvieron mixtos, con Globant y Tenaris en alza, pero con nuevas bajas para el banco Macro y Edenor.

Todas estas variantes muestran un panel de commodities que siguen danzando al compás del Covid y de las vacunas, a lo que se agrega ahora la tensión entre Armenia y Azerbaiján, por lo que los efectos secundarios de toda esta crisis son ciertamente desconocidos. Con esto, el petróleo pudo subir, los metales preciosos y las criptomonedas recuperaron parte de lo perdido en las últimas ruedas. Los metales básicos siguieron sostenidos. Pero los granos estuvieron algo más tranquilos, sin el gran impulso que estuvieron mostrando en la apertura del mes.

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