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¿Conviene invertir en Bitcoin?

Gonzalo Martínez Mosquera 10 septiembre de 2020

Por Gonzalo Martínez Mosquera  Embajador de Algorand

El Whitepaper que lanzó Bitcoin definía a esa moneda virtual como “A peer to peer Electronic Cash System” (un sistema de cash electrónico persona a persona, en español). La idea de fondo era reemplazar a las monedas fiduciarias quitándole a los gobiernos la potestad de emitir dinero.

11 años más tarde la mayor parte de la gente en el mundo crypto coincide en que ese objetivo no podrá ser cumplido. La narrativa cambió y ahora se lo ve más como una alternativa al oro en formato digital.

Sus características de emisión limitada y descentralización (no hay un ente que lo maneje y pueda alterar su emisión) lo asemejan más al metal que al dinero papel respaldado por gobiernos. Por esta razón, pareciera tener mucho más éxito como reserva de valor que como unidad de cuenta.

En el mundo financiero empiezan a observarse incipientes compras de Bitcoin interesadas en ese activo como hedge inflacionario. De hecho, aparecen inversiones corporativas de fondos de inversión que destinan parte de sus fondos a aquel activo.

¿Cuánto podría valer Bitcoin? 

La respuesta corta es que nadie lo sabe.

Un ejercicio que se hace es pensar cuánto valdría cada moneda en caso de que esa crypto reemplazara al 50% de las inversiones actuales en oro. Si este fuera el caso, cada Bitcoin valdría aproximadamente unos US$ 500.000. Recordemos que en este momento el precio ronda los US$ 10.000.

Justamente la semana pasada los mellizos Winklevoss (los de la película de Facebook) estimaron que Bitcoin llegaría eventualmente a aquel precio. Recordemos que los hermanos están muy metidos en el mundo crypto con su proyecto Gemini. Las malas lenguas dicen que la elección del nombre “Libra” para la moneda de Facebook fue elegida justamente para hacerle frente.

¿Cuáles son los riesgos?

El primer riesgo obvio es que Bitcoin nunca logre convertirse en la versión digital del oro.

Una pregunta válida es por qué el oro tiene valor en primer lugar. La respuesta más común es que tiene valor simplemente porque la gente piensa que tiene valor.  Su valor intrínseco (como bien industrial, adorno, etcétera) sería mucho menor a su valor de mercado. El oro, por tanto, tiene un “mito”, un “relato” que hace que lo demandemos por encima de su valor de uso. El Bitcoin está corriendo la maratón para tener un perfil similar pero nadie sabe si logrará llegar a la meta.

¿Y si es sólo una especulación?

Un segundo riesgo es qué pasará cuando Bitcoin llegue, si es que lo logra, a ese precio imaginario que muchos creen que puede alcanzar. Mucha gente interesada en comprar Bitcoin lo hace sólo por un motivo especulativo.

En un webinar reciente, un referente de esta criptomoneda, se le “escapó” decir que cuando Bitcoin llegara a valer US$ 100.000 (o un millón, no recuerdo), él iba a vender sus tenencias y se iba a reír de los que hoy lo critican por invertir en esa crypto. Si el inconsciente traiciona de esa manera a un referente, ¿qué esperar del resto, no?

La pregunta relevante es, entonces, que porcentaje de los compradores y tenedores de Bitcoin se encuentran dentro de aquel grupo que compra sólo para realizar una ganancia en el futuro. Cuanto mayor sea ese número, mayor será el riesgo de que Bitcoin sea solo una burbuja destinada a pincharse definitivamente en el futuro.

Las regulaciones

La semana pasada, el director del Banco de Inglaterra dio una charla específica sobre criptomonedas. 

En la misma rescató a las stablecoins (las criptomonedas que equiparan su valor al de dólar u otro activo estable) como buenas innovaciones para el mercado de pagos. Por otro lado, le “pegó” a Bitcoin descartando la posibilidad de que se convierta en dinero. De hecho la  comparó a una pieza de colección. 

Esto es, claramente, una muy mala noticia desde un punto de vista regulatorio e impositivo. Pareciera ser que los reguladores ven con buenos ojos ciertas innovaciones pero no sería el caso de Bitcoin.

Posibles usos ilegales

Una herramienta para la cual es muy útil Bitcoin es para el pago de rescates. Todos hemos visto alguna película en la cual la familia del secuestrado tira una bolsa llena de dólares de un tren para que sea recogida por el secuestrador.

Con Bitcoin ya no es necesario tomarse esas molestias. Para cobrar un rescate sólo es necesario pasar la dirección pública de la wallet, y una vez recibidos los Bitcoins es bastante simple de transformar en dólares sin ser detectado.

De hecho, esta semana se conoció un ataque virtual al BancoEstado, uno de los 3 bancos más importantes de Chile, el cual se vio obligado a cerrar sus sucursales por un día. El rescate habría sido reclamado en Bitcoins.

La cuestión ambiental

El último (y muy importante) riesgo que me gustaría señalar es la posibilidad de que la gente lo rechace por temas ambientales. 

Como se sabe, el sistema Bitcoin consume altas dosis de energía. Hace un tiempo el consumo de electricidad de la plataforma era equiparable al de todo Chile.

Una de las razones que los bitcoiners usan para “vender” el producto es que las nuevas generaciones suelen ser más amigables a las nuevas tecnologías y suelen “odiar” a los bancos. Bueno, esas nuevas generaciones también suelen ser defensores férreos del cuidado del medio ambiente. 

¿Qué pasará cuando el mundo se “entere” de ese gasto energético que necesita Bitcoin para funcionar? Podría pasar, me parece, que poseer Bitcoin se convierta en un símbolo antimoda, con sus consecuencias obvias en el precio.

Conclusión

Para terminar, me gustaría aclarar que este artículo no debe ser tomado como un consejo de inversión. Sólo intento dar unos elementos adicionales al lector que esté pensando si comprar o no.

Si alguien afirma que Bitcoin es una inversión asegurada por favor no le de bolilla. Nadie sabe qué pasará con ese activo y, si lo supiera, probablemente no se lo estaría contando, básicamente porque no le convendría.

A mi parecer, Bitcoin está en la maratón de intentar convertirse en un sustituto del oro en formato digital. Por ahora la correlación de precio con ese metal no muestra indicios de que esté cerca de lograrlo. Si lo hiciese, entonces, probablemente quien haya comprado al precio actual logre realizar una de las mejores inversiones del siglo.

Recuerde por último a Keynes y su “Beauty Contest”. A la hora de invertir no importa lo que usted piensa que debería pasar con el activo, sino lo que usted piensa que los demás harán respecto a ese activo. Incluso si uno pensara que Bitcoin no tiene fundamentos válidos para ser un activo atractivo, eso es irrelevante a la hora de invertir. Lo único que interesa es si los demás lo creen o no.

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