El Economista - 70 años
Versión digital

mar 19 Mar

BUE 21°C

El EMAE creció 7,4% en junio: sigue debajo de prepandemia, pero confirma que hay rebote

Alberto-Fernandez-Guzman
Alberto-Fernandez-Guzman
Alejandro Radonjic 21 agosto de 2020

Por Alejandro Radonjic

En junio, la economía continuó saliendo del pozo en el que, tumbada por la pandemia, cayó en abril. Mayo ya había mostrado un rebote mensual de 9,7% y junio tuvo uno de 7,4%. Así lo informó ayer el Indec a través de su Estimador Mensual de Actividad Económica (EMAE). A nivel interanual, la caída se moderó hasta -12,3%, la mitad que el -26% de abril.

Hubo solo dos sectores con variación interanual positiva: intermediación financiera (+4,8%) y electricidad, gas y agua (+3,6%). Todos los demás estuvieron en rojo. Los peores fueron hoteles y restaurantes, con -62,7%; otras actividades de servicios comunitarios, sociales y personales, con un desplome de 63,2% y pesca, con -53,6%. Entre los rubros más significativos, construcción derrapó 41,9% mientras que la industria manufacturera estuvo algo mejor, con -7,3%. Asimismo, agricultura, ganadería, caza y silvicultura tuvo un mal mes de junio: -9,6%.La gran pregunta es cómo sigue el nivel de actividad. Si bien los números recientes son algo mejor que los imaginados (incluso por privados), no está clara la tendencia hacia adelante. En diálogo con El Economista, Andrés Borenstein (Econviews) dice:

“La mejora de 7,4% mensual en el indicador de actividad EMAE de junio fue un dato algo mejor de lo esperado. Y en base a algunos indicadores ya disponibles de julio es probable que los economistas tengamos que mejorar algo los pronósticos de caída para 2020. Pareciera que la merma del PIB quedará entre 11% y 12%”.

“El segundo trimestre cierra con una caída de 16,6% contra el trimestre anterior, pero casi con seguridad el tercer trimestre mostrará una recuperación de la actividad en torno del 10% trimestral sin estacionalidad.

En lo que va del año, el PIB cayó 12,83%. Los rubros de construcción y hoteles y restaurants muestran caídas superiores al 40%. La construcción tiene muchas chances de recuperar pronto, no así los rubros vinculados al turismo y esparcimiento. Paradójicamente uno de los sectores que cae a doble dígito en la primera mitad del año es el de la salud”, agrega Borenstein.

“Mirando los sectores durante junio hay dos que llaman la atención. La intermediación financiera es uno de los dos rubros que lograron crecimiento contra junio del año pasado con una mejora del 4,8%, pese a toda la retórica oficial contra la industria financiera. El otro área que mostró resultados sorprendentes fue el sector de comercio minorista y mayorista, que sólo cayó 0,3%. Lo curioso es que el índice de CAME mostró una caída de 38% interanual, los shopping centers estuvieron mayormente cerrados, la venta de automóviles cayó casi 35% en junio y otras actividades como la venta de combustibles también permanecieron deprimidas. Probablemente la respuesta la tengamos el próximo lunes cuando salen datos de supermercados, que deberían haber aumentado mucho la venta para compensar estas caídas”, concluye.

Según Ecolatina, lo peor ya pasó. Sin embargo, dice que “todavía queda mucho terreno por recorrer” y señala que la actividad aún está 13,5% debajo de diciembre de 2019.

“La segunda mitad del año será mejor que la primera -o, en realidad, 'menos peor'-, pero claramente estará por debajo de la segunda parte de 2019. A las restricciones productivas que impuso la pandemia y la cuarentena, corresponde sumarle los golpes a la demanda que está provocando. En este punto, resaltan la pérdida de puestos de trabajo en el sector formal y especialmente informal -donde una porción importante de los trabajadores se quedó sin ingresos-, su ajuste sobre el poder adquisitivo y la elevada volatilidad que arrastra nuestra economía. Además, el ahorro precautorio al que induce el coronavirus y la crisis será un ancla de plomo para la recuperación del consumo privado y las inversiones, las dos variables más golpeadas por la crisis”, agregaron en un reporte.

“Por otra parte, si bien algunas exportaciones podrían arrojar buenos desempeños, especialmente aquellas vinculadas a los sectores esenciales y dirigidas a China -oleaginosas-, no alcanzarían a motorizar la reactivación económica. Por último, el gasto público servirá para atenuar la crisis, adoptando un carácter contracíclico, pero en este contexto de acotado financiamiento genuino y mucha emisión un incremento significativo de esta variable podría acarrear más problemas que soluciones. Con todos estos números, proyectamos una caída del PIB entre 12,5 y 13% interanual en el promedio anual de 2020, que provocaría que la actividad vuelva a los niveles de 2009 y, más preocupante aún, que retroceda casi 18% en términos per cápita, acercándose a los niveles de 2005”, agrega Ecolatina.

¿Y más adelante? “De cara a 2021, la recuperación estaría liderada por un sector público con una política expansiva y un consumo privado que mejoraría impulsado por el crecimiento del salario real y las bajas bases de comparación que dejará este año. Por su parte, la inversión también se recuperaría, pero más por el desplome de este año que por un avance genuino. Como resultado, la economía podría crecer cerca de 7% en el año electoral. Si bien esto marcaría un importante avance respecto de 2020, el PIB cerraría 2021 cerca de 7% por debajo del nivel de 2019. Quedará la entonces segunda mitad del mandato de Alberto Fernández para, con buena suerte, retornar al punto de partida”, concluyen.

“Con este e último dato, la actividad se ubica en niveles de 2009 (y ya no de 2004, como ocurrió con el desplome de marzo y abril)”, dicen desde LCG y agregan que el PIB per capita, “con un derrumbe de alrededor del 15% para 2020, retrocedería a niveles de 1973”.

Además, señala que “a pesar de la recuperación de los meses de mayo y junio, la actividad no logra alcanzar los niveles prepandemia, y todavía se ubica 13% por debajo del nivel de febrero”. ¿Cómo sigue? “Para julio esperamos que se estanque la recuperación que mostró la actividad en mayo y junio, desacelerando notablemente. El 63% de las variables relevadas por el Indice de Difusión de LCG (12 sobre un total de 19) mostró crecimiento en términos desestacionalizados respecto a junio. La actividad recuperó con fuerza luego del apagón de marzo y abril en los meses de mayo y junio. Así y todo, por efecto estadístico y una más lenta recuperación en lo que resta del año, esperamos que la actividad caiga en torno a 14,9% en 2020”, concluyen desde LCG.

“En la actividad continúan incidiendo las medidas para mitigar la pandemia, aunque la progresiva apertura de actividades generó mejoras en sectores importantes como la construcción, la industria y el comercio. En este sentido, el acceso al financiamiento y la mayor certidumbre que brinda el acuerdo con los acreedores podría impulsar principalmente a sectores como la construcción y el agropecuario, en caso de reducirse las tensiones cambiarias recientes. En ese escenario, estimamos una caída del PIB en torno al 11% para el 2020 y un crecimiento superior al 3% para el año que viene”, dijeron desde ACM.

“Recortamos nuestra proyección para la caída del PIB de este año a 11,5% desde 12,5% ante la sorpresa positiva de junio, algunas correcciones al alza a los datos de meses anteriores y la evidencia de indicadores adelantados que confirman que la economía siguió recuperándose en julio y agosto. Hacia adelante, las tasas mensuales de crecimiento serán más acotadas a medida que la economía se acerque a los niveles precrisis, aunque las caídas anuales también serán muy inferiores al compararnos con niveles de actividad posterior a las PASO para 2019”, dijeron, a su vez, desde el Area de Research del Grupo SBS.

Seguí leyendo

Enterate primero

Economía + las noticias de Argentina y del mundo en tu correo

Indica tus temas de interés