La compañía chilena Falabella anunció quiere irse de la Argentina y está en busca de un socio estratégico.
Con 10 locales en el país, el mismo grupo empresario es dueño de 9 sucursales de Sodimac, con locales especializados en materiales de construcción y artículos para el hogar.
La decisión de Falabella está conectada con la crisis desatada por la pandemia, el impacto de la brecha cambiaria y la baja del consumo que achica las perspectiva de la cadena de multitiendas.
La pandemia también golpeó en los ingresos globales de Falabella que tiene presencia en siete países: Chile, Argentina, Perú, Colombia, México, Brasil y Uruguay. Entre enero y junio perdió US$ 136 millones, frente a las ganancias de US$ 205 millones del primer semestre del año previo.
En lo que va del año, las acciones de la firma cayeron en torno al 30%. Los ingresos bajaron 25% y totalizaron US$ 2.140 millones en el segundo trimestre.
Fuentes de la compañía admitieron que están en busca de un "socio estratégico" ya que la intención de los socios mayoritarios es irse del país.
En el entorno de la firma aseguran que "la decisión está tomada, pero no sería inminente. Hay directores que sugieren freezar toda la operación a un mínimo y ver qué pasa luego de las elecciones del año próximo, pero son minoría", dijeron fuentes a La Nación.
En lo inmediato, trascendió que cerrarán dos de sus locales más grandes en el AMBA. Serían el que tienen en Florida al 300 y de Tortuguitas. A los empleados de esas tiendas ya les habrían ofrecido el retiro voluntario.
La cadena de multitiendas es propiedad de la familia Solari. Además de Sodimac, otro de los negocios del grupo en el país es la tarjeta financiera CMR, que tiene cerca de 300.000 clientes.
En los últimos meses, Falabella buscó ganar presencia en el mercado online, pero se enfrentó con varios problemas de logística, que generó reclamos masivos en las redes sociales por las demoras en las entregas de los productos.
