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Empleo: de la innovación a la nueva normalidad (modalidad)

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08 septiembre de 2020

Por Juan Bidondo (*)

El mundo del trabajo, cualquiera sea su hábitat, está tomando acciones definitivas ante la innegable realidad 4.0. La nostalgia se hace insostenible ante la eficacia que el desarrollo tecnológico y la conectividad proveen a las empresas. La mayoría de las firmas hace lo imposible por subirse a tiempo a la ola digital y no quedarse atrás. Hoy, las empresas ya no se distinguen por sus bienes de capital y producción, sino por el conocimiento que logran compartir.

Ante este escenario, la incorporación de tecnología no sólo potencia a las organizaciones en relación con su productividad y competitividad, sino también a los trabajadores. ¿Cómo y por qué? A partir del uso de nuevas soluciones, surgen esquemas de relaciones laborales hasta entonces impensados para muchos, por lo que los trabajadores tienen mayores niveles de autonomía y de decisión. Trabajos a tiempo parcial, por proyectos, el cuentapropismo y free-lance. En ese marco, los trabajadores del conocimiento se consolidan como una perla: detentan competencias asociadas con la flexibilidad que les permiten agregar un valor distintivo, interpretar, conectar, proponer y desarrollar acciones.

Según un informe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), el trabajo permanente hoy no representa más del 30% del total del empleo en el mundo. Sin dudas, esto anuncia una disposición hacia mercados laborales más autónomos y adaptativos, y se da porque el escenario lo permite: las nuevas tecnologías y la hiperconectividad favorecen que las personas ya “no vayan al trabajo” sino que la tarea vaya hacia ellos. Tal es así que aspectos típicos del trabajo tal como lo conocimos, como el cumplimiento de horarios fijos, el rol de la autoridad y el trabajo en equipo, van mutando hacia formatos más elásticos, horizontales y descentralizados.

Resulta interesante, a su vez, conocer cuál es la percepción que los trabajadores a propósito de la ebullición del trabajo a distancia como consecuencia de la pandemia global. Según una encuesta de Cushman & Wakefield, 73% de los encuestados cree que su empresa debería usar esta opción y permitir variedad de lugares para interactuar. Además, 90% siente que hay más confianza para que trabajen de forma remota.

Estos cambios marcan el final de las relaciones laborales rígidas y geográficamente predeterminadas. Y esto se traduce en mayores expectativas personales y posibilidades de trabajo diversas. Por ello, el potenciamiento que viene de la raíz tecnológica es mutuo y empieza con la practicidad comprobada. Se jubilan hábitos innecesarios, monótonos y agotadores para darle mayor espacio a la búsqueda de mayor rendimiento consensuado con el trabajador mediante la búsqueda de esquemas y ambientes flexibles, herramientas inteligentes y el incremento en la confianza del trabajo remoto.

Para las empresas, la gran pregunta siempre tiene que ver con cómo equilibrar los sistemas tradicionales de las organizaciones con soluciones innovadoras. Y para nosotros la respuesta es contundente: sosteniendo los valores, pero poniendo en jaque los hábitos. Las herramientas de trabajo y productividad cambian mes a mes. No hay tiempo para la nostalgia. No hay que tener miedo: el crecimiento y la evolución llega para todos por igual, aunque haya resistencias. Y esto lo vemos la evolución de la historia.

Un ombú gigante en el living-comedor

La nueva modalidad era una planta que venía creciendo desde hace mucho tiempo. Hoy es un ombú gigante en el living-comedor. La información, las garantías, las plataformas y los formatos están al alcance de cualquier persona. En línea con los procesos de descentralización productiva, es momento de sostener sólo aquello que corresponde y que aporta valor, y abrirse a los nuevos métodos independientes. El buen trabajo genera más trabajo, y las plataformas lo hacen visible. Son muchas las vidrieras y para todos los niveles. Si bien hay cierta tendencia hacia los trabajos temporales, las necesidades de grandes vínculos laborales para proyectar en conjunto permanecerán muy fuertes. Además, concretar trabajos eficientemente y de manera creativa será alimento para todos los motores de búsqueda de referidos.

En este cambio de época, el empoderamiento y el protagonismo parecen guiarnos. Cada ser humano, trabajando en soledad o en equipo, busca sentar una impronta propia, pretende y puede ser su propia marca. Cada persona se consolida como su propio negocio, pero siempre con un aliado principal: la tecnología.

El mundo le pide a las empresas capacidades adaptativas, la herramienta principal para desenvolverse en un contexto RUPT (Rápido, Impredecible, Paradójico y Entrelazado, según el Centre for Creative Leadership). Pero estas son competencias que no sólo deben detentar las organizaciones, sino también (y sobre todo) los trabajadores.

Cómo subirse a la ola

Cada vez es más notorio que aquellas organizaciones no vinculadas al desarrollo tecnológico inician la búsqueda de partnerships con agencias digitales, fusiones o incorporaciones de un CTO y equipo de desarrolladores.

Y en este marco surge quizás una de las principales problemáticas que afecta al desarrollo de las empresas. Hace algunos años atrás, conseguir perfiles con experiencia en herramientas de business intelligence o virtualización de servidores se había convertido en una necesidad y en un objetivo difícil de lograr. Hoy, la tendencia incluso se complejiza. Vivimos en un escenario que demanda el desarrollo de aplicaciones para dispositivos celulares (Android o iOS), el uso de lenguajes de programación como Flutter o Kotlin, el trabajo sobre Inteligencia Artificial, Internet de las Cosas (IoT), blockchain, automatización robótica de procesos (RPA) o seguridad de la información en la nube. Las expectativas de las empresas son múltiples y las capacidades de los profesionales también. El punto más complejo de la ecuación: encontrar un match entre la oferta y la demanda.

En esa marea, las empresas de reclutamiento de IT o las áreas de recursos humanos que trabajan con estos sectores deben redoblar sus esfuerzos en buscar alternativas y reinventarse constantemente. La clave: pensar "fuera de la caja" para encontrar candidatos con los conocimientos que se adecuen a las necesidades de cada negocio.

(*) Co-Founder & COO en CODA Agency

CODA Agency es una agencia digital especializada en el desarrollo web Full-Stack y aplicaciones móviles. Proporciona soluciones de UX / UI, análisis, control de calidad y gestión de proyectos. Para más información: https://agencycoda.com/

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